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España

Empresarios catalanes se entrevistan con Rubalcaba para impulsar un acercamiento entre CiU y PSC

Varios empresarios catalanes, alguno de ellos de primera línea, aprovecharon la presencia este domingo en Barcelona de Alfredo Pérez Rubalcaba para mantener con él un encuentro privado. El objetivo de la reunión era convencer al secretario general del PSOE sobre la necesidad de impulsar un acercamiento del PSC hacia las filas de Artur Mas y evitar así la fagocitación de Convergencia a manos de ERC, el partido independentista que marca ahora la acción de Gobierno de la Generalitat.

El encuentro, que según fuentes socialistas era continuación de otras aproximaciones de representantes del mundo de la empresa de Cataluña, muy preocupados por la deriva secesionista en la que se ha enrolado el Gobierno de Artur Mas, sirvió para trasladar a Rubalcaba esta inquietud y para mostrarle el apoyo que el propio Mariano Rajoy ha prestado a esta iniciativa.

El principal objetivo del Gobierno del PP ahora mismo es romper, a cualquier precio, el emparejamiento entre CiU y ERC, cuya deriva no puede ser otra que la de un choque de trenes entre el aparato del Estado y la Generalitat. La convocatoria de un referéndum ilegal se antoja a estas alturas, prácticamente inevitable. Según le transmitieron a Rubalcaba estos empresarios, una de las salidas más razonables a la actual situación sería que el PSC le preste un apoyo formal a Convergencia para que pueda zafarse del ‘abrazo del oso’ con los independentistas en el que ahora está atrapado. "Lo urgente es romper el matrimonio de Mas con Junqueras, luego todo será más sencillo", comentan fuentes del PP catalán. "Para eso necesitamos el apoyo de los socialistas, no hay otra forma", añaden. Rubalcaba, al tiempo, tiene pendiente una entrevista con Mas, que se celebrará en los próximos días.

Derecho a decidir

Ahora mismo CiU gobierna en solitario, puesto que ERC no le presta sus apoyos parlamentarios ni siquiera para aprobar los presupuestos, que tuvo que prorrogarlos en una muestra clamorosa de su soledad. Un pacto con el PSC permitiría a CiU suavizar sus planteamientos secesionistas y explorar junto al PSC otras salidas a la actual situación sin aparente retorno.

El problema es que Pere Navarro, secretario general de los socialistas catalanes, tampoco tiene su partido bajo control, dividido entre los soberanistas y los federalistas. Rubalcaba ha intentado reforzar la imagen de Navarro este fin de semana, consciente el importante papel que le toca jugar al PSC en la actual situación. Ayer mismo, Joan Rigol, de CiU, quien ha elaborado el texto del Pacto Nacional del Derecho a Decidir, declaró a Catalunya Radio que "sólo avanzaremos con la complicidad del PSC". Los socialistas catalanes se negaron a sumarse a la cadena humana organizada por una organización independentista con motivo de la Diada.

En el ánimo de estas presiones empresariales cerca de Rubalcaba late la posibilidad de un acuerdo de gobierno CiU-PSC, la famosa ‘sociovergencia’ que hasta ahora nunca ha logrado fraguar, dadas las reticencias históricas entre los dos partidos. De no lograrse este objetivo de máximos, podría establecerse un pacto de legislatura para que Convergencia escape de su actual embrollo.

Huir de los extremos

Rubalcaba, en su discurso de La Fiesta de la Rosa" de Gavà, dejó caer ante un auditorio algo demediado, que "si Rajoy y Mas quieren liberarse de los extremos deben acudir a los socialistas". En ese mensaje quizás el líder del PSOE pensaba más en CiU que en el Partido Popular.

El problema con el que se enfrentan los estrategas del PP que han urdido esta estrategia radica en la difícil situación por la que atraviesa el propio PSC, dividido entre dos almas, aparentemente irreconciliables, y con un retroceso histórico en las últimas elecciones autonómicas. Quizás la necesidad de Artur Mas de zafarse de una situación que le lleva directamente al despeñadero podría hacerle reflexionar sobre esta posibilidad, que de momento tan sólo es una conjetura puesta en manos de Rubalcaba. El PSC recuperaría protagonismo en Cataluña, CiU escaparía de la trampa de ERC y el panorama político abandonaría su actual nivel de alta tensión. La dificultad para que esta jugada se concrete estriba en que las relaciones entre ambos partidos han sido tradicionalmente de una rivalidad exasperante, y cualquier aproximación provocaría un rechazo notable entre sus respectivas militancias.

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