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España

Zapatero, Bono y Díaz conspiran con Chacón para liquidar a Sánchez el 26J

Carmen Chacón, durante la rueda de prensaen la que anunció de forma oficial su determinación de no presentarse a las elecciones.

En apariencia, Pedro Sánchez no se sintió ayer humillado cuando Carmen Chacón reconoció públicamente en el Congreso que el primero en conocer su decisión de retirarse de las listas electorales fue José Luis Rodríguez Zapatero, hace justamente un mes. Esta confesión voluntaria de la exministra no sorprendió al equipo de confianza del secretario general, conocedor desde hace semanas de la conspiración que urden el expresidente del Gobierno, el exministro José Bono y la baronesa andaluza, Susana Díaz, para liquidarle políticamente después de las próximas elecciones.

Casi nadie se cree en el PSOE que la tercera estampida de Chacón sea la definitiva

En el grupo de afines a Sánchez se considera que la maniobra de Chacón de retirarse de las listas no obedece solo a sus dificultades para reconciliarse con los dirigentes del PSC que ella misma ha contribuido a aplastar –Pere Navarro, Maurici Lucena, Francesc Vallés…–, sino, sobre todo, a su interés en asumir un papel relevante dentro del PSOE en el caso de que Susana Díaz encuentre dificultades para auparse a la secretaría general en el próximo congreso teniendo en cuenta el desgobierno que castiga a Andalucía desde que ella necesitó el apoyo de Ciudadanos para mantenerse al frente de la Junta. Numerosos diputados del grupo parlamentario socialista creyeron haber descubierto el miércoles por la noche a la “tapada” de Díaz en cuanto Chacón informó de su renuncia a encabezar la lista por Barcelona, una decisión que encadena otras dos espantadas consecutivas: la que protagonizó en 2012 cuando dejó libre el campo a Alfredo Pérez Rubalcaba en el congreso de Sevilla y la que le dejó después en aparente fuera de juego durante un año cuando se refugió en Miami para observar desde la barrera la lenta agonía del exministro del Interior en la secretaría general, antes del aterrizaje de Sánchez. La exministra estrella, eludió explicar ayer los “muchos motivos políticos” que la han llevado a escenificar su última estampida.

Personas que han tenido ocasión de hablar con Sánchez en los últimos días, le ven muy desmoralizado por lo que considera una “traición” en toda regla de Pablo Iglesias, al tiempo que enrabietado por los movimientos internos que observa en el PSOE para acabar con su corta carrera. Según fuentes cercanas al líder socialista, está convencido de que las tensiones irán en aumento en cuanto salgan algunas encuestas que anticiparán un nuevo desplome de su partido en las próximas legislativas junto a otra victoria del PP, bastante más generosa que la del pasado 20 de diciembre.

Zapatero, el más desleal a ojos de Ferraz

En el equipo de Sánchez se opina que Zapatero es quien está jugando esta partida con mayor deslealtad, siempre con la intención de recuperar su influencia en la organización, relativamente perdida desde que a comienzos de 2012 Rubalcaba cogió los mandos del partido y, dos años más tarde, se vio obligado a tirar la toalla. En todo este tiempo, el expresidente ha sido, junto a José Bono, uno de los principales lazarillos de la presidenta andaluza, quien después de amagar en diversas ocasiones con tomar el control de Ferraz ha ido posponiendo su decisión, convencida finalmente de que el momento propicio para acabar con el candidato que ella misma aupó a la secretaría general en julio de 2014 llegará cuando todos los barones regionales, sin excepción, asuman que no puede seguir en el cargo tras una nueva derrota, después de haber cosechado hace cinco meses el peor resultado de la historia del PSOE, haber patinado en la investidura y haber acabado siendo humillado por un partido como Podemos.

Susana Díaz sigue teniendo como principales lazarillos a Zapatero y a Bono

Díaz ha aprovechado la mayoría de sus viajes a Madrid para hablar en privado con Zapatero, Bono, Rubalcaba y algunos empresarios de su confianza. En estas conversaciones, según fuentes cercanas a la andaluza, siempre se coincidió en que había que frenar a cualquier precio el acceso de Sánchez a La Moncloa con el salvoconducto de Podemos, decisión que encontró su máxima traducción en la resolución aprobada por el comité federal en diciembre, donde al líder socialista también se cortó personalmente las alas para conseguir este objetivo con la pértiga del PP. Los barones más cercanos a Susana Díaz suelen comentar que esa noche del 27 de diciembre, Sánchez firmó su propia sentencia de muerte al redactar él mismo esa resolución, pues solo se dejó abierta la puerta para pactar con Ciudadanos con el resultado ya conocido.

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