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España

La relación entre Corinna y el Rey, un "riesgo" para España según el anterior Gobierno

La relación entre Corinna Zu Sayn-Wittgenstein y el rey de España, Juan Carlos I, ha pasado por muchos altibajos, aunque a día de hoy se da por terminada. Según han indicado varios exministros y altos cargos del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero al diario Público esa amistad entre ambos “provocó situaciones complicadas” y la influencia de la princesa alemana sobre el rey llegó incluso a suponer un “riesgo para España”.

Zu Sayn-Wittgenstein realizó de intermediaria para los intereses de España entre los años 2006 y 2011. De esta forma, realizó negocios entre empresas españolas y rusas como Repsol y Lukoil y Gazprom; pero también con compañías de Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, con proyectos como el AVE La Meca-Medina o la instalación de una planta de Gemasolar en Sevilla.

Todos los negocios en los que participó Corinna fueron supervisados por el rey, que debía dar su visto bueno. Así ocurrió por ejemplo con la empresa rusa Lukoil cuando quiso entrara en Repsol. En este capítulo fue fundamental la presión del monarca -e implícitamente, según las fuentes de Público, de Zu Sayn-Wittgenstein, que trabajaba para los rusos en la búsqueda de este negocio-, La Moncloa pidió a los ministros "perfil bajo", sin apoyos, pero también sin oposición. Según fuentes del anterior Gobierno el interés del rey por introducir a los rusos en el mapa energético español suponía una auténtica "obsesión".

Al poco de tomar posesión de su cargo, el director del Centro Nacional de Inteligencia y anterior Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) llegó a reconocer en ámbitos muy reducidos su inquietud por esta amistad entre el rey y la princesa alemana. Félix Sanz Roldán acababa de llegar al CNI, pero conocía perfectamente los movimientos del rey, a quien, por encima de todo, le une una amistad personal. De hecho fue el propio monarca quien le pidió a Rajoy que mantuviera al general en el puesto.

De esta forma, don Juan Carlos mantiene la garantía intacta de que PP y PSOE mantendrán su silencio oficial sobre su relación con Zu Sayn-Wittgenstein y sobre cualquier otra, al menos mientras Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba estén al frente de sus respectivos partidos.

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