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España

PP y PSOE reclaman que el rey hable alto y claro en contra del proceso soberanista

Felipe VI, Mariano Rajoy, la ministra Ana Pastor y Artur Mas, en el viaje inaugural del AVE a Figueres.

Nadie se atreve a confesarlo en público para no echar gasolina al fuego, pero entre los dirigentes de los dos grandes partidos se empieza a echar de menos un pronunciamiento más claro de Felipe VI en contra del proceso soberanista en Cataluña. “No es que tengamos dudas de la posición del rey sobre el principal desafío al que en estos momentos se enfrenta el Estado, pero es tan grave que todas las instituciones, incluida la Monarquía, tienen que marcar bien las líneas rojas y mojarse, sobre todo cuando el proceso enfila su recta final. Quizás echamos de menos mayor contundencia”, aseguran fuentes del PP, conocedoras también del parecer de un sector del Gobierno.

"Ya no es tiempo de gestos, nadie con sentido común criticaría al rey por ser más contundente", aseguran en el PP

“Ya no es tiempo solo de gestos. No estaría de más, ni perjudicaría tampoco a la institución que representa Felipe VI, que aprovechara ya alguno de sus discursos oficiales para dejar sentado que todos estamos en el mismo barco y ningún proceso de secesión tiene cabida en España. Nadie con sentido común criticaría por ello al rey y, probablemente, no volvería a repetirse la escena del miércoles, en la que un presidente autonómico del perfil de Revilla se convierte en portavoz de la Monarquía”, resume quejoso un miembro de la ejecutiva socialista.

La imagen del presidente cántabro ante los periodistas informando de que el rey considera “irreconducible” la actitud de Artur Mas en su cruzada independentista, ha horrorizado a los dos grandes partidos. “Miguel Ángel Revilla es un friki y lo que no podemos entender es cómo el monarca se descubre ante él en un asunto tan sensible como es el catalán, sobre todo cuando se arriesga a que lo cuente todo, a su manera, en alguna tertulia de radio”, abundan en el PP. Es una consideración compartida también dentro del PSOE. “Que los españoles lleguen a conocer las opiniones del rey a través de alguien como Revilla es todo un disparate y revela como está el país. El juicio más compartido dentro del partido es que ha llegado la hora de coger el toro por los cuernos y dejarse de equívocos”. De este criterio se participa también en Izquierda Unida. “Evitar los pronunciamientos nítidos y recurrir a los rodeos es tomar a los españoles por tontos. Cataluña es un asunto de Estado, el propio Felipe se juega mucho en el envite y todos los ciudadanos precisan referencias claras. Además, el rey debería saber cómo es un señor como Revilla…”, apuntan en la coalición.

"Revilla es un friki y no podemos entender cómo el monarca se descubre ante él"

Fuentes de los dos grandes partidos enfatizan la paradoja de que fuera al principio de su mandato, hace ahora trece meses, cuando Felipe VI se mostrara más directo en sus criterios y sea, precisamente ahora, cuando el proceso soberanista encara su recta final, cuando el rey parece moverse más entre bambalinas, sin renunciar siquiera a recibir a Artur Mas en La Zarzuela, decisión que habría provocado cierta contrariedad en Mariano Rajoy, según comentan en el PP. En el discurso de su proclamación, además de comprometerse a devolver a la Corona el prestigio de la institución, introdujo también una manifestación nítida a favor de la unidad de España, acompañada de un llamamiento a todas las partes implicadas en el conflicto a que no rompieran los puentes de entendimiento. El discurso provocó un sabor agridulce en Artur Mas, quien prefirió interpretarlo como un emplazamiento del monarca al diálogo, una buena acogida en el PSOE, que lo tradujo como una apuesta de Felipe VI por la reforma constitucional que entonces ya jaleaba Alfredo Pérez Rubalcaba, y un gusto insípido en el Gobierno, donde hubo algún ministro que lo resumió con esta expresión tan castiza: “ni chicha, ni limoná”.

Zarzuela: "Sus gestos lo dicen todo"

Con posterioridad, Felipe VI, que ha visitado en el último año Cataluña en nueve ocasiones, ha defraudado a quienes pensaron que iba a desempeñar un papel proactivo en contra del órdago independentista y ha satisfecho a quienes, por el contrario, le aconsejaron que adoptara una actitud prudente y enfriara su implicación en el conflicto catalán. Ha sido este proceder el que le ha llevado solo a deslizar frases como éstas: “en Cataluña caben todos, pero desde el respeto a la ley”, “no podemos permitirnos el debilitamiento o la división” o “el respeto a la ley no ha sido ni puede ser una alternativa”. Esta última la expresó ayer durante la entrega de despachos a jueces en Barcelona y Artur Mas no tardó mucho en reaccionar. “No me siento aludido”, disparó.

En Zarzuela, se defiende la postura del rey frente al drama catalán, en estos términos: “Sus gestos lo dicen todo, como también sus actos y sus discursos. Quien vea en las declaraciones del presidente Miguel Ángel Revilla una intención de don Felipe de utilizarlo como intermediario para que los españoles conozcan sus opiniones, se equivocan, no hubo ninguna consigna al respecto. El rey habla por sí solo y no puede hacerse responsable del grado de discreción de sus interlocutores. Su actuación está perfectamente definida en la Constitución y eso explica, por ejemplo, que el otro día recibiera en audiencia al presidente Artur Mas”.

El rey no tiene previstos nuevos desplazamientos a Cataluña antes del 27-S

Felipe VI no tiene previstos nuevos desplazamientos a Cataluña antes del 27 de septiembre, la fecha prevista para las plebiscitarias. De lo que sí están muy pendientes sus colaboradores es del viaje que tiene previsto hacer con la reina a Washington en lo que será su primera visita oficial a la Casa Blanca, invitado por el presidente Barack Obama. Será a la vuelta de vacaciones y las agendas todavía no están cerradas.

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