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España

Nacionalismo y espías: el oasis catalán era un espejismo

Un espejismo o tal vez algo peor, una ciénaga. El oasis catalán, tan alabado por tantos tantas veces, ha resultado ser una de esas ensoñaciones que trastornan la visión del viajero que, errante en el desierto en plena canícula, cree divisar a lo lejos un mar de palmeras bañadas por un río de agua fresca, allí donde no hay más que guijarros ardiendo bajo un sol de justicia. El Periódico de Cataluña informó ayer que un alto cargo de CDC, Xavier Martorell, encargó en 2009 a la agencia de detectives Método 3, ahora en quiebra, varios informes sobre altos cargos del partido, entre ellos uno a Felip Puig, actual conseller de Empresa y Ocupació. De acuerdo con el diario del Grupo Zeta, hasta tres fuentes habrían corroborado los encargos de Martorell a la agencia. El tal Martorell no es nuevo en esta plaza: ya en los días en que se desempeñaba como jefe de seguridad del Fútbol Club Barcelona se encargó de seguirle la pista a varios aspirantes a la presidencia del club contratando los servicios de Método 3, trabajo por el que pagó casi 65.000 euros.   

El de Martorell, 50, vecino de Sant Cugat, militante de CiU desde 1986, podría ser el retrato robot del convergente puro: como responsable de Seguretat Ciutadana entre 1996 y 2003, fue el encargado de la delicada operación de despliegue de los Mossos d’Esquadra; tras la llegada del tripartito al poder, fundó la empresa Provinen Seguridad –de casta le viene al galgo-, para desde allí pasar a dirigir la seguridad del Barça. En 2011 volvió al Govern como director general de Anàlisi y Prospectiva, siempre bajo el ala de su amigo y mentor, su jefe natural, el todopoderoso Germà Gordó, núcleo duro y guardián de todos los secretos de CiU, actual conseller de Justicia. Tras las últimas elecciones, Gordó, a tu vera, siempre a la verita tuya, lo ha llevado consigo como responsable de los Servicios Penitenciarios.  

La quiebra de Método 3 y la desbandada de sus espías ha puesto en circulación centenares de informes cinfidenciales

El diario catalán describe con detalle el contenido del informe, de 33 páginas, sobre Puig, donde se hace especial hincapié en los business que el propio conseller y su hermano mantienen con los Pujol Ferrusola. “Hace tres años, Puig ya leyó ese informe. Ayer [por el viernes], declinó hacer declaraciones”. Naturalmente, Martorell se ha dado prisa en decir que “todo es falso”, al tiempo que ha anunciado acciones legales contra medio mundo. La quiebra de Método 3 y la consiguiente desbandada de sus espías ha puesto en circulación centenares de informes que cambian de mano estos días como en un mercado persa. Uno de los huidos es un ex inspector jefe de Policía, Juan Carlos Riuloba, que habría puesto en manos de sus antiguos compañeros de la Unidad de Delitos Tecnológicos mucho material al respecto, circunstancia que sin duda ha permitido a ese lince que es Jorge Fernández, ante cuyas barbas está teniendo lugar la explosión jamesbondiana -caso Bárcenas incluido- en curso, sin que el ministro del Interior se entere de la misa la media, le ha permitido, digo, gallear de que “hay mucha información” sobre el espionaje a políticos catalanes y de que, cómo no podría ser menos, la Policía “investigará a fondo”. 

Lo que parece que el piadoso Fernández Díaz no sabe es que Felip Puig, más que irritado después de que descubriera haber sido espiado por sus propios compañeros de partido, procedió hace apenas un año, primera mitad de 2012, siendo ministro del Interior de la Generalitat, a comprar un poderoso interceptor de comunicaciones telefónicas, tecnología último modelo, posiblemente de patente escandinava, un aparato muy potente del que solamente existe un ejemplar en España, en manos del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) -facilitado por la CIA-, al que las fuentes consultadas describen como “la máquina”, con capacidad para seguir de forma simultánea hasta 500 líneas de teléfono móvil, incluso los dotados con secráfono, “sólo en Cataluña”. “Es una de las razones por la que los consellers”, señalan las fuentes, “están obligados a dejar sus iphones fuera de la sala cada vez que son convocados a una reunión del Consell: la Máquina es capaz de captar las conversaciones de ambiente incluso con los móviles apagados”.     

