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España

Bárcenas, generoso con su testaferro: le entregó el 10% de su fortuna suiza por salvársela

Luis Bárcenas, a su llegada a la Audiencia Nacional para declarar el pasado 25 de febrero.

¿Cuánto cuesta poner a salvo una fortuna? Para Luis Bárcenas, cerca del 10% del dinero puesto a buen recaudo. Ese es el porcentaje aproximado que el extesorero del PP pagó a su testaferro español, el broker Iván Yáñez, por vaciarle las cuentas que tenía en Suiza cuando en febrero de 2009 estalló el caso Gürtel. Así se desprende de las cifras que facilitó ayer el propio Yáñez al titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, durante su declaración como imputado por un delito de blanqueo de dinero. Según el broker, el exsenador por Cantabria le abonó 1,32 millones de euros, que él se apresuró a ingresar en sendas cuentas opacas de dos entidades financieras del país helvético, el Dresdner Bank y la Banque SYZ. A cambio de ese dinero, el testaferro 'recolocó' los cerca de 12 millones de euros que Bárcenas tenía en una cuenta del Dresdner Bank a nombre de la fundación panameña Sinequanon así como el saldo de otra en el Lombard Odier aún no cuantificado.

Yáñez empezó a trabajar para el extesorero en febrero de 2009, al poco de estallar el caso Gürtel. Sin embargo, no firmaron un contrato de "asesoría" hasta octubre de ese año

Según el relato que Yáñez hizo ayer al magistrado, él conocía al extesorero del PP por la amistad que unía a éste con su padre, Francisco Yáñez Román, empleado de Genova 13 en la época en que el partido era liderado por Manuel Fraga. En febrero de 2009, al poco de estallar caso Gürtel, el entonces senador por Cantabria se puso en contacto con él porque, según le dijo, se sentía "perseguido" por el juez Baltasar Garzón y temía que descubrieran sus elevados fondos ocultos en Suiza. Ambos llegaron entonces a un acuerdo de "asesoría" por el que el broker cobraría 1,32 millones euros a cambio de sus servicios. Dicho acuerdo, sin embargo, no lo plasmó en un contrato hasta meses después, en concreto, el 1 de octubre de ese mismo año.

Eso no fue impedimeinto para que Yáñez empezase a trabajar inmediatamente para Bárcenas. En primer lugar, cedió su casa en la Avenida de Bruselas de Madrid para que ese mismo mes de febrero el extesorero del PP se reuniera con Agatha Stimoli, gestora de la entidad financiera donde estaba la cuenta en la que llegó a atesorar 22 millones de euros y que en aquellos momentos tenía un saldo muy inferior: cerca de 13 millones de euros. Días después, en concreto el 9 de marzo de 2009, Luis Bárcenas le confirió a Yáñez un poder manuscrito por el que le otorgaba "poder tan amplio como necesario" para que le representara ante el Dresdner Bank "en cualquier operación de carácter mercantil, financiero o jurídico". Gracias a él, el gestor realizó las cinco transferencias con las que envió 3,5 millones de euros a cuentas en EEUU a nombre de dos empresas uruguayas, Brixcvo SA y Lidmel Internacional.

Entra en escena Tesedul

En julio de 2009, otra mercantil de este país sudamericano, Tesedul, le confirió también poderes a Yáñez para "la apertura de cuentas bancarias en los bancos de la República Helvética de Suiza". Esta empresa, formalmente a nombre de un matrimonio de Montevideo, era en realidad una empresa tapadera para ocultar el dinero negro de Bárcenas. Con estos poderes, el broker abrió en Ginebra sendas cuentas bancarias en el Dresdner Bank y en Lombard Odier a nombre de esta sociedad para transferir los fondos de otros dos depósitos. Uno, con los 11,8 millones de euros que quedaban de la cuenta de los 22 millones, y una segunda con un saldo aún desconocido, aunque la Policía cree que podía tener en ese momento 7,2 millones de euros.

Bárcenas, personalmente y a través de la empresa 'fantasma' Tesedul, dio amplios poderes por escrito al 'broker' para mover sus fondos en Suiza

Un mes después, la empresa Tesedul le volvió a otrogar un amplio poder a Iván Yáñez, aunque este último no lo utilizó hasta 2012. En este caso, lo empleó para abrir en Madrid, muy cerca de su domicilio, una cuenta en la entidad Bankia a través de la cual Bárcenas, utilizando la pantalla de Tesedul, se acogió a la amnistía fiscal. Con dichos poderes, el broker puso su nombre en el impreso de liquidación del Impuesto de Sociedades de esa mercantil con el que el extesorero del PP intentaba ponerse al día con Hacienda. En la misma sucursal de Banka, el gestor abrió una segunda cuenta, en este caso a nombre de una empresa panameña de su propiedad Granda Global. Creada en junio de 2009, cuando ya trabajaba para el exsenador, con ella pretendía regularizar los altos ingresos percibidos por su labor de "asesoría" para su "amigo".

Sin embargo, para entonces, tanto sus cuentas en Suiza donde había depositado los 1,32 millones de euros que había cobrado a Bárcenas como las que este último utilizaba para mantener oculta su fortuna llevaban cerca de dos años bloqueadas. El extesorero del PP había pedido en febrero de 2010 una tarjeta Visa con un saldo mensual de 25.000 euros que habían disparado las alertas de las autoridades antiblanqueo del país helvético, como adelantó en exclusiva Vozpópuli el pasado 22 de febrero. Éstas optaron por inmovilizar los saldos de todas los depósitos que estuvieran relacionados con el político, incluidas las de Yáñez. Por ello, el gestor pidió a Bárcenas el dinero necesario para acogerse a la amnistía fiscal, para lo cual firmaron el 12 de septiembre de 2012 un acuerdo por el que el extesorero le concedía el préstamos. Trece días después, desde la cuenta de Tesedul en Bankia, se transferían 132.051 euros a la que en la misma sucursal tenía Granda Global. El 2 de octubre, ésta última hacia lo mismo con la totalidad de esa cantidad a las cuentas de la Agencia Tributaria.

Escritos acusadores

Tres meses y medio después de aquel último movimiento, la presunta implicación de Iván Yáñez en la trama evasora de Bárcenas salía a la luz pública después de que los medios de comunicación empezaran a publicar el contenido de los documentos enviados por las autoridades de Berna sobre la cuenta del Dresdner Bank de los 22 millones de ellos. Entre estos papeles, estaban los poderes manuscritos que le había otorgado el extesorero del PP y con los que Yáñez pudo poner a salvo la fortuna en Suiza de aquel. Ahora, sin embargo, esos mismos escritos le han llevado a estar imputado. Ese es el precio de cobrar cerca del 10% del dinero que puso a salvo.

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