Quantcast

España

Sánchez se conforma con retener los 90 diputados del 20D y depender del rescate de Podemos

Pedro Sánchez, entre Antonio Hernando y César Luena.

El riesgo de que el PSOE quede relegado como tercera fuerza política a nivel nacional –el pasado 20D ya quedó cuarto en Madrid– ha pasado a considerarse en el equipo de Pedro Sánchez como una posibilidad cierta ante la que, de momento, no está sabiendo reaccionar. Esta pasividad se explica, según fuentes socialistas, por la resignación con la que el secretario general ha empezado a asumir el 'sorpasso' a manos de Unidos Podemos, la coalición con la que Pablo Iglesias y Alberto Garzón tratarán de rentabilizar el 26J los más de 900.000 votos que el 20D no tradujeron en un aumento de su representación parlamentaria.

Sánchez se conforma con repetir los resultados del 20D y depender de Podemos y el PNV

En medios próximos al líder socialista se asegura que Sánchez consideraría un buen resultado retener los 90 diputados obtenidos hace cinco meses y poder contar, esta vez sí, con el respaldo de Podemos y del Partido Nacionalista Vasco para llegar a La Moncloa, el único flotador que le salvaría del naufragio y del desalojo a la fuerza de la secretaría general.

La falta de reacción del líder socialista ante el peligro cierto de 'sorpasso' que anticipan numerosas encuestas, está siendo contemplada con indignación y creciente nerviosismo en las federaciones más potentes del PSOE, pues que Sánchez mantenga al partido en la segunda posición a nivel nacional podría ser relativamente sencillo de gestionar, todo lo contrario que si los socialistas se ven superados por Unidos Podemos y tienen que elegir entre aceptar la continuidad de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno o apoyar a Pablo Iglesias para esta responsabilidad, algo que en amplios sectores del Partido Socialista pone los pelos de punta y sobre lo que el propio Sánchez ha evitado hasta ahora definirse.

Las críticas se han disparado también contra el equipo de campaña de Sánchez, considerado por las federaciones afines a la presidenta andaluza, Susana Díaz, como uno de los más flojos con los que ha contado el PSOE para unas legislativas. Sánchez ha vuelto a primar la lealtad y lo ha dejado en manos de personas sin apenas experiencia en confrontaciones electorales. La coordinación ha vuelto a recaer en el responsable de Organización, César Luena, la portavocía en Antonio Hernando y la estrategia en el dirigente vasco Rodolfo Ares. El grupo se completa con el exjefe de Gabinete de González y Zapatero, José Enrique Serrano, y la joven diputada María González, experta en redes sociales. Los cinco están rodeados de la mayoría de los dirigentes que formaron parte del equipo negociador con Ciudadanos y con Podemos y que buscó la investidura de Sánchez.

En el PSOE se disparan las críticas contra el equipo de campaña por su falta de reacción ante el riesgo de sorpasso en la izquierda

El riesgo de que el PSOE quede relegado como tercera fuerza política a nivel nacional –el pasado 20D ya quedó cuarto en Madrid– ha pasado a considerarse en el equipo de Pedro Sánchez como una posibilidad cierta ante la que, de momento, no está sabiendo reaccionar. Esta pasividad se explica, según fuentes socialistas, por la resignación con la que el secretario general ha empezado a asumir el 'sorpasso' a manos de Unidos Podemos, la coalición con la que Pablo Iglesias y Alberto Garzón tratarán de rentabilizar el 26J los más de 900.000 votos que el 20D no tradujeron en un aumento de su representación parlamentaria.

Sánchez se conforma con repetir los resultados del 20D y depender de Podemos y el PNV

En medios próximos al líder socialista se asegura que Sánchez consideraría un buen resultado retener los 90 diputados obtenidos hace cinco meses y poder contar, esta vez sí, con el respaldo de Podemos y del Partido Nacionalista Vasco para llegar a La Moncloa, el único flotador que le salvaría del naufragio y del desalojo a la fuerza de la secretaría general.

La falta de reacción del líder socialista ante el peligro cierto de sorpasso que anticipan numerosas encuestas, está siendo contemplada con indignación y creciente nerviosismo en las federaciones más potentes del PSOE, pues que Sánchez mantenga al partido en la segunda posición a nivel nacional podría ser relativamente sencillo de gestionar, todo lo contrario que si los socialistas se ven superados por Unidos Podemos y tienen que elegir entre aceptar la continuidad de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno o apoyar a Pablo Iglesias para esta responsabilidad, algo que en amplios sectores del Partido Socialista pone los pelos de punta y sobre lo que el propio Sánchez ha evitado hasta ahora definirse.

Las críticas se han disparado también contra el equipo de campaña de Sánchez, considerado por las federaciones afines a la presidenta andaluza, Susana Díaz, como uno de los más flojos con los que ha contado el PSOE para unas legislativas. Sánchez ha vuelto a primar la lealtad y lo ha dejado en manos de personas sin apenas experiencia en confrontaciones electorales. La coordinación ha vuelto a recaer en el responsable de Organización, César Luena, la portavocía en Antonio Hernando y la estrategia en el dirigente vasco Rodolfo Ares. El grupo se completa con el exjefe de Gabinete de González y Zapatero, José Enrique Serrano, y la joven diputada María González, experta en redes sociales. Los cinco están rodeados de la mayoría de los dirigentes que formaron parte del equipo negociador con Ciudadanos y con Podemos y que buscó la investidura de Sánchez.

En el PSOE se disparan las críticas contra el equipo de campaña por su falta de reacción ante el riesgo de sorpasso en la izquierda

"Cada vez se demuestra mejor que carecemos de estrategia electoral, todo lo contrario de lo que refleja el PP, que la tiene estudiada al milímetro, y Podemos, donde Pablo Iglesias está siendo asesorado por profesores universitarios que han colocado en su punto de mira el 'sorpasso' al PSOE como único objetivo", señala un barón regional, alarmado por la inteligencia con la que tanto Rajoy como Iglesias han conseguido polarizar la precampaña. A ello se suma, asegura, la apatía que se respira en Ferraz, con el argumento de que ésta es una "guerra perdida" debido al rechazo que provoca el liderazgo de Sánchez en la inmensa mayoría de los medios de comunicación.

Cada vez se demuestra mejor que carecemos de estrategia electoral, todo lo contrario de lo que refleja el PP, que la tiene estudiada al milímetro, y Podemos, donde Pablo Iglesias está siendo asesorado por profesores universitarios que han colocado en su punto de mira el sorpasso al PSOE como único objetivo”, señala un barón regional, alarmado por la inteligencia con la que tanto Rajoy como Iglesias han conseguido polarizar la precampaña. A ello se suma, asegura, la apatía que se respira en Ferraz, con el argumento de que ésta es una “guerra perdida” debido al rechazo que provoca el liderazgo de Sánchez en la inmensa mayoría de los medios de comunicación.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.