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España

Interior 'presionó' por carta a dos viudas para que suspendieran sus encuentros con un preso etarra

Jorge Fernández Días, en una reciente intervención en el Congreso de los Diputados.

El Ministerio del Interior envió el pasado mes de diciembre sendas cartas a dos mujeres que habían perdido a sus maridos en atentados de ETA y que estaban a punto de celebrar un 'encuentro restaurativo' con el terrorista que los había cometido. En la misiva, el departamento que dirige Jorge Fernández Díaz les sugería que desistieran de celebrarlo. Ambas llevaban meses intentando participar en estos encuentros auspiciados desde el Ejecutivo vasco y aceptados por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, y que venían teniendo lugar desde 2011 entre personas que habían sufrido la violencia etarra y miembros de la banda que habían dado el paso de desvincularse de la organización y se mostraban dispuestos a pedir perdón. Tras el mensaje de Interior, ambas dieron marcha atrás y ninguno de los dos encuentros se ha celebrado finalmente.

En las misivas, se sugería a las mujeres que, de continuar adelante con los encuentros, el cumplimiento de la pena del asesino de sus maridos se vería 'afectada'. Ellas optaron por dar marcha atrás

Así lo denunciaron a Vozpópuli los abogados Esther Pascual y José Castilla, dos de los mediadores que han intervenido directamente en los 11 encuentros entre víctimas y presos arrepentidos de ETA que se celebraron entre 2011 y 2012. Ambos también habían ayudado a ultimar los frustrados de las dos mujeres. Según detallaron a este diario, cuando el PP llegó al poder, ambas viudas llevaban meses preparándose para reunirse con el asesino de sus maridos, que era uno de los doce presos de la banda acogidos a la 'Vía Nanclares' que actualmente están recluidos en la prisión alavesa. Sin embargo, el encuentro fue postergándose a lo largo de los meses, incluso después de que Interior lanzase en abril de 2012 su propio plan de reinserción de presos etarras que incluía también encuentros similares entre víctimas y reclusos arrepentidos. "Para uno de ellos se llegó a fijar una fecha y un lugar. Se iba a aprovechar que el recluso iba a disfrutar de un permiso para celebrarlo fuera de prisión, en una oficina pública", recuerda Castilla, quien asegura que un día antes de que tuviera lugar Prisiones comunicó que no podía celebrarse: "Se excusaron en que no sabían quién era la víctima ni tenían constancia de que lo hubiera pedido".

Era el pasado mes de noviembre y ambos mediadores aseguran que ya entonces Interior había realizado movimientos extraños. "Intentamos ponernos en contacto con los nuevos responsables de Instituciones Penitenciarias para contarles lo que habíamos hecho y ofrecernos para colaborar en su plan, pero nunca recibimos respuesta", asegura a este diario Esther Pacual, que había sido la encargada de coordinar los encuentros. De hecho, el departamente de Fernández Díaz organizó sus propios encuentros, dos, en los que la hermana de Gregorio Ordóñez, el dirigente del PP vasco asesinado en 1995, y una víctima del atentado de Hipercor se sentaron frente a frente en junio de 2012 con etarras que participaron en los mismos. "Nosotros no intervinimos para nada en ellos. Se organizaron en poco más de una semana y tuvieron una repercusión mediática enorme. Nosotros tardábamos meses en preparar a la víctima y al terrorista para que fuese beneficioso para ambos y siempre hemos evitado darles ningún tipo de publicidad", destacan a este diario los mediadores.

Interior niega las presiones

Fue entonces cuando, según denuncian, se incrementaron las objeciones para concretar los encuentros de la dos viudas que estaban casi ultimados. Una opinión que es compartida por Txema Urquijo, asesor de la Dirección de Víctimas del Terrorismo del Gobierno Vasco y uno de los promotores hace dos años de estas experiencias. Urquijo asegura que a uno de estos etarras arrepentidos se le llegó a "coaccionar" desde Instituciones Penitenciarias para que durante el permiso que iba a disfrutar no se reuniera con los mediadores. Sobre él pesaba la velada amenaza de dejar de disfrutarlos si lo hacía, apuntó. Luego se produjo la frustrada reunión de noviembre y, finalmente, las cartas de diciembre que recibieron ambas viudas. "Fue indignante. En aquel momento nos dimos cuenta de que no había ninguna posibilidad de seguir adelante con los 'encuentros restaurativos', que el Gobierno no pensaba colaborar", agrega José Castilla. Según el abogado, que tuvo acceso a las misivas, en las mismas Interior sugería a las dos viudas que si finalmente los celebraban, el cumplimiento de la pena de dicho recluso podría verse alterada. Ambas mujeres optaron por no seguir adelante.

Vozpópuli se puso el jueves en contacto con portavoces oficiales del Ministerio del Interior para conocer su versión sobre el envío de dichas cartas, pero al terminar el día aún no habían respondido a los requerimientos de este diario. Finalmente, este viernes, y tras publicarse la información, responsables de Instituciones Penitenciarias telefonearon al autor de la información para negar que se hubiera presionado a ninguna víctima del terrorismo ni por carta ni de ningún modo para que desisiteran de participar en los 'encuentros restaurativos'. También rechazaron la versión sobre cómo se había producido el fin de los mismos facilitada por los mediadores y negaron que hubieran dado indicaciones a ningún preso arrepentido en el mismo sentido. 

Petición al gobierno

Pese al incidente de las cartas, tanto los dos mediadores como otras personas que han participado durante los dos últimos años en la celebración de estos 'encuentros restaurativos' creen necesario retomarlos. De hecho, en dos actos celebrados recientemente para presentar el libro 'Los ojos de otros' (editorial Sal Terrae), que recoge experiencias sobre este plan, los participantes en los mismos han coincidido en criticar públicamente la actitud obstruccionista del gobierno del PP. En el celebrado este jueves en Madrid, Maixabel Lasa, viuda del asesinado Juan María Jáuregui y participante en uno de estos encuentros en mayo de 2006, rememoró su experiencia con Luis Carrasco, uno de los tres etarras condenados por matar a su marido. Lasa aseguró que el terrorista, recluido actulamente en la prisión de Álava y al que se le denegó asistir a la presentación del libro en el que hay un texto suyo, admitió que "todo en él era malo". "Tantas veces me lo repitió que le dije que algo bueno había tenido: la valentía de haberse atrevido a ser disidente de ETA".

En el acto también intervino la que durante dos legislaturas fuera máxima responsable de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, que alabó la iniciativa a la que su departamento dio luz verde con el beneplácito del Gobierno socialista. Gallizo aseguró que a los presos de la banda que aceptaron participar en los encuentros no se les otorgó ningún beneficio penitenciario extra aparte de los que ya recogía la ley para aquellos que renuncian a la violencia, piden perdón y se comprometen a pagar las indemnizaciones fijadas en sus sentencias. La exresponsable de Prisiones también reclamó al ejecutivo del PP que se retomaran estos encuentros.  

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