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España

Las obras del Congreso borran parte de los disparos del 23-F

El presidente del Congreso, Jesús Posada, y el vicepresidente, Jaime Javier Barrero López, observan el techo del hemiciclo.

A las goteras que inundaron este miércoles el Congreso de los Diputados hay que sumar otra consecuencia de las obras de reforma que ha sufrido la Cámara: la desaparición de media docena de balazos del 23-F del techo de la tribuna de prensa y su sustitución por una rejilla de ventilación.

"Esta chapuza es de Pepe Gotero y Otilio", comentaba con enfado un diputado, recordando que los responsables de la Cámara Baja habían dado órdenes taxativas de que no se borrara ningún impacto de bala durante las obras de rehabilitación que se llevan a cabo en el Palacio.

Lo ha confirmado también el propio Jesús Posada, que ha abierto una investigación para esclarecer por qué alguien se ha tomado la libertad de borrar para siempre algunos de estos disparos golpistas. "Si alguien tiene interés de que no se borre nada de ese día soy yo", ha afirmado ante la prensa.

Por su parte, la vicepresidenta de la Cámara Baja, Celia Villalobos, le ha quitado importancia al asunto, y ha recordado que todavía quedan muchos disparos y que a veces le resulta difícil explicarle a determinados políticos extranjeros "que no tienen ni elecciones democráticas" lo que ocurrió el 23 de febrero de 1981.

Al parecer, la constructora Dragados, encargada de las obras de la cubierta, nada tiene que ver en la chapuza, efectuada presuntamente por operarios de mantenimiento de la propia Cámara.

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