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España

ETA endureció el comunicado de sus presos tras las últimas detenciones en Francia

Imagen del acto del pasado sábado en Gernika en el que se dio a conocer el comunicado de los presos de ETA.

El comunicado que el colectivo de presos de ETA (EPPK, en sus siglas en euskera) hizo público el pasado sábado en Gernika (Vizcaya) fue endurecido por la propia organización terrorista poco antes de que se diera a conocer. Así lo han confirmado varias fuentes policiales y políticas consultadas en los últimos días por Vozpópuli, que han coincidido en señalar como principal causa del cambio de tono del mismo la reciente detención en el sur de Francia de dos miembros de la banda, Oroitz Gurrutxaga y Xabier Aranburu. Según varias de estas fuentes, el debate que desde el otoño mantenían los reclusos de la organización había desembocado en realidad en otro texto que, sin renunciar al lenguaje tradicional de la izquierda abertzale en este tipo de mensajes, abría la puerta a que una parte significativa de internos de la banda pudiera solicitar beneficios penitenciarios, entre ellos el acercamiento a cárceles del País Vasco y Navarra, al amparo del nuevo plan de reinserción sin que, por ello, se les expulsara del colectivo.

La izquierda abertzale reconoce en privado su frustración por el escaso alcance de la declaración de los presos

Este primer contenido fue, de hecho, el que destacados dirigentes de la izquierda abertzale se encargaron de transmitir tanto en privado como en público a sus interlocutores en otros partidos y en organizaciones sociales vascas durante los días previos al anuncio. Uno de ellos, Joseba Permach, llegó a asegurar a la prensa el viernes anterior que la declaración de los presos de ETA podía ser calificada de "histórica" e iba "a mover el patio político". Sin embargo, el comunicado no cubrió ni de lejos las expectativas creadas por los líderes de la antigua Batasuna. "Ni fue histórica ni ha movido nada", aseguró ayer a este diario un político vasco a quien le habían anunciado previamente un contenido del documento que luego no se confirmó.

Tampoco gustó la declaración final entre los propios dirigentes de la izquierda abertzale. "Han sido los primeros que se han sentido frustrados al conocer su contenido", señala otro político vasco, quien asegura que la rueda de prensa de ayer de Pernando Barrera aplaudiendo el gesto del EPPK es, simplemente, "una postura forzada. Nunca lo criticarán en público". Lo que sí llamó la atención en ambientes nacionalistas fue la escasa difusión que desde la cuenta en Twitter a nombre de Arnaldo Otegi se hizo el sábado del comunicado: un único tuit con el titular que aquel día dio el diario Gara a la noticia y el enlace a la misma. Nada más. "Si hubiera sido realmente 'histórico', el número de mensajes en las redes sociales hubiera sido infinitamente mayor", añade una de las fuentes consultadas.

"Arrepentimiento-delación" 

Los ocho puntos del comunicado del EPPK fueron especialmente duros con el nuevo plan de reinserción de presos, al que no mencionan expresamente, pero que califican indirectamente de "presión", "chantaje" e "intento de doblegamiento" de los presos. "El arrepentimiento-delación no es más que una vía diseñada para la destrucción de la persona y el militante", añadían los autores de un texto que, como recalca a este diario otra de las fuentes consultadas, "aboca al fracaso el plan de reinserción de Interior antes, incluso, de que se ponga en marcha". Fuentes penitenciarias aseguraron ayer a este diario tener constancia de que muchos presos estaban a la espera de conocer qué decía el documento para saber si pedían un acercamiento a prisiones de Euskadi y Navarra: "Con lo que pone el documento, muy pocos se van a atraver a dar el paso de pedir beneficios penitenciarios", señalan.

Sin embargo, el texto que se había aprobado en el largo debate interno en las cárceles tenía un contenido muy diferente y podía haber generado una respuesta más positivo dentro y fuera de las mismas. Siempre según las fuentes consultadas, en el mismo, el EPPK abría la puerta a que los reclusos enfermos, aquellos que ya hubieran cumplido tres cuartas parte de su condena o tuvieran delitos menores de colaboración y kale borroka pudieran, de modo siempre colectivo, solicitar su acercamiento como parte de la primera fase del plan de reinserción que dio a conocer hace poco más de un mes el Ministerio del Interior. "Los reclusos pretendían terminar, de este modo, con la dispersión y facilitar así la posibilidad a nuevos pasos en el futuro por ambas partes", señala una fuente política vasca.

Sin embargo, la redacción final de la declaración no sólo obviaba todo esto, sino que volvió a echar mano del término "amnistía", una figura jurídica que tanto el Gobierno como el resto de los partidos políticos ya han dejaro claro que han desterrado y que, incluso, gran parte de los reclusos tienen asumido desde hace tiempo que no es posible. El único gesto del EPPK en su declaración fue la primera mención a las víctimas y, en concreto, al "múltiple dolor generado". Claramente insuficiente para un documento que se anunciaba como "histórico".

Las detenciones de Gurrutxaga --al que Interior calificó en un primer momento de jefe militar aunque días después rebajo su posición dentro del escalafón de la banda-- y su compañero Aranburu provocaron este cambio radical en el contenido del texto. Para el sector más radicalizado de la banda fueron la gota que colmó el vaso. Sin hacer referencia directa a estos arrestos, el comunicado de los presos acusa a Francia y España de basar "todo su juego en el bloqueo, tratando de sembrar la frustración en el seno de la ciudadanía vasca".

El cambio del texto final tampoco ha pasado tampoco inadvertido para los máximos responsables de Interior. Su titular, Jorge Fernández Díaz, apuntaba ayer en un acto público a que el comunicado del EPPK era, en el fondo, un reflejo de posibles disensiones dentro del colectivo de presos: "Las conocemos porque tenemos buena información y sabemos como está", añadió el ministro sin querer entrar en más detalles. En esa misma línea, fuentes políticas vascas apuntaban a que el comunicado es sólo "un atrincheramiento transitorio" para contentar al sector duro en las cárceles y en la propia ETA. "Aunque éstos sean minoría, para la banda y su entorno sigue siendo más importante seguir todos juntos que ir deprisa. Prefieren un retraso en los plazos a una ruptura de consecuencias impredecibles", añaden.

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