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España

El PSOE se enfrenta al riesgo de un grupo parlamentario ‘zombi’ después del trance electoral

Pedro Sánchez en la comisión Constitucional del Congreso, junto a los diputados Antonio Hernando y César Luena.

Es tal el embrollo que puede envolver al Partido Socialista después de las elecciones del domingo que en su actual dirección se teme tener que afrontar la formación de un grupo parlamentario sin orden ni concierto que no encuentre su brújula hasta después del 39º Congreso cuando, previsiblemente, se constituirá una nueva ejecutiva que disfrute de cierta estabilidad.

La opinión de importantes barones regionales es que Pedro Sánchez tendría que presentar la dimisión como secretario general la misma noche del domingo tanto si el PSOE pierde el liderazgo dentro de la izquierda y queda relegado a la tercera posición como si obtiene menos escaños que el pasado 20 de diciembre. En caso de que en ambos supuestos Sánchez se resistiera a arrojar la toalla, estos barones prevén dos vías para desalojarle del cargo: la dimisión de la mitad de la ejecutiva federal o la recogida de firmas para la convocatoria urgente de un comité federal que fuerce su cese. A continuación, se formaría una comisión gestora, siguiendo el camino que los socialistas emprendieron hace 16 años cuando Joaquín Almunia, con 125 escaños y el 34% de los votos, presentó la dimisión irrevocable y dio paso a una dirección provisional presidida por Manuel Chaves. Le relevó José Luis Rodríguez Zapatero al ganar la secretaría general en el Congreso de 2000.

Hay dudas sobre si una gestora provisional podrá garantizar la disciplina en el futuro Grupo Parlamentario

¿Podría una gestora provisional garantizar la disciplina en el Grupo Parlamentario? Hay opiniones de algunos dirigentes socialistas que reflejan serias dudas sobre ello. La constitución del nuevo Parlamento está prevista para el 19 de julio, pero antes el PSOE tendría que tomar decisiones tan importantes, si queda en tercera posición, como la de despejar con quien negocia y para qué. En el caso de que el PP repita o amplíe su victoria electoral del 20D, los socialistas tendrían que aclarar también si facilitan la investidura de Mariano Rajoy o de otro candidato alternativo. “Aquí corremos el peligro de funcionar con un Grupo Parlamentario zombi”, asegura fuentes del PSOE, “teniendo en cuenta que no todos los diputados estarían dispuestos, tal vez, a respetar los criterios de una federación tan potente como la andaluza y que aflorarían muchas voces discrepantes”.

Aportación mayoritaria de la federación andaluza

En la XI legislatura, el Partido Socialista consiguió 90 diputados, 22 de los cuales eran de la obediencia de Susana Díaz. Sánchez, que inicialmente era firme partidario de un pacto de Gobierno con Pablo Iglesias, estuvo apoyado en esta exploración por los diputados de Baleares, los vascos, catalanes, catellano y leoneses, murcianos, cántabros, canarios, riojanos, gallegos y parte de los madrileños, 43 en el conjunto de estas federaciones, frente a los 47 representantes de organizaciones regionales opuestos al entendimiento con Podemos. La presidenta andaluza, llegó a trasladar a importantes empresarios que sus parlamentarios en Madrid nunca llegarían a respaldar una alianza de Gobierno con Podemos.

Antes incluso de que se librara este pulso, el comité federal del PSOE llegó a aprobar una resolución que dejaba las manos atadas a Sánchez: se le dijo no a un acuerdo con el PP que facilitara su continuidad en La Moncloa y también se le negó cualquier acuerdo con Podemos mientras esta formación no renunciara al derecho de autodeterminación en Cataluña, una reivindicación en la que En Comú Podem, con 12 parlamentarios en Madrid, puso tanto el acento que acabó siendo aceptada como imprescindible por el propio Pablo Iglesias.

El PSOE teme que la interinidad se mantenga hasta la celebración del 39º Congreso el próximo otoño

Fuentes socialistas esperan que si la foto resultante de las elecciones de este domingo es tan borrosa como la que salió del 20D, el Rey haga un manejo más sosegado de los tiempos sin encomendar la formación de Gobierno a ningún candidato hasta que le garantice que tiene debidamente amarrados los acuerdos para salir elegido presidente.

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