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España

El lehendakari Urkullu no descarta anticipar las elecciones vascas a mayo o junio

Varias papeletas electorales

Las elecciones autonómicas vascas, previstas inicialmente para el próximo mes de octubre, pueden adelantarse al mes de mayo o junio si en Madrid se constituye el Gobierno central en los dos próximos meses, el plazo de que disponen los partidos para llegar a un acuerdo de investidura tras la frustrada elección de Pedro Sánchez. El anticipo, aunque podría considerarse meramente técnico, ya que agosto es inhábil a efectos parlamentarios y la convocatoria de octubre obliga a disolver la Cámara de Vitoria a primeros de septiembre, guarda también relación con la reciente excarcelación de Arnaldo Otegui y la fuerte irrupción de Podemos en el ámbito institucional vasco.

Arnaldo Otegui quedó en libertad el pasado 1 de marzo, tras cumplir seis años y medio de reclusión por un delito de pertenencia a banda armada, y pese a que la sentencia lleva aparejada su inhabilitación para ostentar cargos públicos, lo cierto es que el fallo no especifica cuáles de ellos, lo que va a ser utilizado por su letrada para intentar soslayar dicha imposibilidad y que sea el candidato a lehendakari de Sortu tras someterse a unas elecciones primarias en las que nadie duda que será elegido.

Pueda o no concurrir finalmente a los comicios como cabeza de cartel de la izquierda abertzale, lo cierto es que se trata de la persona más mediática del mundo radical, con capacidad para revertir la pérdida paulatina de poder institucional que aquélla registra desde las municipales y forales de mayo de 2015. EH Bildu, la coalición electoral con la que la izquierda abertzale ha concurrido a las últimas convocatorias, no ha dejado de perder apoyos en beneficio de Podemos.

Sortu está inmersa en un proceso de reorganización interna que debe culminar con un congreso la próxima primavera, en el que definirá su estrategia de futuro

La irrupción de Podemos

El otro elemento que aconseja el anticipo electoral es la irrupción de Podemos en las instituciones vascas. El partido es ya la tercera fuerza política, tras el PNV y EH-Bildu, pero a la vista de los resultados cosechados en las generales amenaza la hegemonía nacionalista. De hecho, el 20D fue la formación más votada, con 15.000 sufragios más que el PNV, aunque consiguiera 5 escaños por 6 de los peneuvistas. Sortu está inmersa en un proceso de reorganización interna que debe culminar en un congreso la próxima primavera, en el que definirá su estrategia de futuro. Por de pronto, en el documento de debate que se está sometiendo a la consideración de la militancia la formación pide a ETA que se desarme y no se descarta que la banda terrorista atienda esta petición. Otegi puede jugar un papel relevante en este terreno. El anticipo electoral pillaría a la izquierda abertzale en pleno proceso de reconversión, sin tiempo suficiente para “vender” su nueva imagen de cara a los comicios.

La formación morada se encuentra en pleno proceso de reestructuración interna, con la elección de una nueva dirección tras la dimisión de la que dirigía Roberto Uriarte en desacuerdo con la configuración de las listas electorales para los comicios del pasado mes de diciembre. En este caso, el anticipo evitaría que Podemos Euskadi concurriera con el suficiente rodaje, si bien los datos demuestran que, más que las personas, en su caso ha funcionado la marca.

El PNV sigue siendo la primera fuerza

El último euskobarómetro, elaborado en junio de 2015 (no se realizó el correspondiente a diciembre por las elecciones del 20D), situaba al PNV como primera fuerza política, con 25-26 escaños, uno menos que en los comicios de 2012. En segundo lugar, EH Bildu obtendría entre 18 y 19 diputados, frente a los 21 de que dispone en la actualidad. Podemos irrumpiría con fuerza en la Cámara de Vitoria, con 11-12 escaños. El PSE sufriría un fuerte retroceso y pasaría de los 16 representantes actuales a 10-11. El PP, por su parte, perdería dos diputados y pasaría de 10 a 8. UPyD, con un representante, pasaría a ser un partido extraparlamentario. De confirmarse estos datos, la configuración del futuro gobierno obligaría a una alianza a tres bandas (la mayoría está situada en 38 escaños sobre 75).

Personas del entorno del presidente Urkullu sostienen que el lehendakari es partidario de agotar la legislatura, pero que dadas las circunstancias señaladas tampoco vería con desagrado el adelanto electoral si antes en Madrid las fuerzas políticas que en estos días negocian para intentar configurar el futuro Gobierno son capaces de llegar a un acuerdo antes del próximo mes de mayo. De no conseguirlo habrá que ir a comicios el 26 de junio. Una circunstancia que descartaría el anticipo electoral vasco.

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