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España

Fracaso estrepitoso de Podemos-ICV: ni "cinturón morado" ni voto etnicista

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, en rueda de prensa tras los resultados del 27-S.

Chasco mayúsculo de la coalición 'Cataluña Sí se puede' (Podemos, ICV-EUiA y Equo) en las urnas del 27-S. El partido de Pablo Iglesias ha sido un agente tóxico para sus compañeros de candidatura, ya que los ecosocialistas no han conseguido aumentar la representación obtenida en 2012. Iniciativa se bajó del procés el pasado junio (fue socio de CDC, ERC y la CUP para la consulta del 9-N) al no compartir el sentido de estas elecciones, que tildaron de "partidistas". 'Cataluña Sí se puede' queda como cuarta fuerza política y 11 escaños, dos menos que los logrados hace tres años. Lo que se traduce en 366.494 votos (8,94%), cifra muy similar a las 359.705 papeletas (9,89%) que ICV-EUiA registró en los anteriores comicios.

Si bien los sondeos le situaban como tercera fuerza, la coalición ha perdido esta batalla ante el PSOE, principal competir para las próximas generales. También ha fracasado a la hora de erigirse como principal fuerza de la regeneración democrática, pues aquí Ciudadanos le ha doblado en porcentaje de voto. El partido de Albert Rivera ha sido el que ha arrebatado esos dos escaños a ICV, concretamente en la provincia de Barcelona (pasando de 11 a 9 representantes). En el resto de circunscripciones, los ecosocialistas, ahora acompaños de Podemos, ha repetido el diputado por Tarragona y el de Gerona. Su cabeza de lista por Lleida, Sara Vilà, declarada separatista y portavoz de 'Compromis por la Independencia' (CxI).

Los dos escaños que ha perdido ICV respecto a 2012 han ido a parar a Ciudadanos

La opción Podemos-ICV había centrado sus esfuerzos en captar el voto metropolitano de Barcelona, fundamentalmente entre exvotantes socialistas, compitiendo aquí por tal target con la formación de Inés Arrimadas. Por ejemplo, en el mitin que la coalición de izquierdas protagonizó el pasado 15 de septiembre en Mollet del Vallés, ciudad del segundo cinturón industrial de Barcelona, Iglesias pidió el voto para convertir en "morado" el "cinturón rojo", tradicionalmente socialista. 

"La gente del cinturón morado que no olvide que los amigos de la condesa Aguirre no son amigos de la gente humilde. Ese cinturón morado tiene que ir a votar, tiene que decir que las cosas pueden cambiar", manifestó el eurodiputado.

Mientras Iglesias, que se ha implicado con una alta presencia en la campaña, y el número dos de Podemos, Íñigo Errejón, se han dedicado a esgrimir el discurso anti-corrupción y de defensa de los derechos sociales, su cabeza de lista a la Generalitat ha intentado cazar apoyos entre independentistas de Esquerra Republicana y la CUP. "Hacedme presidente porque yo no os haré renunciar a nada", llegó a plantearles Rabell a esos posibles votantes que pudiesen simpatizar también con tales fuerzas secesionistas.

Podemos considera que le ha perjudicado una contienda "muy polarizada"

Los líderes nacionales de Podemos han mantenido su apuesta por el derecho a decidir dentro un "proceso constituyente", pero han recalcado que "no queremos que Cataluña se vaya de España". En este juego de equilibrio ha sido donde Iglesias ha acusado los efectos de sus mensajes más polémicos en materia identitaria. Cuando reclamó en un mitin que "esa gente que no se avergüenza de tener padres andaluces o abuelos extremeños tiene que sacar los dientes" o cuando manifestó que "la Catalunya del extrarradio es más auténtica que ninguna otra", le llovieron las críticas desde los secesionistas por su "etnicismo".

En cambio, el activista vecinal no ha ocultado su inclinación soberanist hasta tal punto que dijo en campaña que "se puede ser independentista y votar a 'Cataluña Sí se puede". Rabell también se fotografió junto a la corriente de ICV 'Compromiso por la Independencia' (CxI). El empresario participó en la consulta separatista del 9-N y votó Sí-Sí. 

A medida que iban conociéndose la primera parte del escrutinio, la dirección de Podemos habló de un "mal resultado", al verse encontrado en una posición "intermedia" dentro de una contienda "muy polarizada". Desde el equipo de Iglesias destacaron, no obstante, que el discurso planteado en estas elecciones catalanas cobrará fuerza y se "revalorizará" a partir del 28-S. Confían en el margen de mejora de aquí a diciembre.

Esto confirma que los estrategas de Podemos han afrontado estas plebiscitarias más con la vista puesta en las generales de finales de años que en la propia cita catalana. Precisamente, las fuerzas soberanista han aprovechado esta cuestión para desmontar a Podemos-ICV en estas dos semanas. Por ejemplo, el líder de la CUP, David Fernández, señaló que los miembros de 'Cataluña Sí se puede' actuaban "subordinados" a "lo que pase en Madrid".

"Altamente decepcionante"

Cariacontecido y rodeado de rostros largos, Iglesias ha comparecido desde Madrid en rueda de prensa antes del cierre de las urnas para calificar de "altamente decepcionante" el balance cosechado. "No entiendo las risas y las celebraciones de algunos por un resultado que deja a España y Cataluña en un callejón sin salida", ha recalcado. Pensando en lo que resta hasta las generales, una constante en esta campaña, el eurodiputado ha dicho estar "convencido de que en las elecciones de diciembre el sentido común y la voluntad de escucha se impondrán". "Solamente si nosotros gobernamos se podrá construir un proyecto de país en el que tiene cabida una nación como Cataluña", ha apuntado.

Respecto a los motivos del naufragio de su candidatura, Iglesias ha considerado que "nuestro mayor error ha sido apostar por la responsabilidad". Una crítica directa a las fuerzas independentistas, pese a que no han logrado la mayoría absoluta de votos. 

De tercera fuerza en el CIS a cuarta

Según el barómetro que publicó el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) el 10 de septiembre, horas antes de que arrancara la antesala electoral, Podemos-ICV era tercera fuerza con una representación de 18-19 diputados y un 13,6% de los votos, quedando por detrás de Ciudadanos, que alcanzaba los 19-20 escaños y un 14,8 de los sufragios. El PSC bajaba a la cuarta fuerza, después de haber sido tercera en los comicios de 2012 (20 parlamentarios), y obtenía 16-17 diputados (12,2%), mientras que el PP se situaba en 12-13 (9,4%).

Por provincias, la candidatura liderada por Rabell conseguía el grueso de representación por la circunscripción de Barcelona, con 14-15 diputados (16% de los votos). El pronóstico le colocaba aquí por detrás de Ciudadanos, al que atribuía 13-14 parlamentarios (15,2%). La lista de Miquel Iceta, por su parte, quedaba en la cuarta posición (16-17 escaños) y la plancha popular de Xavier García Albiol, en el quinto lugar (12-13).

El sondeo del CIS, sin embargo, sostenía que en Tarragona los términos eran invertidos: 17,8% para C's, frente a un 10,2% para la confluencia de izquierdas, que arañaba dos escaños, uno menos que el partido de Rivera. Podemos-ICV completaba su representación en dicha encuesta con un diputado por Gerona (6,9% de los sufragios), la mitad que Ciudadanos, y otro por Lleida (5,3%) igualando al de la formación morada.

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