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España

El Gobierno teme que la marea catalana arrastre al País Vasco a reclamar otro referéndum

Es fácil imaginar la reacción que tendría Iñigo Urkullu, comentan fuentes nacionalistas, en el caso de que en Cataluña se llegara a declarar la independencia. En este caso, el lehendakari no tendría más remedio que recuperar algunos de los postulados del ‘plan Ibarretxe’ que su antecesor en el cargo trasladó sin éxito al Congreso de los Diputados en 2005, admiten.

Este es un riesgo del que acaba de advertir en el Congreso alto y claro el portavoz del PNV, Aitor Esteban, al propio presidente del Gobierno. “Se lo voy adelantando para cuando llegue la consulta para el País Vasco. La Constitución española solo recibió en Euskadi el 30% de los votos del censo, un fracaso en toda regla. No se hizo pactando con los vascos ni estos dieron nunca su visto bueno al texto. No decidimos juntos la Constitución ni la estructura del Estado, no contaron con nosotros, que quede claro, porque cuando llegue el momento, queremos decidir”. Un matiz importante respecto a Cataluña.

El PNV acaba de recordar a Rajoy que el País Vasco no apoyó mayoritariamente la Constitución, al contrario que Cataluña

¿Y cuándo llegará este momento? Pues, según el calendario que maneja la ponencia constituida en el Parlamento vasco para aumentar su autogobierno, a finales del año que viene, después de que comparezca en ella Juan José Ibarretxe, uno de los convocados. Si bien los trabajos que acaban de arrancar en el Parlamento autonómico pueden conducir a un sucedáneo del Plan Ibarretxe, el ‘revival’ sería en todo caso útil para rearmar políticamente al partido en el horizonte todavía lejano de las elecciones autonómicas de 2016 ya que Urkullu se verá obligado a hacer algún gesto a su electorado más independentista, más dormido que el catalán durante la travesía de la crisis económica.

De esta forma, Rajoy puede encontrarse en la recta final de la legislatura con dos problemas territoriales abiertos y complicados de resolver, el catalán y el vasco, a no ser que antes, quizás después de las europeas del mes que viene, se avenga a negociar una reforma constitucional que cuenta, cada vez, con más adeptos.

A la ponencia que estudia en el País Vasco la mejora del autogobierno ha sido convocado Juan José Ibarretxe

La advertencia del PNV llega en un momento inapropiado para el propio partido, reconocen sus parlamentarios, ya que se acaba de renovar con el Gobierno el Concierto Económico y la relación del lehendakari Iñigo Urkullu con Mariano Rajoy es fluida. Pero todos ellos reconocen que el País Vasco no podrá quedarse atrás si la marea catalana se desborda y hubiera, por parte del Parlamento autonómico controlado por CiU y ERC, una declaración unilateral de independencia.

En realidad, lo que primero preocupó al lehendakari cuando en octubre de 2012 inició su mandato fue que el problema catalán acabara por colocar al Concierto Vasco en el foco de atención del resto de las comunidades autónomas y también del Congreso de los Diputados. Eso ha sucedido solo en parte, pues la única fuerza política que ha pedido por activa y por pasiva acabar con algo que entiende todo un privilegio ha sido UPyD, a través de su portavoz, Rosa Díez. La defensa que el Gobierno ha hecho del Concierto y la renovación pendiente del cupo vasco no ha sido óbice para que el PNV haya recordado periódicamente en Madrid que todavía hay transferencias que no se han hecho y otras competencias que han sido disminuidas con el paso del tiempo a través de leyes y decretos varios.

Desde las filas nacionalistas se advierte que el Concierto Económico no supone un privilegio si se calcula bien el cupo

De momento, para calentar el ambiente, el Gobierno vasco anda metido en el estudio de los efectos económicos que tendría para esta comunidad la independencia. El encargo proviene del propio Parlamento autonómico y los cálculos que han empezado a manejarse son variados. Desde el PNV se reconoce que en el debate nacional parte con desventaja, pues ha calado la identificación del Concierto Económico con un privilegio cuando es algo que, en teoría, no tiene por qué implicar un trato de favor si el cupo por el que se liquida el gasto se calcula bien y tiene una actualización constante. Algo que no está ocurriendo.

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