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España

Un español tiene 200 clases al año más que un finlandés y 60 puntos menos en PISA

Clase de un colegio.

Los alumnos españoles de Secundaria Obligatoria (ESO) cursan cada año una media de 194 horas más que los finlandeses, pero éstos alcanzan sistemáticamente los primeros puestos del Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA), con una distancia sobre aquellos de entre 55 y 66 puntos en 2009.

La asistencia a clase de los estudiantes españoles -1.050 horas anuales- supera también las medidas de la UE (881) y de la OCDE (907), según la versión española del informe Panorama de la Educación 2013 de esta última organización, con datos de 2011. A pesar de ello, los resultados de los alumnos de 15 años de nuestro país en PISA están también por debajo del promedio de la OCDE en comprensión lectora y las competencias matemática y científica.

Entonces, ¿dónde está el problema? En vísperas de conocer los resultados de PISA 2012 (3 de diciembre), el analista principal del programa, Pablo Zoido, da una pista: "No es solamente un asunto de número de horas de clase, de cantidad, sino también de calidad", pues en ésta influyen varios factores, según explica a Efe. En primer lugar cita el currículum, un plan de estudios adecuado, es decir ¿están los alumnos aprendiendo a aprender o están simplemente acumulando conceptos y conocimientos?.

A continuación se refiere a la pedagogía, la calidad del profesorado, si tiene el apoyo que necesita, la libertad y la capacidad para mejorar. Por último, se pregunta Zoido si los padres se involucran de forma activa y positiva para reforzar en casa el trabajo escolar. "España tiene un sistema sólido (...), pero está muy lejos -constata- de los sistemas con mejor calidad". El propio informe de la OCDE reconoce las dificultades de analizar la influencia que el tiempo que los alumnos pasan en las aulas tiene en el rendimiento escolar si se separa de otras variables y añade que existen pocos análisis empíricos que evalúen esta relación.

No obstante, menciona a Victor Lavy, que se fijó en 2010 en las horas de clase y los resultados de los alumnos en los exámenes de PISA 2006. Entre otras conclusiones de este economista de la educación, el efecto causal de las horas de instrucción es positivo y significativo sobre los resultados de los alumnos. Además, quienes más se benefician de este tipo de intervención son las niñas y, en general, los estudiantes con un nivel socioeconómico más bajo. Pero si se tienen en cuenta los países en desarrollo, el efecto disminuye a la mitad. 

Por último, el rendimiento de las horas de clase es más alto en los centros con rendición de cuentas y mayor autonomía. "Se puede concluir que aumentar el tiempo en clase es positivo para el éxito de estudiantes, pero se carece de estudios rigurosos -matiza la OCDE- que se centren en los costes y beneficios de este tipo de intervención". 

En general, la OCDE detecta diferencias "notables" entre los horarios escolares de cada país, pues el número medio de horas lectivas anuales de Primaria en Finlandia es 626; en Italia y Portugal, 891; y en los Países Bajos, 940. En algunos casos, la distancia entre los países se amplían en la Secundaria Obligatoria, por ejemplo en Suecia, donde el número de horas de instrucción es de 741; mientras que son 1.000 en los Países Bajos o 1.167 en México.

El informe también se detiene en la carga lectiva relativa de las materias básicas medida en relación con el horario total. La educación española dedica el 17% del horario total de la ESO a Lengua (lectura, escritura y literatura), el 12% a Matemáticas y el 8% a Ciencias.

Las medias de la UE y de la OCDE son 16, 13 y 12%, respectivamente; y en el caso de Finlandia, 12, 12 y 19%. Japón, con 866 horas lectivas anuales, dedica un 11% a Lengua y a Ciencias y un 12% a Matemáticas. El cuadro recoge la puntuación media obtenida por los alumnos españoles, finlandeses, japoneses, mexicanos y del conjunto de la OCDE en las pruebas de PISA 2009.

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