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España

ETA deja la negociación en manos del hijo de 'Josu Ternera' y otros dos jefes etarras

Egoitz Urrutikoetxea junto a su padre, en una imagen de archivo.

¿Quién integra la "delegación" a la que ETA ha encomendado el diálogo con los Gobiernos de Madrid y París y cuya creación anunció ayer la propia banda en un comunicado sin dar nombres? Los expertos de la lucha antiterorrista consultados por Vozpópuli están convencidos de que serán los tres terroristas que, según los datos que manejan, han dirigido la organización terrorista en el periodo inmediatamente anterior al anuncio de la tregua y durante los siete meses que han transcurrido desde entonces. Entre ellos está Egoitz Urrutikoetxea, el hijo de José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, el histórico dirigente de la banda que pilotó la primera fase de los encuentros en el anterior proceso de paz, el de 2006.

Los otros dos son David Pla, indentificado como el etarra encapuchado que leyó el comunicado de octubre pasado de cese definitivo de la violencia, e Iratxe Sorzábal, responsable del aparato militar y considerada la dirigente etarra en libertad más contraria al proceso abierto. Alrededor de ellos, los expertos policiales consideran que habrá en todo momento un comité asesor formado por veteranos terroristas, entre los que estarán el propio Josu Ternera y otro de los históricos de la banda, Juan Luis Maiztegi Bengoa, Pastor. No obstante, todas las fuentes policiales consultadas reconocen que en estos momentos la información que tienen sobre los movimientos internos de la banda están basados en "datos aislados" dada la escasa actividad de la organización. 

Uno de los 'negociadores' etarras es una guipuzcoana acusada de tres asesinatos cometidos en los años noventa

La presencia del hijo de Josu Ternera en los órganos de dirección de la banda no ha extrañado a los servicios de información de la Policía y la Guardia Civil, que desde hace tiempo lo han situado siempre en los aledaños de zuba, el órgano de dirección colegiada de la banda. Algunas fuentes, incluso, creen que estuvo muy cerca de su padre durante el anterior proceso de paz de 2006. De 37 años de edad y nacionalidad francesa, Egoitz Urrutikoetxea tiene varias condenas pendientes por cumplir al otro lado de la frontera, donde ha sido juzgado en diversas ocasiones en rebeldía. La última, en enero de 2010, cuando recibió una pena de cuatro años de cárcel por asociación de malhechores. De hecho, para las autoridades judiciales de París es un viejo conocido. En 1999 cayó sobre él una pena de diez meses de prisión por agredir a un policía francés durante una manifestación. Un año antes acababa de terminar de cumplir una condena por lanzar artefactos incendiarios a un vehículo policial en el sur de Francia. Para entonces ya era dirigente de la organización juvenil vascofrancesa Gazteriak, que poco después se fusionaba con Jarrai para formar Haika, finalmente ilegalizada por España.

El segundo integrante de la "delegación", según los expertos antiterroristas, es David Pla, de 37 años, al que se le considera con una importante capacidad de influencia sobre las organizaciones del entorno etarra, de las que fue dirigente en los años noventa. Nacido en Pamplona, llegó a ser candidato a las elecciones municipales de 1995 por la izquierda abertzale, aunque no resultó elegido. Como miembro de la banda, fue detenido en 2000 como liberado de ETA y se le acusó de preparar atentados en Zaragoza contra dirigentes del PP. Su última detención es de abril de 2010, cuando la Policía francesa lo arrestó por su presunta relación con la red de abogados que la banda utilizaba para transmitir las consignas a sus presos. Sin embargo, la justicia gala lo dejó en libertad poco después al considerar que no había pruebas contra él. Pla huyó y pasó a la clandestinidad. El entonces ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, lo calificó en alguna ocasión de "hombre fuerte" de la banda, papel que se confirmó cuando se le identificó como el encargado de leer el comunicado del pasado octubre en el que ETA anunció el cese definitivo de los atentados.

Por su parte, Iratxe Sorzábal es la más veterana de los tres. Esta guipuzcoana de 40 años participó en tres asesinatos entre 1994 y 1997 como miembro del comando Ibarla: el del policía Eduardo López, a finales de 1994 en Endarlaza (Navarra); el de una mujer que murió en diciembre de 1995 al explotar un artefacto en el Corte Inglés de Valencia; y el del jefe de Información de la Ertzaintza, Ramón Doral, en marzo de 1996. Detenida en 2001, fue puesta en libertad y pasó a la clandestinidad en 2002. En Francia llegó a cumplir una condena de tres años. Desde entonces, su ascenso en la cúpula de la banda ha sido muy rápida, entre otros motivos por su relación sentimental con el que fuera jefe de los comandos de la banda, Mikel Carrera Sarobe, Ata, con el que tiene un hijo.

 Junto con éste, que fue detenido en mayo de 2010, la Policía siempre la ha considerado la más firme defensora de la línea dura dentro de la banda. El día de la lectura del comunicado de octubre, ella fue la encapuchada que hizo la lectura en euskera. Junto a ella y a David Pla, se sentó entonces una segunda mujer, Izaskun Lesaka, antigua dirigente de las organizaciones juveniles Haika y Segi, y que se encuentra huida desde el año 2005. Los expertos policiales no descartan que ella también participe en los encuentros con representantes de los Gobiernos de Madrid y París si se llegan a celebrar.

Antiguos negociadores fuera de juego

Urrutikoetxea, Pla y Sorzábal sustituirán, de este modo, a los cuatro negociadores etarras que llevaron el peso del anterior proceso de contactos con el Gobierno, en 2006 y que se encuentran ya alejados de la cúpula de la banda por varios motivos. Dos de éstos se les considera fuera de los órganos de decisión por problemas de salud, y los otros dos están encarcelados. Sobre Josu Ternera, huido y en paradero desconocido desde el año 2002, no han cesado en estos últimos años las informaciones y rumores que le situaban alternativamente dentro y fuera de la dirección e, incluso, gravemente enfermo por un cáncer. Los expertos policiales consultados están convencidos de que en la actualidad está fuera de la primera línea, aunque mantiene una gran influencia sobre la organización, sobre todo a través de su hijo Egoitz. Algunos le sitúan en algún punto de la frontera entre Francia y Alemania próximo a la región de Saboya.

Su compañero en aquellas reuniones fue Jon Iurrebaso, detenido en 2007 en un control de la Policía francesa junto a su guardaespaldas, Kepa Mirena. Iurrebaso, que esgrimió ante los agentes una tarjeta con un teléfono oficial francés y otro español como 'salvoconducto' para evitar su arresto, fue condenado en septiembre de 2011 a cinco años de cárcel por la justicia gala, aunque su estado de salud hizo que las autoridades de París ordenaran que no ingresara en prisión.

Completamente distinta es la situación de los otros dos interlocutores: Javier López Peña, Thierry, e Igor Suberbiola. Ambos se sentaron por primera vez con los enviados del gobierno, el dirigente socialista vasco Jesús Eguiguren y el ex ministro Javier Moscoso, en diciembre de 2006 en un encuentro que marcó un cambio radical de dirección en la estrategia negociadora de la banda armada como dejaría demostrado poco después el atentado de la T-4. Ambos fueron detenidos en Burdeos (Francia) en mayo de 2008 junto a otros dos miembros de la entonces dirección etarra. En aquel momento, Thierry era considerado por las policías francesa y española como el número 1 de la banda. Tiempo después caería en desgracia dentro de la propia organización. Hoy, reconocen los expertos policiales, su voz no es tenida en cuenta por una organización que ya ha elegido a su "delegación" para sentarse a hablar con los gobiernos de Madrid y París.

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