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Bruselas arremete contra la política de España en I+D: “Escasa, ineficaz y burocrática”

El pasado viernes 3 de octubre, la secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, Carmen Vela, presentó en el Congreso un informe relativo a las políticas de I+D+i en España que pasó bastante desapercibido. Titulado Erac Peer – Review of Spanish Research and Innovation System. Final Report, el informe fue encargado por el Ministerio de Economía que dirige Luis de Guindos a la Comisión Europea y entregado a las autoridades españolas en julio. Publicado ahora, durante 90 páginas viene a decir que España necesita destinar más dinero a la investigación, que el país está por debajo de la media europea en cuanto a logros científicos, que los investigadores envejecen y sus plazas no se reponen, que la burocracia impera por doquier, que las empresas que exportan I+D son muy pocas o que la descoordinación autonómica agrava la situación. Casi nada.

Existe una versión resumida en la web del Ministerio de Economía, pero este medio ha tenido acceso al informe completo en inglés, en el que han participado funcionarios de la Comisión, académicos de cuatro universidades europeas y expertos e investigadores de Bélgica, Estonia, Francia, Alemania y Suecia. Y desde el arranque se ataca desde todos los ángulos la política del Gobierno en innovación y desarrollo, si bien se concede la existencia de “islas de excelencia” antes de señalar, por ejemplo, que el sistema en su conjunto está “condicionado por la existencia de un modelo de gobernanza fragmentado, tanto vertical como horizontal”. “Las rigideces institucionales dificultan la circulación efectiva del conocimiento y de las personas”, se puede leer.

Por debajo de la media

En todas las estadísticas España está por debajo de la media europea, ya sea en Recursos Humanos, financiación y soporte, firmas inversoras o efectos económicos

En todas las estadísticas España está por debajo de la media europea, ya sea en Recursos Humanos, financiación y soporte, firmas inversoras o efectos económicos. Todas estas manifestaciones vienen soportadas por diferentes gráficos a lo largo del informe. En este sentido, el documento persevera en que “en el ámbito de la investigación se constata la existencia de un sistema dual” porque “pese a la elevada calidad de una parte de los resultados, la media del Sistema es, sin embargo, baja”.

Bruselas recomienda que la inversión tenga como objetivo alcanzar el 0,7%del PIB en tres años, frente al 0,6% actual. “Tan importante es la financiación”, añade el texto, “como un horizonte financiero estable que permita una correcta planificación y desarrollo” de dicha inversión. No por nada, la Comisión, parte constituyente de la llamada Troika, recomienda seguir con las reformas estructurales emprendidas por el Gobierno de Mariano Rajoy.

El informe rehúye de la confrontación y de las acusaciones severas, pero las recomendaciones revelan un tono muy crítico con la marcha actual de las políticas de I+D+i. Así, indica que “es necesario introducir un cambio radical en la gestión y en la estructura de la carrera investigadora”. Éste permitiría “promocionar el liderazgo científico” y dotar de más autonomía a los investigadores más brillantes. O, yendo todavía más lejos, el documento precisa que “se necesita una carrera investigadora alternativa al estándar vigente y ligado al modelo funcionarial”.

La Comisión, parte constituyente de la llamada Troika, recomienda seguir con las reformas estructurales emprendidas por el Gobierno de Mariano Rajoy

Funcionarios más flexibles

Sin decirlo por las bravas, el Peer Review plantea que el I+D nacional debe de abandonar la esfera pública y caminar hacia el ámbito privado o mixto. “Hay varios ejemplos en distintos países europeos donde los investigadores permanecen técnicamente como miembros de la Administración (funcionarios) pero desarrollan su actividad en entornos más flexibles, que fomentan la movilidad y que reconocen y premian la excelencia”.

Dentro de la pretensión de fomentar la iniciativa privada, los expertos alertan de la ausencia de firmas en España. “Se constata la existencia de un número muy reducido de grandes empresas que pueden actuar como elementos tractores en el ecosistema de innovación”, puede leerse, “así como de un reducido número de micro empresas y empresas con capacidades de I+D e innovación, significativamente más bajo en términos per cápita que en el resto de los países del entorno europeo”.

Otro punto crítico es el de la cohesión autonómica y sus efectos en el I+D, aunque el informe no se explaya aquí demasiado. “En el ámbito regional, los mecanismos de coordinación son insuficientes”, señala, apuntando a “duplicidades a nivel estratégico”. En total, hay diez recomendaciones, que se completan con una “sistema de evaluación” que tenga la potestad de asignar recursos, una “agencia independiente” o el establecimiento de un “mercado y cultura para la innovación”.

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