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España

Don Juan Carlos se suma a las presiones de su hijo para conseguir la renuncia de la infanta Cristina

La infanta Cristina no tiene la intención de renunciar a sus derechos sucesorios, al menos hasta que el juez Castro decida si tiene que sentarse en el banquillo. Don Felipe ha intentado por todos los medios hacerle entrar en razón. Mensajes directos y consejeros familiares han chocado una y otra vez contra el muro de absoluta cerrazón de Cristina, que se siente maltratada por su familia. "Piensa que es un chivo expiatorio", que se la está utilizando para lavar la imagen de la monarquía, cuentan algunos de los habituales de palacio.

El rey don Felipe ya ha tirado la toalla, pero ahora ha recibido el apoyo de su padre, quien desde hace semanas, casi desde que se conoció la imputación dictada por el instructor del caso Nóos, se ha sumado a las presiones sobre doña Cristina para que ceje en su actitud y se avenga a razones. Padre e hijo están muy molestos con esta situación, que daña en forma directa a la monarquía, según admiten fuentes de la casa.

Don Juan Carlos y Felipe VI están muy molestos con esta situación porque daña en forma directa a la monarquía

Las relaciones padre e hija

Don Juan Carlos fue quien la recibió y con quien pasó la velada en Zarzuela el mismo día de febrero en que la infanta declaró ante la audiencia de Mallorca. Fue un gesto de padre. También trascendió en su momento que vivió con él en palacio las horas históricas de la proclamación de su hermano, el pasado mes de junio. Se asegura que don Juan Carlos, que decidió no estar presente en la solemne sesión de las Cortes, siguió el acontecimiento por televisión en compañía de su hija. Un extremo que no ha sido confirmado oficialmente ya que la Casa no hace públicos asuntos referidos a la vida privada de la familia.

También la clase política considera que el tira y afloja sobre los derechos dinásticos debería haberse solventado mucho antes. La causa contra la infanta daña, siquiera tangencialmente, a su hermano, como también lo hace a la imagen de la propia institución. Por ejemplo, la actividad del rey en México, en su primera Cumbre Iberoamericana, ha quedado deslucida por las noticias que llegaban de los juzgados de Mallorca. Un contratiempo mediático que ha enervado en forma muy especial al equipo de don Felipe, que había preparado esta ocasión con enorme detalle, dada la importancia del mundo iberoamericano para los intereses de España.

Una decisión personal

Hija y hermana del rey, doña Cristina de Borbón es la sexta en el orden sucesorio de la Corona tal y como dispone la Constitución. La renuncia a sus derechos es una decisión personal. Nadie se los puede arrebatar, ni siquiera el rey, a menos que se modifique el artículo 57 de la Carta Magna. La infanta, que reside en Ginebra con su esposo, Iñaki Urdangarin, para quien el fiscal acaba de solicitar penas sancionables con casi veinte años de prisión, se siente sola y desamparada, apenas mantiene relaciones con su hermano, menos aún con su cuñada, la reina doña Letizia, y tan sólo recibe en ocasiones la visita de su madre, quien está de su lado en este asunto.

No quiere renunciar, nunca lo ha querido. Considera que de hacerlo estaría reconociendo su culpa

No quiere renunciar, nunca lo ha querido, al menos hasta que se sustancie la última fase de la instrucción judicial de que es objeto. Considera que de hacerlo estaría reconociendo su culpa. Algo que choca abiertamente con lo declarado por su defensa, que tras conocer el escrito del fiscal Horrach, declaró que doña Cristina entregará 'de forma inmediata' los 600.000 euros que demanda el ministerio público por su participación a título lucrativo de los delitos fiscales que se le atribuyen a su marido. Una decisión que ha producido cierta sorpresa ya que asumir el pago de esta cantidad implica, de alguna forma, reconocer que su esposo ha incurrido en esos delitos por los que a ella se le reclama ahora la cantidad mencionada.

De momento, los abogados de la infanta se mostraron este martes razonablemente satisfechos con el escrito del fiscal, que no le imputa delito alguno y reclama que se archive el caso abierto en su contra. Pero, a la espera de lo que decida el juez Castro, doña Cristina no tiene previsto hacer ningún movimiento en lo referido a su renuncia, de acuerdo con las mencionadas fuentes. Ni antes, ni ahora. Al menos, hasta que se sepa si ha de sentarse o no en el banquillo. Será en ese momento cuando decida finalmente si da el paso que tanto le reclama su familia.

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