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España

La Infanta sólo teme las preguntas del socio de Urdangarín

La Infanta Cristina en su coche acompañada por sus escoltas

Los abogados de la Infanta han pasado las últimas tres semanas preparando el interrogatorio que el juez Castro tiene previsto plantear mañana. Las simulaciones a las que han sometido a la hija del Rey hasta hoy mismo pretenden evitar cualquier imprevisto. Por ese motivo, la defensa de Doña Cristina evitará las preguntas del socio de Urdangarín y de las demás acusaciones, tal y como adelantó Vozpópuli el pasado día 1 de febrero. El temor del despacho de Roca son las conversaciones que ambos matrimonios pudieron tener y en las que los abogados de Diego Torres podrían establecer el paralelismo entre la mujer de Urdangarín y la mujer de Diego Torres, Ana María Tejeiro, imputada en el caso.

La mujer de Diego Torres no será acusada por la Fiscalía

El abogado de Torres, Manuel González Peeters, dispone de los e-mails de Urdangarín y de las conversaciones entre el Duque de Palma y su cliente como arma para probar que la Infanta conoció y participó en las actividades de Aizoon y, por ese motivo, los abogados de Doña Cristina buscan evitar el enfrentamiento, según fuentes de la causa.

La mujer de Torres, fuera del foco

A esa estrategia puede contribuir la Fiscalía Anticorrupción que, pese a que ha implicado a la mujer de Diego Torres a lo largo de todo el proceso, filtró ayer que su escrito de acusación sólo pedirá penas para Iñaki Urdangarín y Diego Torres, es decir, que dejará fuera del foco a Ana María Tejeiro. Ésa era una de las grandes reclamaciones jurídicas de Diego Torres que ha jugado con los e-mails de Urdangarín para lograr que se retirara la imputación a su esposa.

El Ministerio Público, según fuentes de la causa, mantiene contactos con las defensas de ambos acusados para cerrar un acuerdo de conformidad por el que se pacten unas penas mucho menores de los 14 años que reclamará en su escrito.

La estrategia de la Infanta: desconocimiento y desconexión

Los abogados de la Infanta mantienen una misma estrategia desde que comenzó el sumario: asegurar que la Infanta Cristina nunca supo qué actividades realizaba su marido, es decir, alegar desconocimiento y defender que Doña Cristina tampoco tomó parte en la gestión económica de Aizoon, es decir, desconexión. Esa doble línea de defensa es la que pretenden desplegar en un interrogatorio que han ensayado una y otra vez y en el que se han guionizado preguntas y respuestas para evitar el menor desliz dialéctico.

La aspiración del bufete de Miquel Roca es la de calificar como "personalísima" la actividad profesional de Urdangarín y para ello preguntarán a la Infanta por su conocimiento sobre las que consideran dos fuentes de ingresos de Urdangarín:

  • La retribución que percibía como miembro de Consejos de Administración
  • Y los pagos que obtuvo como asesor de compañías mercantiles privadas y, por tanto, imputables únicamente como rendimientos del trabajo personal

La estrategia del bufete pasa por que la Infanta alegue desconocimiento de ambos conceptos para reforzar la tesis del desconocimiento y la desconexión del dinero ilícito.

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