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España

El primer debate a cuatro del 26J: mucha bronca y pocas propuestas

Robles (PSOE), Bescansa (Unidos Podemos), Arrimadas (Ciudadanos) y Levy (PP) en el debate de Antena 3.

Los roles milimétricamente pautados –incluso en el rojo y blanco del vestuario–. Una ambigüedad calculada en la que nadie garantiza que no vaya a haber unas terceras elecciones. Y más discursos preparados que intervenciones fluidas, aunque el paso de los minutos fue haciendo evidente el propósito de la cita: debatir... y llenarlo todo de broncas. El primer debate electoral del 26J, que ha coincidido en día y casi hora con el comienzo de la campaña, ha servido a Andrea Levy (PP), Margarita Robles (PSOE), Carolina Bescansa (Unidos Podemos) e Inés Arrimadas (Ciudadanos) para fijar las posiciones de los cuatro partidos con opciones de Gobierno en los próximos comicios.

 

El comienzo del debate –moderado con cautela por Vicente Vallés y emitido en Antena 3– ha tenido los recientes datos del CIS, que pronostican una victoria del PP y un ‘sorpasso’ de Unidos Podemos al PSOE, como único protagonista. Andrea Levy ha asegurado que los resultados de esta encuesta "son un estímulo" para su partido, mientras que Robles –que ha mostrado un tono muy proactivo durante la hora y media– se ha defendido de los malos datos para su formación diciendo que más allá de encuestas, “la gente quiere al partido Socialista”. Bescansa, por su parte, ha considerado que “lo normal es que ocupe la presidencia de Gobierno el partido que ha tenido más votos”.

El tono más o menos conciliador comenzó a virar hacia la pugna real cuando el debate viró hacia cuestiones económicas, en las que Levy ha sido el blanco de las críticas de las otras tres participantes

Los inevitables pactos postelectorales han sido el segundo plato sobre el que se han lanzado las cuatro políticas. En este punto ninguna se ha salido del guion establecido. Arrimadas ha cantado las virtudes centristas de su partido (“como se hizo en la Transición”); Robles ha recriminado a Bescansa que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, pidiera cargos en el Gobierno a Pedro Sánchez a las primeras de cambio (“A la política hay que venir a perder dinero y a servir”); Levy, por su parte, ha dicho que el PP ofreció un pacto generoso al plantear la gran coalición, pero que no fue posible por "sectarismos, líneas rojas y vetos".

El tono más o menos conciliador comenzó a virar hacia la pugna real cuando el debate entró en el fango de las cuestiones económicas. Bescansa destapó la caja de los truenos cuando dijo que "esta España, la de los recortes, no ha sido solo profundamente injusta, sino que ha sido un fracaso en términos económicos". La hucha de las pensiones, el Estado de Bienestar o la pobreza infantil han sido los sucesivos dardos que unas y otras se han ido lanzado. Con un denominador común claro: Levi –la única que no tenía papeles en el atril–  ha sido el principal foco de los ataques en este bloque.

La corrupción y Cataluña calientan el debate

La corrupción ha concitado las intervenciones más agrias de las participantes. Robles, juez de profesión, ha indicado que es indispensable que los "partidos pongan todos los medios al alcance de los jueces para que estos puedan investigar sin ningún tipo de cortapisas los casos de corrupción". Por su parte, Bescansa, más incisiva en este punto, ha dicho "que hay que prohibir las puertas giratorias, verdadera raíz de la corrupción". Arrimadas, en línea con lo que marca su partido, ha vuelto a repetir que "todos los imputados por corrupción política tienen que dejar su escaño". Levy, a la defensiva en esta fase del debate, se ha limitado a decir que en "nuestro programa electoral llevamos propuestas para atajar estas prácticas, como la retirada de indultos".

Otro de los grandes asuntos del debate ha sido Cataluña, la cuestión territorial. En este punto, Levy ha tomado la delantera diciendo que su partido, el PP, "son garantía de estabilidad", a lo que Bescansa le ha respondido que "la democracia significa asumir que hay diversidad de opiniones". Por su parte, Robles y Arrimadas, muy compenetradas en sus argumentos en este punto, han recordado que "en el marco constitucional que hay, el referéndum no es posible". Además, Arrimadas ha apostillado, dirigiéndose a Bescansa, que "que el señor Puigdemont lo que quiere no es un referéndum, es la independencia".

Con Venezuela se "terminó el buen rollo"

La situación política en Venezuela -y su repercusión política en España- y la crisis europea de los refugiados han centrado el debate de política internacional, el último bloque importante de la cita. Es aquí donde, según ha dicho Arrimadas, "se ha terminado el buen rollo que hemos tenido hasta hora". Levy, más activa en esta parte del debate que en los minutos anteriores, ha sido la primera en lanzar la piedra, acusando a Bescansa de haber formado parte de una "organización chavista". Robles, tratando de apaciguar los ánimos, bastante exaltados en este punto, ha dicho que no hace falta ir a Venezuela para ver a gente que pasa hambre, y habla de las colas en los comedores sociales de España". El debate ha terminado con cada de una de las cuatro políticas pidiendo el voto para su partidos... dado que la campaña electoral justo acababa de dar comienzo.

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