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España

Moncloa no disimula su irritación por la audiencia del rey a Artur Mas

El rey Felipe VI saluda a Artur Mas

Artur Mas acude este viernes al Palacio de la Zarzuela, horas después de que haya presentado en sociedad la plataforma secesionista con la pretende presentarse a los comicios de septiembre, primer paso hacia la proclamación unilateral de la independencia. La fecha señalada por la Zarzuela quizás no tuvo en cuenta este detalle, lo que ha producido un enorme desagrado en la Moncloa. Las relaciones de Rajoy con Felipe VI son muy cordiales y el rey le agradeció personalmente la cena de homenaje a su padre que organizó el presidente del Gobierno a la que asistieron González, Aznar y Zapatero.

Para aprovechar esta baza propagandística que le sirve en bandeja el protocolo de la Zarzuela, la Generalitat ha venido anunciando desde hace ya unos días que Mas pretende informarle al Monarca de todos los detalles de su plan para promover la 'desconexión' de Cataluña con España. En el Gobierno se piensa que, dado que no es posible modificar o cancelar la audiencia, don Felipe sí que está en disposición de recordarle a su visitante los ordenamientos jurídicos de la Constitución, algo que figura dentro de las atribuciones de 'arbitraje y moderación' que la Carta Magna señala a la Corona.

Desfile de presidentes regionales

Don Felipe ha recibido estos días a distintos presidentes de comunidades autónomas recientemente elegidos, como Ximo Puig, de la Comunidad Valenciana, Emiliano García Page, de Castilla la Mancha y este jueves, al extremeño Guillermo Ferández Vara. Dentro de esta ronda con dirigentes regionales ya han desfilado por Zarzuela Cristina Cifuentes, Alberto Núñez-Feijó y Susana Diaz.

La agenda de la Casa del rey quizás no tuvo muy en cuenta las fuertes connotaciones políticas de la visita del president

En Moncloa se señala que no era necesario incluir en estas fechas a Artur Mas, puesto que en Cataluña no se celebraron elecciones autonómicas el 24-M y que habría resultado mucho más sensato el aplazar la audiencia hasta después de los comicios de septiembre. Esta relajación con la agenda, o el no percibir las inconveniencias de la visita, le permitirá a Mas trasladarle en primera persona al Jefe del Estado sus planes para conseguir la secesión de Cataluña que, de acuerdo con lo que tiene pactado con ERC y las asociaciones separatistas, arrancará formalmente seis meses después de las elecciones de septiembre. Será en marzo cuando el gobierno surgido de estos comicios proclamen la declaración unilateral de independencia.

Ruptura de relaciones con Moncloa
La última vez que se encontraron don Felipe y Mas fue en Cataluña con ocasión de la entrega de premios de la Fundación Princesa de Girona. Habían coincidido antes en la final de la Copa del rey, en el palco del Camp Nou, en una agria velada en que la pudo observarse el notorio regocijo del president durante la gran pitada al himno y al propio monarca. Ese episodio produjo un enorme malestar tanto en Zarzuela como en Moncloa y existe una investigación oficial sobre las posibles responsabilidades por la ofensa a los símbolos del Estado.

El Gobierno mantiene hacia el líder catalán una actitud de absoluta frialdad desde la celebración del referéndum apócrifo del 29 de noviembre. Rajoy rompió todo tipo de relaciones o conversaciones con Artur Mas al considerarlo un caso perdido, con el que no hay posibilidad alguna de diálogo ni de negociación. Un personaje disparatado que camina rumbo a su propio precipicio. Varias querellas presentadas en su momento contra aquel plebiscito siguen actualmente su curso, o que no ha hecho variar ni un ápice los planes de Mas, quien está decidido a seguir adelante para, entre otras cosas, conservar su puesto al frente de la Generalitat.

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