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España

Aznar, Aguirre y la 'pax mariana' dan alas al PP en los sondeos de campaña

Mariano Rajoy y José María Aznar, en una foto de archivo

La 'pax mariana' domina la campaña del Partido Popular. Las turbulencias de hace unas semanas prácticamente han desaparecido. Los barones firmaron una tregua simbólica hasta después del 24M, la fecha en la que tanto se juegan. Las hostilidades entre Moncloa y Génova también se han difuminado. Sáenz de Santamaría ha llenado su agenda de actos y Dolores Cospedal, además de coordinar la campaña de Génova, se ha centrado en su difícil objetivo de renovar su mandato en Castilla la Mancha.

Soplan vientos de alivio en el cuartel general del PP, después de una larga temporada de fricciones internas y tras el mazazo sicológico que supuso el último barómetro del CIS, que auguraba un horizonte nada tranquilizador. La campaña empieza a encajar. Las navajas se han guardado en el cajón, las pugnas intestinas prácticamente han desaparecido y todo el mundo rema en la misma dirección.

Los objetivos prioritarios en el partido son movilizar a su votante cabreado o escéptico y taponar la fuga hacia Ciudadanos

El votante escéptico

Movilizar a su votante cabreado o escéptico y taponar la fuga hacia Ciudadanos son los objetivos prioritarios. Hay que recuperar el tiempo perdido y abandonar actitudes de desánimo, dicen en la cúpula del partido. Algunos barones regionales, algo desalentados, muestran ahora una actitud diferente.

La actitud de José María Aznar en su vibrante mitin de Zaragoza y la fotografía de Esperanza Aguirre pedaleando amablemente junto a Mariano Rajoy a la orilla del Manzanares simbolizan a la perfección este estado de cosas. "Con Aguirre y Cifuentes los madrileños serán mucho más felices", dijo el presidente del Gobierno mientras sus candidatas se deshacían en sonrisas. Esto va sobre ruedas, debió pensar. La situación se ha calmado, los nervios empiezan a templarse y, por primera vez desde hace tiempo, en el PP se empiezan a percibir las cosas con más optimismo.

Pese a todo, Esperanza Aguirre, fiel a su personalidad, mantiene algunas salidas del guion. Horas después de la amigable escena de las bicis, insistía en que no descarta, aunque lo ve 'improbable', aspirar a la presidencia del Gobierno este mismo año, y también se mantenía en su firme defensa de la elección de candidatos mediante el procedimiento de las primarias.

Frenazo a la caída

Los 'trackings' internos que se manejan en Génova subrayan esta tendencia positiva, según comentaban este miércoles fuentes del equipo de seguimiento de la campaña. En algunas regiones complicadas, como la Comunidad Valenciana, se ha logrado frenar la caída, pese a los enormes problemas de corrupción que sacuden allí al partido y al Ayuntamiento. En otras zonas, las perspectivas son aún más claras, como en Murcia, donde se recupera el terreno perdido.

El tándem Aguirre-Cifuentes, tan singular, logra su principal objetivo, que es abarcar todo el espectro del centroderecha

También en Madrid las cosas están funcionando. El tándem Aguirre-Cifuentes, tan singular, logra su principal objetivo, que es abarcar todo el espectro del centroderecha. Cada candidata sostiene planteamientos diferentes en cuestiones importantes, como el aborto, los impuestos, la sanidad... Pero su campaña, muy activa e intensa, está dando resultados. A su favor juega el nivel de los rivales, no demasiado potente. Aguirre tiene enfrente al socialista Carmona, algo desvaído, y a una Carmena de Podemos, 'tocada' ya por el escándalo del despacho de su esposo. Villacís, de Ciudadanos, es sin duda el competidor más peligroso ya que ofrece un perfil muy del agrado del votante del PP.

En la batalla por la Comunidad, Cifuentes apenas tiene rivales de fuste, como se comprobó en el debate televisivo de esta misma semana. Gabilondo no produce rechazo pero tarda en lograr adhesiones.

Aznar, en su mitin junto a Luis Fernanda Rudi, ha dado aliento al sector del PP más tradicional. Este fin de semana hará lo propio en un macro-acto en Madrid, junto a Aguirre, Cifuentes y su esposa, Ana Botella. Ni una crítica a Rajoy, ni un comentario ácido sobre el Gobierno. Lo que corresponde, aunque no ha dejado de producir cierta sorpresa. "De haber sabido que venía en buen plan, la organización habría montado un mitin con Rajoy", dicen en la dirección del partido.

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