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España

El PSOE quiere suprimir de la Constitución "la indisoluble unidad de la nación española"

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez

La dirección del PSOE aprobó este lunes su borrador inicial de programa electoral, pero que nadie espere en esta oferta concreción alguna sobre la vía que defiende el partido para solucionar el problema catalán. Había dos opciones: incluir en el texto de la reforma constitucional que Cataluña es una nación, algo que desde el principio se descartó, o bien reformular el artículo 2 de la Carta Magna, que dice literalmente: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”. Para no pisar nuevos charcos, el partido acentúa "el carácter abierto" de sus propuestas en asuntos tan delicados como éste, por lo que deja abierta la puerta a otras posibilidades que saldrían de los propios militantes.

Para evitar pisar nuevos charcos, desde el PSOE se advierte que sus propuestas sobre Cataluña están abiertas a otras opiniones

Fuentes socialistas explican que la apuesta por esta última decisión obedece al interés de Pedro Sánchez en no herir sensibilidades y evitar a destiempo un nuevo choque entre un sector del PSC y el resto de las federaciones del partido. Hay un motivo añadido: hasta que no se conozca la aritmética parlamentaria que saldrá de las elecciones del 20 de diciembre, no se sabrá hasta dónde puede llegar la reforma constitucional y ni siquiera si ésta podrá abrirse paso, teniendo en cuenta que en el PP se han escuchado voces diferentes, Podemos elude abordar con claridad este reto y Ciudadanos apuesta por un modelo territorial similar al alemán.

Hay bastante consenso en las filas socialistas sobre la conveniencia de que en el artículo segundo de la Constitución desaparezcan términos que consideran retrógrados como “la indisoluble unidad de la nación española” y en otros artículos deje de hablarse de “nacionalidades y regiones”. Los socialistas creen más ajustado hablar de “territorios” o de “pueblos”, pues consideran que son conceptos más modernos y ajustados a la actualidad de España. Lo más que se reconocerá a Cataluña, abundan estas fuentes, será su “singularidad”, al igual que a otras comunidades autónomas, pues es un criterio que encaja a la perfección en la conocida como declaración de Granada, pactada por los diferentes barones autonómicos en 2013 cuando el enfrentamiento entre el PSC y el resto de las organizaciones del PSOE estaba a flor de piel.

Un sistema de financiación estable

En aquella declaración, Alfredo Pérez Rubalcaba y los dirigentes autonómicos socialistas tuvieron muy en cuenta las reclamaciones de la federación andaluza, sobre todo, a la que Pedro Sánchez sigue temiendo como un nublado. “A los hechos diferenciales recogidos en la Constitución”, se lee en el texto de Granada, “habría  que añadir algunos otros que, bien la práctica política de estos años, bien los propios estatutos de autonomía, han venido estableciendo. Entre los primeros destaca el caso de Andalucía, que es la única comunidad que accedió a la autonomía siguiendo el procedimiento agravado marcado por la vía del artículo 151.1 de la Constitución y equiparándose así a las denominadas nacionalidades históricas”.

Sin demasiadas precisiones tampoco, lo que sí incorporará el PSOE a su programa es una reforma constitucional que tenga en cuenta un sistema de financiación que no esté cada cuatro años al pairo del color político del Gobierno de turno ni esté tampoco sometido al rifirrafe estatutario de las 17 autonomías.

Los socialistas ven más ajustado hablar de "territorios" que de "nacionalidades y regiones"

Otros dos ejes del programa descansan en el reforzamiento del Estado social, afianzando también el derecho constitucional a la sanidad y la educación, y en la calidad democrática, apartado en el que se mejora el funcionamiento del Tribunal de Cuentas y se garantiza la independencia de los organismos reguladores, se cambia el mecanismo de elección de los magistrados del Constitucional y se defiende el proceso de elecciones primarias en todos los partidos, con una apuesta clara por las listas abiertas.

Otros capítulos destacados de la oferta electoral serán el fiscal, donde se apuesta por una reforma tributaria integral, el que aboga por un nuevo modelo productivo y el educativo.

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