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España

El Ibex avala una gran demostración empresarial en Cataluña para tumbar la secesión

El presidente de CEOE, Juan Rosell, junto al presidente de Telefónica, César Alierta.

César Alierta, Ana Patricia Botín, Francisco González y otros destacados representantes del Ibex 35, siguen con especial atención estos días los preparativos que se han puesto en marcha para celebrar la semana que viene en Barcelona, prácticamente en vísperas de las elecciones catalanas, una gran demostración conjunta de todas las organizaciones empresariales que se han manifestado ya públicamente en contra de la independencia o que lo han hecho en privado y no se han atrevido todavía a retratarse nítidamente con luz y taquígrafos ante un proceso soberanista que parece imparable. Todas las miradas se dirigen también a Isidro Fainé, presidente de Caixabank, por el efecto arrastre que un pronunciamiento suyo en esta dirección podría tener para la mayoría de las empresas participadas por la entidad.

En Fomento se opina que un acto conjunto de los empresarios contra la independencia puede tener un efecto boomerang

En este acto se cuenta con la participación de Fomento, la principal patronal catalana, de CEOE, del Círculo de Economía, de la Cámara de Comercio de España y de aquellas cámaras y patronales territoriales contrarias al plan secesionista que Artur Mas está dispuesto a desarrollar si el próximo día 27 consigue la mayoría absoluta en el Parlamento autonómico. Sin embargo, la presión que se ha empezado a ejercer desde el Ibex y también desde algunos medios políticos para que esta gran demostración culmine con éxito y sirva para aunar todas las voces que por separado se han escuchado en los últimos meses en contra de que Cataluña se convierta en un Estado independiente, choca con los recelos que un acto de esta naturaleza han despertado entre algunas de las organizaciones llamadas a participar.

Según fuentes de los promotores, el principal obstáculo procede de la patronal Fomento del Trabajo, en la que su presidente, Joaquin Gay de Montellá, es partidario de “no hacer sangre” con Mas, entre otras razones porque hay quien sigue considerándole válido para negociar un acuerdo entre el Gobierno central y la Generalitat, después de las próximas elecciones generales, que ponga fin, provisionalmente, al conflicto. También opera en algunas empresas adscritas a Fomento el temor a provocar con una demostración de este tipo el efecto contrario al que se busca en las elecciones autonómicas “Todos compartimos la misma preocupación porque el momento es de gran incertidumbre, pero hay muchas opiniones y matices sobre cómo actuar”, admiten medios empresariales al tanto de los preparativos.

"Algunas organizaciones no quieren quedar mal con Mas"

Hay, incluso, quien duda de que, al final, el acto llamado a aglutinar las voces de la gran empresa catalana llegue a celebrarse. “Es bueno que transmitamos la imagen de que no vamos cada uno por libre, pero en determinadas asociaciones lo que impera es algo tan catalán como el no querer quedar mal con nadie. Eso explica que el Círculo de Economía, por ejemplo, siga invitando a Artur Mas a sus jornadas. En Fomento hay otros matices ya que desde que llegó Gay de Montellá a la presidencia, se ha elevado el tono contra el independentismo y, de hecho, ha sido la primera organización empresarial que ha hecho un discurso en el que se advierte de los peligros de la deriva soberanista. El problema es que hay organizaciones provinciales que se han subido al carro de Mas y han conseguido un gran hueco mediático e institucional, algo que en Cataluña influye mucho. El ejemplo de Cecop en Terrassa es un referente claro”, advierte otra fuente empresarial.

Dirigentes del PSOE y del PP al tanto también de la planificación del acto interpretan así las dificultades que hay para que llegue a celebrarse: “Partimos de un pecado original engendrado después de tantos años de pujolismo. La estrategia de Pujol del victimismo táctico funcionaba, pues siempre venía de Madrid con el cesto lleno. Algunos empresarios se confundieron y creyeron que lo de ahora iba a ser un órdago más, sin darse cuenta de que puede acabar muy mal porque Artur Mas no tiene escapatoria. Ahora, hay grandes empresarios que se han dado cuenta de ello y de que esto va muy en serio”.

Entre estos últimos empresarios, fuentes de ambos partidos citan al presidente de CEOE, Juan Rosell. “Si hasta ahora no había dado un paso adelante, era porque sabía que había bastantes empresarios que pensaban que esto se iba a resolver como siempre, apretando las tuercas a Madrid. A fin de cuentas, es lo que ha hecho Convergencia toda la vida, actuando como una auténtica gestoría”.

Rosell (CEOE) se ha dado cuenta de que éste no es un órdago más, pues el presidente de la Generalitat carece de escapatoria

Hay protagonistas del Ibex, como el presidente de Telefónica, César Alierta, que han tenido un papel muy destacado en la sombra para intentar activar la contestación de los grandes empresarios catalanes contra el proceso soberanista. “Su alianza con el desaparecido José Manuel Lara ha sido fundamental para que algunos empresarios den la cara y estamos seguros de que éste ha sido el caso de Rosell. César ha estado a punto de promover organizaciones empresariales en Cataluña para compensar el efecto tan perjudicial de las pequeñas patronales territoriales que han apostado por la independencia. Esto explica, entre otras cosas, el nacimiento de Sociedad Civil Catalana”, explican las fuentes.

La SCC, presidida por José Ramón Bosch, está siendo una de las más proactivas en la explicación de que la Cataluña real no es, precisamente, la que Artur Mas quiere proyectar. A su reciente puesta de largo en Madrid le están siguiendo actos sectoriales que han entrado ya de lleno en la campaña electoral. El próximo lunes, ha organizado uno para explicar qué pasaría con las pensiones en Cataluña si se declarara Estado independiente. Han confirmado su presencia los exministros Juan Carlos Aparicio (PP) y José Borrell (PSOE) y han sido invitadas también las patronales que apuestan por la secesión, entre ellas Pymec, que representa a pequeñas y medianas empresas.

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