Quantcast

España

Pujol no responde y somete al Parlament con amenazas: "Si cae la rama del árbol, al final caerán todas"

El expresident de la Generalitat, Jordi Pujol, acusado de fraude fiscal comparece ante el Parlament

La comparecencia de Jordi Pujol ante el Parlament sirvió para dejar en el aire la duda de si Pujol manda todavía en la política catalana o si sólo se comporta como si mandara. Pero lo indudable es que Jordi Pujol sometió al Parlament catalán cuyas preguntas no respondió. No hubo una sola contestación y sí muchas advertencias que llegaron a sonar a amenaza de tirar de la manta cuando el ex president dijo: "Si vas segando la rama de un árbol cae la rama y al final caerán todas". La frase se escuchó sin protestas y pese a que las preguntas fueron ignoradas, las reprobaciones fueron minoritarias. Sólo la CUP decidió abandonar la sala y sólo Ciutadans interpeló a quien fuera Molt Honorable con la frase: “Yo no acepto que me riña porque no acepto que me riña ni mi padre. Yo no he venido aquí a escuchar ni misas, ni mítines. Esto es un Parlament", zanjó Albert Rivera

"Yo no he sido un político corrupto", afirma Pujol

La falta de respuestas fue consentida tanto por el presidente de la cámara como por CiU que reprochó incluso a los partidos de la oposición que "hablaran desde la bilis". Jordi Turull, uno de los herederos políticos del propio Pujol, confesó "hablar desde el dolor" después de que el expresident protestara diciendo: "Estoy excitado porque me dan pena algunas de las cosas que se han hecho y por la falta de audacia de algunas de las cosas que se han dicho". El antiguo líder de CiU llegó a acusar al Parlament de abrir una "causa general" y dando golpes al escritorio sobre el que descansaba remachó: "Si todo fuera tan corrupto, caerían todos y sería responsabilidad de todos".

La sesión no sólo no sirvió para que Pujol respondiera a ninguna de las preguntas que se le plantearon sino que permitió incluso a Pujol dar lecciones ante lo que consideró como el "infantilismo" de quienes le atribuyen una fortuna muy superior a la que él había confesado. "¡Si uno hace 30 operaciones de un millón de euros maneja un millón y no 30! No se pueden decir mentiras ni dar informaciones que desorientan a la gente", gritó el expresident.

Falta de explicaciones sin consecuencias

La comparecencia se salda sin que los grupos reprueben a un ex President al que muchos culparon pero al que permitieron marchar sin más consecuencias por su silencio. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) llegó a sugerir la implicación de Artur Mas al preguntar a Pujol si el padre del actual President, Artur Mas Barnet, había sido su testaferro: "¿Quién es esa persona de confianza que gestionó el dinero?" preguntó Gemma Calvet. Sin embargo, el partido nacionalista no planteó ninguna iniciativa ante el silencio del antiguo gobernante catalán. 

"Me he desnudado ante la opinión pública", dijo el expresident

Ni siquiera el Partido Popular pidió ningún tipo de reprobación en la Cámara y la bronca de Alicia Sánchez Camacho se centró en un cara a cara con el portavoz de CiU que recordó a la candidata popular que había "firmado un pacto de silencio por 80.000 euros" en el caso de las grabaciones del restaurante La Camarga para negarle autoridad moral a la hora de exigir explicaciones.

El resultado es, pues, un silencio impune y un Parlament ignorado sin consecuencias. 

El camino que se abre ahora

A partir de ahora, sólo se abren dos caminos que, previsiblemente, encallarán:

  • La primera, es la creación de una comisión de investigación, algo que reclamaron algunos grupos minoritarios pero que CiU pretende bloquear
  • La segunda, es el envío de esa declaración parlamentaria a la Fiscalía General del Estado, tal y como pretende hacer Ciutadans, aunque más allá del ruido político, el testimonio del ex President no parece tener especial relevancia penal para los delitos de cohecho, prevaricación o malversación de los que pretende acusarle el Ministerio Público.

De hecho, la declaración de Pujol pareció en algunos momentos encaminada al auditorio del terreno penal y a los tribunales cuando dijo: "Yo no he sido un corrupto" o "nunca recibí dinero a cambio de una decisión política o administrativa". Pujol ni siquiera utilizó el último turno de palabra o respuesta al que tenía derecho después de haber delimitado claramente el alcance de lo que pretendía de su comparecencia: "He informado sobre aspectos que nadie me pedía. Me he desnudado ante la opinión pública. Ante el Parlament sólo se deben explicaciones políticas".

A partir de ahora, su declaración quedará sepultada por los actos de convocatoria de la consulta del 9-N previstos por Artur Mas y no volverá a escuchar reproches en sede parlamentaria. "Puede que haya intervenciones muy críticas e incluso muy duras, pero, probablemente, no lo son tanto como las recriminaciones que yo mismo me hago". Esas reciminaciones personales serán las únicas que, por ahora, esté obligado a escuchar quien puede haber pronunciado ya el último discurso político de su vida.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.