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España

La línea de oposición de Rubalcaba siembra un amplio desconcierto en el PSOE

El actual secretario general del PSOE en una rueda de prensa.

Si del Comité Federal celebrado el pasado fin de semana los dirigentes socialistas salieron con la consigna de que toca endurecer la oposición en el Parlamento ante la proximidad de las elecciones gallegas y vascas del 21 de octubre,  de la reunión celebrada el pasado martes por el Grupo Parlamentario los diputados se despidieron sin saber a qué carta quedarse. El ex secretario de Organización del PSOE José Blanco defendió a su estilo lo que él denomina una oposición responsable en los difíciles tiempos que le toca vivir a España. Sin embargo, el ex alcalde de San Sebastián Odón Elorza defendió que lo que tiene que hacer el Partido Socialista para respirar y remontar en las encuestas es justamente lo contrario, una oposición dura contra el Gobierno, al que varios diputados acusaron de desvencijar el Estado de bienestar levantado a partir de los gabinetes de Felipe González.

Los diputados piden argumentarios a la dirección del partido para aclarar su posición a los votantes

Los asistentes al acto esperaban una intervención clarividente de Rubalcaba en la que se trazara la estrategia a seguir durante el duro invierno que vaticina el propio secretario general del PSOE. Pero la sorpresa llegó cuando éste dio una de cal y otra de arena en un discurso bastante ambiguo donde recordó que los socialistas han perdido el favor de la clase media y de los jubilados. Defendió que lo que los ciudadanos exigen en estos momentos de profunda crisis económica es que la clase política no entre en duelos ineficaces, pues la gente está preocupada por el paro y la precariedad laboral. Pero, al mismo tiempo, el líder socialista recordó que el PP no le está dejando margen al PSOE para el acuerdo, ya que se niega a hablar de los grandes asuntos de Estado y, por lo tanto, toca subir los decibelios tanto en el Congreso de los Diputados como en la calle.

¿Oposición dura u oposición blanda? Pues ésta es la pregunta que se hicieron a la salida de la reunión de grupo no pocos parlamentarios. Algunos de ellos se han dirigido a la dirección del partido para pedirle argumentos útiles con los que vender la mercancía a su parroquia en los pueblos y ciudades. Hasta ahí llega el desconcierto.

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