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España

Mas se queda a un escaño de la mayoría y necesitará el apoyo de la CUP

Artur Mas junto al líder de la CUP, David Fernández.

La lista independentista en la que está integrado el presidente de la Generalitat, Artur Mas, no conseguirá la mayoría absoluta en escaños en las próximas elecciones autonómicas del 27-S según recoge el último sondeo de Metroscopia, que apunta que la candidatura de Junts pel Sí (Juntos por el Sí), se quedaría a uno o dos escaños de los 68 necesarios. Para obtener este poder en la Cámara catalana, la lista que integran las formaciones soberanistas necesitará el apoyo de la CUP, que obtendría entre 10 y 11 escaños, y cuyo cabeza de lista ha declarado este sábado que "harán todo lo posible" para que Mas no sea presidente tras estos comicios.

el Partido Popular obtendría una representación de 10 diputados, lo que podría colocarle como la fuerza con menos representación en la Cámara catalana

Frente a las fuerzas independentistas, Ciudadanos es el segundo partido que más apoyos recibe entre las fuerzas contrarias al soberanismo, con una estimación de 19 escaños. PSCCatalunya sí que es Pot serían los siguientes, al obtener cada una un total de 14 escaños - los socialistas perderían así 6 de sus 20 escaños en el Parlament, mientras que ICV solo ganaría un escaño con el apoyo de Podemos respecto a los comicios celebrados hace tres años-, mientras que el Partido Popular obtendría una representación de 10 escaños -perdiendo 9 de sus actuales de 19-, lo que podría colocarle como la fuerza con menos representación en la Cámara catalana si Unió, la formación que lidera Duran i Lleida, no logra alcanzar los suficientes apoyos: la encuesta publicada este sábado por el diario El País le sitúa entre dos y ningún representante.

De esta forma, la lista que encabeza Raül Romeva, y en la que están integrados CDC, ERC y las entidades soberanistas, sería la clara vencedora de los comicios del 27-S, pero sin contar con la mayoría de los votos, algo que desde la candidatura ya se ha defendido que no les importaría de cara a iniciar la hoja de ruta para la independencia de Cataluña, una acción que no tendría lugar hasta haber pasado 18 meses. Con estos apoyos, tal y como han anunciado desde la candidatura, Junts pel Sí propondría a Artur Mas como presidente de la Generalitat para encabezar de nuevo el proceso soberanista, aunque desde sus posibles aliados ya hayan anunciado su reticencia a que éste ocupe el cargo.

La CUP ve a CDC como un "lastre"

El candidato de la CUP para el 27-S, Antonio Baños, ha defendido este sábado que su formación hará "todo lo posible" para evitar que Mas sea president tras el 27-S, al considerar a CDC como un "lastre" para el independentismo, pero ha adelantado que tampoco hará nada que haga "descarrilar" el proceso, y que prefiere de president a alguien "de consenso". En una rueda de prensa celebrada en la sede de la Agencia Efe en Barcelona dentro del ciclo organizado con los candidatos de las elecciones del 27-S, Baños entiende que en Cataluña no hay un "régimen presidencial" y que, por tanto, el nombre del futuro presidente de la Generalitat "no es decisivo" e incluso "es irrelevante". 

Baños entiende que en Cataluña no hay un "régimen presidencial" y que, por tanto, el nombre del futuro presidente "no es decisivo" e incluso "es irrelevante"

En cambio, Baños cree que si después del día 27 se forma un gobierno de concentración, quien lo presida debería ser "un nombre de consenso", para lo cual "sería lógico que si en un extremo ideológico está Mas y en el otro nosotros, busquemos en medio un espacio donde todas las fuerzas políticas se puedan sentir cómodas". Ha considerado, en este sentido, que podría ser "una figura de prestigio, no política o procedente de la política no partidaria".

La formación independentista antisistema ve a CDC como un "lastre" para el proceso y lo ve como un partido con "sombras", tanto por su forma de gobernar "autonomista" a lo largo de tres décadas, como por los casos de presunta corrupción en los que se ha visto envuelto, con militantes imputados y con las sedes embargadas. El político ha afirmado que las relaciones entre su formación y los convergentes no "son nada cordiales y amables, ni lo podrían ser", porque para ellos "Convergència es el partido de la gestión de la autonomía, de las oligarquías insensibles".

Aunque ahora sean vistos como el partido líder del independentismo, han estado, a su juicio, "treinta y pico de años entre el autonomismo y el pacto", incluso apoyados durante dos años, en la primera legislatura de Artur Mas, por el PP (2012). Para la CUP, CDC representa el típico partido "clientelar, que se dedica al 'business friendly', a gestionar la 'pasta' que viene y que va". Si acaban sentados en una mesa después del día 27, no querrá decir que les perdonen "lo que han hecho", ha indicado Baños, sino que "con una tendencia infinita a la misericordia" por parte de la CUP, quieren "creer que ellos verán que son parte importante de este proceso popular y que entenderán que es o ahora o nunca".

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