La información como arma de Poder 

Tras su vuelta al poder en noviembre de 2010, el Gobierno de Mas no dejó de preocuparse ni un día por las fugas de información. No eran solo los informes de Método 3 y otras agencias de investigación parecidas, sino la evidencia de que el Gobierno Zapatero, y particularmente su ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, el hombre que lo sabía “todo de todos”, estaba puntualmente informado de lo que ocurría en su Govern. “Para combatir las fugas de información desde dentro y contrarrestar esa posición de ventaja de Rubalcaba desde fuera, se decide comprar la máquina”, señalan las fuentes.   

El president sabe de qué pie cojea todo el mundo, no solo en Cataluña, sino también en Madrid

Esa compra habría tenido una importancia no cuantificada pero en todo caso muy notable en la deriva soberanista, aparentemente enloquecida, emprendida en los últimos tiempos por el Gobierno de Artur Mas hacia la independencia. El president conoce ahora sus miserias, muy cierto, pero también las de los demás, sabe de qué pie cojea todo el mundo no solo en Cataluña sino también en Madrid, y naturalmente el Gobierno Rajoy. Que el Govern estaba al corriente del estallido del “caso Bárcenas” es más que una sospecha. Es la ley de la jungla. Y es el poder de la información, la commodity más valiosa de nuestro tiempo. La información como arma de Poder. “Saben tantas cosas de tanta gente, se sienten tan poderosos, que realmente lo del Estado propio ha dejado de ser una ensoñación de la elite convergente, para convertirse en una realidad casi al alcance de su mano, y ello, entre otras cosas, porque nadie sabe por qué el CNI y el ministerio del Interior consienten estas cosas”. 

La información es poder y es también miedo para el que sufre los métodos espurios que a menudo se ponen en práctica para alcanzarlo. Demasiada gente en Barcelona se sabe amenazada y lo ha denunciado, con razón, caso, entre otros, de la ex amante de Jordi Pujol Ferrusola, María Victoria Álvarez, que ha denunciado el trasiego de maletines cargados de dinero entre Barcelona y Andorra del secretario general de CiU. En esta página se ha aludido ya a un asunto sobre el que Mariano Rajoy sigue manteniendo un hermetismo total: la última visita de Mas a la Moncloa, en septiembre pasado. Pues bien, parece que a poco de iniciada el president puso sobre la mesa una serie de informes que, relativos a las cuentas suizas de notorios convergentes, estarían en poder del Gobierno, exigiendo su retirada inmediata de los juzgados “para empezar a hablar”. 

El “caso Urdangarin” se emponzoña por momentos 

La situación apunta a pintoresca de no ser un tanto dramática. “Desde que se conociera el dosier sobre Felip Puig, aquí todos están cabreados con todos y nadie se fía de nadie”, sostiene una fuente de Barcelona. Un panorama de profunda desolación moral preside el día a día de una CCAA obligada, al mismo tiempo, a soportar durísimos ajustes que reducen el bienestar de sus ciudadanos. CiU es un partido con su sede social embargada por el “caso Palau”, con su secretario general imputado en el caso de las ITV, con su presidente tocado por la cuenta suiza de su padre, y con su fundador y vieja gloria, Don Jordi Pujol, acorralado en su vejez por los escándalos de su multimillonaria prole. Por no hablar de Unió, la otra pata de la coalición. Corrupción a palo seco. Esta es la clase dirigente que quiere embarcar a Cataluña en el viaje a Ítaca de un independentismo con el que probablemente alguno de ellos viviría mejor, en tanto en cuanto tendría que soportar aún menos controles, pero no así la mayoría de los ciudadanos catalanes. 

Preocupación con los dossiers en la Plaza de Sant Jaume, y más que preocupación en Moncloa por culpa de un ministro del Interior “que no se entera, qué diferencia con Rubalcaba”, sostiene un alto dirigente popular, y también con un CNI cuyos escasos resultados son objeto de dura crítica. “El Centro está sobrecargado de trabajo con lo de Cataluña, lo de Bárcenas y con el lío que no cesa de Urdangarin”. La declaración ayer del socio del todavía duque, Diego Torres, ha supuesto una nueva bomba de relojería que apunta a la demolición, ladrillo a ladrillo, del prestigio de la Corona. “Todo lo hicimos con el consentimiento de la Casa Real” (…) “La infanta Cristina tenía un papel activo en la gestión de Nòos”. La novedad ocurre cuando en determinados círculos se sabe ya que los problemas físicos del Rey no tienen tanto que ver con sus caderas operadas o sus rodillas dañadas, sino con una columna vertebral muy deteriorada que le conducirá inexorablemente y en el corto plazo a la silla de ruedas, como ya sucediera con su madre, doña Mercedes de Borbón-Dos Sicilias. Todo despide en este febrero loco un aura a Titanic a punto de hundirse que asusta. Invoquemos los idus de marzo, con la esperanza de prontos tiempos mejores.

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