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España

Interior teme un atentado de ETA al estilo de la T4 de Barajas pero sin víctimas

Lo que hace un año parecía impensable se da ahora por descontado. ETA prepara una "acción de fuerza" al estilo del atentado de la T4 de Barajas, pero sin víctimas, para forzar al Gobierno de Rajoy a que negocie lo que denomina "las consecuencias de conflicto". El comunicado hecho público este jueves por la banda terrorista hace referencia a las muertes de los etarras Xabier López Peña, 'Thierry' y Ángel Figueroa, el primero fallecido en un hospital francés donde fue intervenido tras sufrir un derrame cerebral en prisión y el segundo en su domicilio de Getxo, tras ser excarcelado a causa de una enfermedad grave. La nota de ETA culpa de estas defunciones a los gobiernos de Rajoy y Hollande y a su política de "venganza" aplicada a los presos de la banda. El mensaje insiste una vez más en la presión de la calle para forzar un giro en la política penitenciaria.

Golpe de efecto

Pese a su situación de extrema debilidad operativa y al anuncio efectuado a finales de 2011 sobre el cese definitivo de la "acción armada" tras cinco décadas de terror y a pesar también de la presencia en las instituciones de organizaciones vinculadas directamente a la banda, en medio de la lucha antiterrorista se teme que la banda lleve a cabo un golpe de efecto, una "prueba de fuerza", un atentado sin víctimas para forzar al Gobierno de Rajoy a sentarse a hablar, entre otros puntos, sobre la política de presos. Interior ha rechazado cualquier tipo de posibilidad en este sentido y reclama con insistencia, como hace el propio presidente del Gobierno, el desarme y la disolución de la banda antes de dar cualquier paso.

Pese a su situación de extrema debilidad operativa y al anuncio de 2011 sobre el cese definitivo de la "acción armada", se teme que la banda lleve a cabo un golpe de efecto, una "prueba de fuerza"

Fuentes policiales dan casi por descontado un paso adelante por parte de los etarras, algo similar al criminal zarpazo contra la T4 de Barajas, perpetrado en pleno periodo de "alto el fuego permanente" y que produjo la muerte de dos personas, Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate, inmigrantes iberoamericanos que dormían en sus automóviles en el recinto del estacionamiento aeroportuario al producirse la explosión. La banda achacó al Gobierno español la responsabilidad de las muertes por no haber desalojado a tiempo las instalaciones y pretendió mantener en pie la tregua por entonces en vigor. "El objetivo de esa acción armada no era causar víctimas", expuso el comunicado emitido entonces por los etarras, en el que acusaba al Ejecutivo de Zapatero de "poner obstáculos permanentes al proceso democrático". El recientemente fallecido 'Thierry' fue precisamente quien dio la orden de volar la terminal de Barajas, lo que dinamitó el proceso negociador en el que se había embarcado el gobierno del PSOE.

Hace unas semanas, la Oficina Europea de Policía (Europol) expresaba su "preocupación" ante la posibilidad palpable de que el sector más radicalizado de la banda terrorista vuelva a atentar en el futuro si no consigue sus objetivos por la vía pacífica. "Se cree que el grupo mantiene su estructura logística y continúa su función como organización clandestina", decía el informe de Europol. Días más tarde, fuentes de la policía francesa informaban del robo de una fugoneta Renault Master cerca de Hendaya en un operativo que lleva el sello de ETA.

Hombre de paz

Paralelamente, en las últimas semanas se han producido varios episodios de kale borroka en distintos puntos del País Vasco, lo que ha llamado la atención de las fuerzas antiterroristas ya que estos sucesos de la denominada "violencia de baja intensidad" no se producían desde hace meses.

Destacados dirigentes de las fuerzas abertzales, que tras las últimas elecciones municipales y autonómicas controlan importantes centros del poder en el País Vasco, como la Diputación de Guipúzcoa, el Ayuntamiento de San Sebastián y decenas de municipios de esa comunidad, han intensificado su presión en favor de una flexibilidad de la política penitenciaria del Gobierno, en especial en lo referido a traslado y reagrupamiento de los presos etarras, un frente muy reivindicativo y de enorme peso en el mundo filoterrorista.

El fracaso de las conversaciones de Oslo entre representantres de la banda y el grupo de mediadores internacionales, que concluyó en febrero con la expulsión de Noruega de Josu Ternera y sus compañeros, ha metido presión al brazo político de la banda. En un reciente acto público en homenaje a los presos, las hijas del líder batasuno Arnaldo Otegi y del dirigente socialista vasco Jesús Eguiguren, abogaron también por un cambio en la política penitenciaria. María, la hija de este último, reclamó que "quienes trabajan por la paz", como Otegi, deben ser puestos en libertad. 

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