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España

Francisco Camps acaricia la idea de volver a la política como eurodiputado

Francisco Camps coquetea con la idea de volver, de rehabilitarse, de “limpiarse” tras quedar definitivamente exonerado de cohecho impropio por el caso de los trajes que negó haber recibido de la trama corrupta montada por Francisco Correa en Valencia, Orange Market, presidida por Álvaro Pérez, “el bigotes”. No parece anhelar algo en la primera línea política, según fuentes populares, sino un destino más discreto que permita esa “reparación” a la que cree tener derecho tras su vía crucis judicial por el que acabó dimitiendo tras las elecciones locales y autonómicas del 22 de mayo de 2011.

Los mismos medios apuntan a un puesto en la lista europea como el destino más idóneo para cumplir con ese deseo. Europa no es para él un escenario ajeno. Siendo presidente de la Generalitat acudía a las reuniones del Comité de las Regiones, donde consiguió, entre otras cosas, que se aprobara un informe que defendía los trasvases como modo de luchar contra la sequía. La sentencia del Supremo, de principios de abril, respaldando la absolución del jurado por entender que ésta no fue ni “arbitraria” ni “irrazonable” ni “ilógica”, como señalaba el recurso de los socialistas valencianos, ponía punto y final a este caso. Tras la decisión del alto tribunal, Camps se siente legitimado para regresar.

Lo que ocurre es que entre los deseos y la realidad hay un ancho camino que Génova no parece querer recorrer. Primero, porque a pesar de la definitiva absolución, no está despejado del todo su horizonte judicial. La financiación del PP valenciano y el caso Noos penden todavía sobre su cabeza. De hecho, el vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, declaró en calidad de testigo el pasado 19 de marzo que "como espectador, lo que vi es que Francisco Camps lo propuso a las Cortes Valencianas", en alusión al convenio fimado a finales de 2005 entre la Generalitat y el Instituto Noos para celebrar unos Juegos Europeos que nunca tuvieron lugar. Por aquel entonces, González Pons era consejero del gobierno valenciano y en calidad del mismo lo rubricó junto con el resto del Consell.

Desde su dimisión, tras las últimas elecciones locales y autonómicas de 2011, Génova ha cortocircuitado sus relaciones con Camps

Pero, quizá lo más determinante, es que Génova ha cortocircuitado todo contacto con Camps desde que forzó su dimisión. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, fue la que mantuvo, como ante Luis Bárcenas, la posición más dura contra el hoy ex presidente de la Generalitat, que se resistió contra viento y marea, primero, a acatar las órdenes de la dirección nacional para que presentara la cabeza de su “número dos” en el partido, Ricardo Costa, en bandeja de plata, y, más tarde para dimitir él mismo.

Sus posibilidades de volver son casi inexistentes y si a ello se suma las dificultades de confección que va a tener la lista europea, ya se antojan casi imposibles. Hay que tener en cuenta que el PP trabajará con la previsión de un fuerte descenso electoral, de modo que los puestos de salida se reducen de forma drástica. Todo son incógnitas respecto a esta candidatura, incluso quién será el cabeza de lista, pues en el PP hay sectores poderosos que defienden la sustitución de Jaime Mayor Oreja, frente a otros que entienden que, ante el más que previsible batacazo, es mejor no hacer muchos cambios. Los nombres de Miguel Arias Cañete y de Ana Mato también han surgido como probables aspirantes a encabezar o engrosar la lista. Pero hasta el momento, hasta que Mariano Rajoy rompa su silencio, hay demasiadas incertidumbres como para dar cabida además a Francisco Camps.

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