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España

La Púnica amañó hasta los contratos para lavar los coches oficiales de Valdemoro

David Marjaliza, al abandonar la cárcel de Aranjuez en diciembre tras pagar la fianza.

Grandes 'pelotazos' urbanísticos, millonarias adjudicaciones de eficiencias energéticas... pero, también, pequeños negocios de unos pocos miles de euros. La capacidad de amañar contratos públicos de la trama Púnica abarcaba todos los sectores, sobre todo tras el 'pinchazo' de la burbuja inmobiliaria. Un reciente informe elaborado por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre Valescar Parking SL, una de las empresas 'tapadera' del constructor David Marjaliza, revela que el cabecilla acaparó con dicha sociedad una quincena de adjudicaciones menores en el Ayuntamiento de Valdemoro, incluidas tres para prestar el "servicio de lavado y limpieza interior de vehículos municipales" de esta localidad del sur de Madrid convertida en el epicentro de la red de corrupción. El propio socio y amigo de Francisco Granados reconoció en su declaración autoinculpatoria del pasado verano que tenía información privilegiada de cuándo y cómo se iban a convocar "15 ó 20 días antes de salir" gracias a la colaboración de funcionarios municipales.

Marjaliza creó la empresa Valescar Parking SL para hacerse con el concesión de un aparcamiento público. Luego la utilizó para adjudicarse el servicio de grúa y el de limpieza de vehículos oficiales

El informe de la UCO, al que ha tenido acceso Vozpópuli, tenía como objetivo principal la concesión a Valescar Parking SL del uso de una parte del Centro Lúdico Las Sirenas de Valdemoro para su explotación durante 25 años como aparcamiento público, así como "otros contratos menores". Entre estos últimos, los agentes mencionan tres para el lavado y limpieza de los vehículos que se llevó la empresa 'tapadera' de Marjaliza. El primero, con número de expediente 138/2011, abarcó el periodo del 1 de julio al 30 de diciembre de 2011. Por esos seis meses, Valescar Parking SL facturó 7.000 euros. El siguiente contrato se le adjudicó inmediatamente y comprendió desde el 1 de enero al final de 2012. Su coste, curiosamente, inferior al anterior pese a incluir el doble de tiempo. En total, 6.962 euros. Finalmente, el tercer contrato para la limpieza de coches oficiales se demoró hasta 2013 e incluyó el periodo que iba desde abril a septiembre de aquel año. El documento policial no concreta que dinero se embolsó Marjaliza por esta última adjudicación.

La Guardia Civil destaca en su informe que Marjaliza creó 'ad hoc' Valescar Parking SL en 2010, poco antes de que se conociera la decisión del Ayuntamiento de Valdemoro de sacar a licitación en junio de aquel año la concesión de parte de las instalaciones de un centro lúdico de la localidad para su explotación como aparcamiento. El objetivo era hacerse con dicho contrato. Al frente de la compañía, el cabecilla de la trama no figuraba, sino que colocó "a personas cercanas de su confianza" que ya estaban vinculadas a él en anteriores negocios de promoción inmobiliario. Entre ellos, Emilio Taravillo y su mujer, Aleyda Espinosa. De hecho, los agentes destacan que se ha localizado en los discos duros de los ordenadores que utilizaba Ana María Ramírez, secretaria y persona de la máxima confianza de Marjaliza, "ficheros relativos a protocolos notariales, contratos privados de venta de participaciones sociales de la sociedad..." que confirman la dependencia directa de la mercantil del constructor.

"Graves irregularidades"

Con Valdescar Parking SL, el amigo de Francisco Granados se hizo primero con la adjudicación de la explotación del parking gracias a "las graves irregularidades" que presuntamente cometieron los integrantes de la Junta de Gobierno Local y la Mesa de Contratación que decidieron su concesión durante 25 años por una cuota anual de tan sólo 10.858 euros. Sin embargo, el negocio no le funcionó como esperaba, según reconoció el propio Marjaliza en su declaración autoinculpatoria ante el juez. En dicho testimonio, el constructor aseguró que invirtió dinero para montar un taller mecánico en el centro lúdico, donde él mismo acudía a limpiar y cambiar el aceite de su vehículo Mercedes, pero que ni éste ni el alquiler de las más de 200 plazas de aparcamiento funcionó porque su presunto testaferro, Emilio Taravillo, "no gestionó y administró bien el negocio". Finalmente, sustituyó a éste por otro 'hombre de paja', Cándido Antonio Ruiz García, también investigado (antes imputado) en la causa.

