Quantcast

España

Los cinco errores que han dejado al PSOE sin brújula para gestionar el 26J

Pedro Sánchez habla con César Luena, responsable de Organización, en el comité federal del sábado.

Hay, al menos, cinco errores que, a juicio de los dirigentes socialistas más equidistantes del enfrentamiento que se libra en su partido, nunca debería haber cometido su líder para competir electoralmente con el PP o, al menos, haber administrado de forma más inteligente las dos derrotas consecutivas que han colocado el suelo del PSOE en los peores registros de su historia.

  • La descalificación de sus principales contrincantes. Antes y después del 26J, Pedro Sánchez se cerró personalmente todas las puertas para facilitar un Gobierno del PP, el partido más votado en dos elecciones consecutivas, hasta el punto de que si ahora el PSOE no tuviera más remedio que abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy para evitar unas terceras elecciones, casi todos en Ferraz dan por hecho que, inmediatamente después, arrancaría el proceso de su relevo como secretario general. Buena parte del electorado recuerda que Rajoy es a los ojos de Sánchez una persona “indecente” y que al líder de Podemos, Pablo Iglesias, le considera “un traidor”. A pesar de ello, si no le frenan miembros de su equipo de confianza, algunos barones y el expresidente Felipe González, el líder socialista hubiera explorado de nuevo, después del 26J, un acuerdo de Gobierno con la izquierda radical. Descalificar de forma tan rotunda a los adversarios políticos antes de conocer el mapa electoral conduce a todo tipo de incoherencias, se asegura en el cuartel general socialista.
  •  Una estrategia pactista sin orden ni concierto. Quienes vivieron de cerca el acuerdo firmado el pasado febrero por Pedro Sánchez y Albert Rivera, reconocen ahora la ingenuidad con la que actuaron ambos. El primero, por pensar que era un pacto compatible con Pablo Iglesias y el segundo por apostar después por la implicación del PP en el documento de 200 medidas. En realidad, pocos creen que Sánchez e Iglesias confiaran de verdad en estas apuestas sino más bien, en rentabilizar el 26J los esfuerzos realizados para formar Gobierno. Sin embargo, las urnas demostraron hace dos semanas todo lo contrario: el PSOE y Ciudadanos fueron los más penalizados por un electorado que aumentó su inclinación hacia la estabilidad política y la seguridad, situando al PP a 52 escaños de distancia de los socialistas. La estrategia pactista de Sánchez no ha tenido “ni orden ni concierto” resumen algunos de sus diputados electos.
  • Doble vara de medir con el independentismo. Lo que el comité federal de diciembre le prohibió a él para evitar que acabara compartiendo un Gobierno con Podemos, el propio Sánchez se lo ha endosado ahora a Mariano Rajoy emplazándole a que alcance acuerdos con las fuerzas independentistas para poder continuar en La Moncloa sin el apoyo directo o indirecto del PSOE. La negativa de Pablo Iglesias a prescindir de la convocatoria de un referéndum soberanista en Cataluña, opción que ahora ha vuelto a retomar el PSC si la reforma constitucional no prospera según su conveniencia, frenó tras el 20D las expectativas del líder socialista de alcanzar un pacto con Podemos. Ahora se da la circunstancia de que la única vía que tienen los ocho diputados de Convergencia para tener grupo propio en el Congreso pasa por negociar con el PP, con el PSOE o con Esquerra Republicana.
  •  Ciudadanos, un Kleenex de usar y tirar. Las contradicciones de Pedro Sánchez, se recuerda en Ferraz, van todavía más allá puesto que primero pasó por considerar a Ciudadanos como la marca blanca del PP, más tarde firmó con Rivera un acuerdo de Gobierno “progresista” y, en última instancia, después del 26J, lo ha dejado aparcado recomendando a Rajoy que se entienda “con sus afines”, entre los que ahora vuelve a incluir a la formación naranja. La relación de Sánchez con el líder de Ciudadanos es cordial, pero se ha visto tensionada por la resistencia del secretario general del PSOE a facilitar la investidura mediante su abstención y trasladar gran parte de la presión al propio Rivera. A juicio de la federación andaluza, una de las más críticas con la forma de hacer del secretario general, debería tratarse con mayor cuidado a Ciudadanos, fuerza de la que depende la gobernabilidad de Susana Díaz en su comunidad, y no tratarle como “un kleenex de usar y tirar”.
  •  Varios ‘noes’ cada vez más incompatibles. Buena parte de los dirigentes del partido que el sábado se dieron cita en el comité federal mostraron su opinión de que éste no debía haberse convocado antes de que Mariano Rajoy hubiera concretado su oferta a Pedro Sánchez. Este error en el manejo de los tiempos ha llevado al líder socialista a mantener varios ‘noes’ cada vez más insostenibles. La pregunta es clara. Si el PSOE dice ‘no’ a la gran coalición, a apoyar al PP en la investidura, a respaldar un Gobierno de Rajoy desde fuera y a ir a unas terceras elecciones, ¿cómo se podrán evita su convocatoria? El despiste es tan grande entre los militantes y los cuadros del partido, resume un alto cargo de Ferraz, que va a resultar imposible detener la sangría de votantes en el arranque de una legislatura, la número XII, que se presume corta.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.