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España

Mas aparca la beligerancia nacionalista ante empresarios divididos por la cuestión catalana

El ‘president’ se refiere a España en el Congreso de la Empresa Familiar como “nuestro país” y camufla el referéndum independentista. Solo Rubalcaba se atreve: “La aventura secesionista es el camino equivocado”.

El plato fuerte del congreso de la Empresa Familiar, uno de los eventos más importantes del calendario patronal español, se ofrecía por la mañana: desde las nueve, Artur Mas metido en plena campaña electoral hablaría ante un aforo que, como poco, le era mitad hostil; y además, a su lado se sentaba José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona y del lobby de la Empresa Familiar, un acérrimo detractor de la independencia catalana venido a menos. Y, sin embargo, más que un plato fuerte se trató de un postre azucarado: el presidente de Cataluña exhibió su programa económico, netamente liberal, y aparcó la cuestión que podía haberle granjeado algún silbido de incomprensión. El testigo lo tomó otro actor inesperado que sí tocó el trasunto catalán para criticar la deriva que éste ha tomado: Alfredo Pérez Rubalcaba.

No dijo Mas Som un Nou Estat, sino “nuestro país” para referirse a España. En un discurso en castellano, habló del déficit comercial de España con Cataluña, del peso de la economía catalana en España, y del peso de Cataluña en las exportaciones totales. Habló también de la importancia de las escuelas de negocios y de poner menos trabas a la creación de empresas, en un discurso liberal que Mas conoce al dedillo. Tan solo se concedió una nota disonante, un “horizonte federal para Europa” del que, se entiende, formaría parte Cataluña por sí sola. "En Estados Unidos hay 300 millones de habitantes en 50 estados y en la UE, 500 millones en 27 estados", desdramatizó. Entrecanales abrió el debate minutos antes con más referencias a la crisis que al problema catalán.

Así que el testigo lo recogió Rubalcaba, el secretario general del PSOE, cuya conferencia arrancó una hora después. Tibio con el Gobierno (defendió el carácter pactista que tan caro está saliendo a los socialistas), sí criticó abiertamente las ansias de independencia catalanas. “La aventura secesionista es el camino equivocado”, señaló el ex ministro del Interior. Tampoco se explayó demasiado.

Nota curiosa: Carlos Mas, de PwC y sin ningún parentesco con el president Artur, señaló que “la divisiñon no ayuda”. 

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