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España

El PNV da por hecho que el PSOE acabará facilitando la investidura de Rajoy

Mariano Rajoy con el lendakari, Iñigo Urkullo, en la última reunión celebrada en La Moncloa.

El tiempo esta vez apremia a todos y las fuerzas que tienen algo que decir en la superación del bloqueo político no están ni mucho menos paradas. Dirigentes del PP, del PSOE y del PNV mantienen conversaciones cruzadas para explorar a qué tendrán que atenerse cuando, a finales de mes, Mariano Rajoy reciba el encargo del Rey de formar Gobierno y se someta a la investidura. El margen de los nacionalistas vascos para abstenerse y facilitar su continuidad en La Moncloa es muy ajustado porque tienen que enfrentarse a unas difíciles elecciones autonómicas en octubre, en las que Podemos, como demostró el pasado domingo, empujan fuerte. Los socialistas tienen que pasar por el comité federal del 9 de julio, que puede ser tormentoso por la división interna existente sobre qué hacer. En la dirección del PNV predomina el convencimiento de que acabarán absteniéndose, con Pedro Sánchez a la cabeza o sin él, porque serían los más perjudicados si fuerzan unas terceras elecciones apareciendo como responsables de su convocatoria.

Todos los partidos ven al PSOE como el principal perjudicado en caso de forzar unas nuevas elecciones

Este último pronóstico fue refrendado este jueves por el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, quien prevé una abstención del PSOE “de última hora” que permita gobernar a Rajoy y a los socialistas permanecer en la oposición para reconstruir el partido. Es el mismo recorrido que defiende el expresidente Felipe González, el exministro Javier Solana y otros referentes de la vieja guardia en una visión que comparten también Susana Díaz desde Andalucía y Emiliano García-Page desde Castilla-La Mancha.

En estas conversaciones, los interlocutores del PSOE han reconocido que el principal obstáculo para despejar su abstención en la investidura de Rajoy procede de Pedro Sánchez y de su insistencia en que es menos perjudicial para su partido abocar al país a unas terceras elecciones generales que ceder y entregar el testigo de la oposición a Podemos, sobre todo después del varapalo sufrido por Pablo Iglesias el domingo. España ha pasado por dos legislativas en seis meses y el líder socialista parece que sigue instalado en el cálculo electoral después de haber cosechado por dos veces consecutivas el peor resultado para la historia del Partido Socialista, concluyen fuentes parlamentarias.

Rajoy desconoce qué será de Pedro Sánchez

A la espera de la reunión del máximo órgano del PSOE entre congresos, Rajoy ha decidido ser prudente en el movimiento de fichas antes de mostrar sus cartas. En la mañana de este jueves se supo que arrancará con Coalición Canaria el diálogo formal para superar la investidura, decisión que en el PP se interpreta como la señal evidente de que el presidente no ve todavía asentado el liderazgo de Pedro Sánchez dentro de su partido a la vista de los resultados del domingo y del grave cuestionamiento interno que padece.

Hay un problema de tiempos, se reconoce en el PP, puesto que lo lógico sería que Sánchez aguantara en la secretaría general hasta el congreso previsto para el otoño, mientras que la sesión de investidura puede celebrarse a finales de este mes. Este juego de los tiempos fue lo que llevó el miércoles a la diputada de Coalición Canaria Ana María Oramas a vaticinar que no habrá nuevas elecciones, pero que no se podrá constituir el Gobierno hasta bien entrado el mes de octubre y que en el Consejo de Ministros no estarán ni Rajoy ni Sánchez. A algunos parlamentarios socialistas les parece una apuesta arriesgada, pero a otros no tanto.

El PNV tiene dos problemas para apoyar la investidura: las elecciones vascas y la incompatibilidad con Ciudadanos

En el diálogo informal que mantienen los partidos citados ha salido también a relucir la incompatibilidad entre Ciudadanos y el PNV, las dos fuerzas alternativas al PSOE que, junto a los dos diputados canarios, le valdrían a Rajoy para superar la investidura. Ni el lendakari, Iñigo Urkullu, ni el resto de los dirigentes nacionalistas, olvidan el énfasis que Albert Rivera puso durante la campaña en la necesidad de suprimir o, cuando menos, retocar el Concierto económico vasco por considerarlo como un privilegio generador de agravios para el resto de las comunidades. Y esto para el PNV es como mentar el diablo.

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