En su declaración autoinculpatoria, el cabecilla de la trama reconoció que recibía información privilegiada con "15 ó 20 días de antelación" para hacerse con los concursos en Valdemoro

Ello no fue impedimento para que Marjaliza mantuviera la empresa y, de hecho, la utilizara para hacerse de manera supuestamente irregular con el servicio de grúa municipal con la presunta colaboración de nuevo de cargos del Ayuntamientos. Éstos, para evitar convocar un concurso público, trocearon el contrato por trimestres, meses e, incluso, semanas para que nunca se superase el importe que obligaba a licitarlo con la participación de más empresas. Así, en 2011, el Ayuntamiento de la localidad decidió prescindir de la empresa con la que llevaba trabajando durante 13 años para adjudicarle el contrato a la sociedad 'tapadera' de Marjaliza, a la que pagaba 4.201 euros cada 30 días por retirar coches mal apartados en el municipio. Incluso, le llegó a abonar 1.120 euros por una semana de octubre de 2012. Según los investigadores, todo ello se hizo de modo supuestamente irregular ya que la compañía trabajó sin tener la documentación en regla ya que carecía de la obligatoria "tarjeta de transporte", imprescindible para prestar este servicio público. No fue la única. El objeto social de la mercantil ni siquiera recogía esta actividad, una deficiencia que la trama Púnica trató de subsanar a marchas forzadas. Todo valía para hacerse con negocios, incluso "menores".

LOS OTROS 'MINIPELOTAZOS' DE LA TRAMA

Los contratos "menores" adjudicados por el Ayuntamiento de Valdemoro a Valdescar Parking SL no son los únicos de estas características que investiga la UCO en el caso Púnico. El juez Velasco ha ordenado en los últimos meses rastrear irregularidades en otros cinco contratos del consistorio ganados por las empresas de Marjaliza. Entre ellos se encuentra la explotación de la cafetería del tanatorio de esta localidad de 72.000 habitantes. El concurso lo ganó la empresa Valbar 3064 SL, ligada a uno de los presuntos testaferros de la trama, Eduardo de la Peña Pérez, según destacan los informes de la UCO incorporados a la causa. Esta empresa sólo debía pagar a las arcas públicas 1.000 euros más otros 180 de IVA al año. Parecidas condiciones y protagonistas figuran en el expediente 452/2010, en este caso para la explotación también de un espacio de venta de bebidas y comida en un recinto municipal: la Biblioteca Municipal Ana María Matute.

También condiciones muy ventajosas incluía la adjudicación hecha en 2011 para la explotación durante 25 años de la Instalación Deportiva 'El Caracol' de Valdemoro. El expediente 188/2011 del Consistorio reclamado por el juez Velasco al Consistorio refleja que el contrato fue ganado por la empresa Gestión Pádel Valcenter SL por un valor de 1.500 euros anuales más un 10'5% de los "resultados de explotación". Esta mercantil también es investigada por otras adjudicaciones para gestionar centros deportivos por cánones irrisorios en otros municipios en cuyos consistorios la trama se había infiltrado, como Torrejón de VelascoSerranillos del Valle. La otra instalación deportiva bajo sospecha es la afectada por el expediente 491/2010. En este caso, se trataba de la "concesión administrativa de uso privativo de la parcela de dominio público sita en la UDE Oeste-Norte, urbana, SGE, para la construcción y explotación de un conjunto dotacional deportivo, comercial y genérico". La empresa adjudicataria fue otra de la trama societaria de Marjaliza, Open Sport Life Center SL, que debía pagar un canon anual de 1.500 euros más otros 270 de IVA. Finalmente, con la sociedad La Vid Servicios Hosteleros S, la trama se hizo en 2013 con la explotación del bar restaurante situado en el Parque Duque de Ahumada, de Valdemoro. La cuota anual fue aquí más elevada: 17.500 euros anuales.

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