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El enfado de Suiza con España por el 'caso Falciani' beneficia a Iñaki Urdangarin

El procesamiento de Iñaki Urdangarin por el caso Nóos es inevitable, pero el yerno del rey ha encontrado un insospechado aliado que le puede permitir, al menos, salvar la cara sobre la supuesta tenencia de cuentas opacas en paraísos fiscales. La presencia en España de Hérve Falciani, el informático francoitaliano que destapó la existencia de miles de evasores con cuentas en el banco suizo HSBC, y la resistencia de la Audiencia Nacional a extraditarle al país helvético -la Fiscalía ya ha dejado claro que los delitos de los que se le acusa en el pequeño país no son considerados como tales en España- ha provocado un enorme malestar en las autoridades de Berna, que, según denuncian a este diario fuentes policiales, han ralentizado “hasta la desesperación” la tramitación de peticiones de información por parte de la Justicia de nuestro país en éste y otros casos de corrupción que se investigan. “Los suizos siempre han sido ‘muy suyos’ para facilitar datos bancarios, pero ahora lo son más”, aseguraban ayer agentes especializados en la lucha contra la delincuencia financiera consultados por este diario.

El juez Castro sospecha que el yerno del rey oculta 143.000 euros en la cuenta abierta en el país helvético por un bróker que hizo negocios con el duque de Palma

En concreto, las autoridades judiciales suizas todavía no han enviado al juez que instruye el caso, José Castro, la información que éste ha reclamado a través de una comisión rogatoria sobre una cuenta en la que supuestamente el duque de Palma tendría ocultos 143.000 euros. Según un informe de la Fiscalía conocido ahora tras levantarse el secreto del sumario sobre la trama exterior de la red urdida por Urdangarin y su socio Diego Torres, dicha cuenta fue supuestamente abierta a nombre de la empresa suiza Artic S.A., y a ella llegaron, tras un periplo por otras depósitos a nombre de intermediarios, esa cantidad. La misma era supuestamente el pago a Urdangarín por su participación en un proyecto frustrado en Jordania en el que iba a intervenir una empresa filial de Aguas de Valencia (Agval), que fue quién pagó. Las investigaciones de la Policía española han permitido, incluso, conocer quién se encontraba detrás de la sospechosa cuenta: un bróker que hizo negocios con Aizoon, la sociedad propiedad de Urdangarin y la infanta Cristina.

Fuentes jurídicas destacaban ayer a este diario que la lentitud de Suiza en facilitar la información y bloquear el dinero que aún pudiera existir en la sospechosa cuenta no afectará de modo significativo a la situación judicial del yerno del rey. De hecho, estas mismas fuentes apuntan a que la cuantía supuestamente oculta en la misma no alcanza el mínimo de capital defraudado para ser considerado delito fiscal. Sin embargo, sí sería demoledor para su credibilidad en el futuro juicio, ya que el duque siempre ha negado tener cuentas en paraísos fiscales. No obstante, estas mismas fuentes también recalcan que sin la ayuda de la Justicia suiza será muy difícil probar que ese dinero es suyo ya que el supuesto testaferro que aparece como titular de la misma siempre ha negado haber cedido esa cuenta a Urdangarin para que la utilizara para ocultar ninguna cantidad de dinero.

Luxemburgo sí ha colaborado

En este sentido, mucha menos suerte ha tenido el que fuera socio del yerno del rey en el Instituto Nóos, Diego Torres, quien en 2009, cuando la investigación sobre las actividades de ambos avanzaba, buscó supuestamente refugio a su dinero en Luxemburgo. Éste país sí ha respondido a la comisión rogatoria librada por las autoridades españolas y ha bloqueado depósitos con algo más de 900.000 euros que aparecían a nombre de éste y de su esposa y también imputada, Ana María Tejeiro. Un informe policial presente en el sumario destaca que para hacer llegar dicha cantidad de dinero al gran ducado, el ex socio de Urdangarin creó una trama empresarial que incluían una sociedad matriz en Belice y una empresa filial en Londres a través de las cuales canalizó ese dinero.

Los informes policiales aseguran que gran parte de la cantidad intervenida en Luxemburgo y de la que supuestamente acabó en cuentas suizas tienen su origen en el Instituto Nóos y, más en concreto, en los 6 millones de euros públicos que la ONG del yerno del rey cobró a los gobiernos valenciano y balear por la organización de costosas jornadas relacionadas con el deporte y el marketing. Esa parte de la trama es la que tanto el juez como el fiscal creen absolutamente probada, lo que permitirá que Urdangarin, Torres y el resto de imputados se sienten en el banquillo acusados de, al menos, cuatro delitos: malversación de fondos públicos, prevaricación, falsedad documental y fraude a la Administración. Para ello será clave uno de las pocas diligencias que faltan para concluir la instrucción del sumario: los informes finales de la Agencia Tributaria sobre la actividad económica del Instituto Nóos y sus propietarios, incluidas sus declaraciones de la renta.

Otros sumarios afectados

El caso Urdangarín no será, sin embargo, la investigación judicial más afectada por la ralentización de la colaboración suiza tras el más que previsble rechazo de la justicia española a entregar a Falciani. En estos momentos, diversos jueces españoles instruyen causas cuyas ramificaciones económicas pasan irremediablemente por el país helvético. Es lo que sucede con el sumario de la Operación Gürtel o las investigaciones que se pueden iniciar si, finalmente, el ex empleado de HSBC revela más datos evasores españoles como ha prometido. También pueden verse afectadas la polémica investigación sobre la posible existencia de cuentas bancarias de políticos catalanes en el caso Palau y las pesquisas sobre las posibles conexiones financieras en el país centroeuropeo con la quiebra de Viajes Marsans y su anterior propietario, el ex presidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán.

Por último, el juez que instruye el caso Emperador, que investiga la trama de blanqueo de dinero empleada por una amplia trama de empresarios chinos y españoles para evadir dinero de España, también ha dictado varias comisiones rogatorias a las autoridades de Berna para que, entre otras gestiones, procedieran a la detención de varios de los implicados en la misma que residían en el pequeño país. Uno de ellos era Marc Pérez, un destacado directivo en Ginebra de HSBC, el mismo banco en el que trabajaba el informático que ha provocado la actual tensión judicial entre Suiza y España.

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