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España

CiU se planteará el relevo de Artur Mas si el 24-M se esfuma gran parte de su poder local

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, en su escaño del Parlamento autonómico.

Empieza a estar muy extendida en CiU la tesis de que las elecciones del próximo día 24 no serán solo un examen para los candidatos a los casi 950 ayuntamientos que hay en Cataluña, sino también para el presidente de la Generalitat, Artur Mas, pendiente de pasar el próximo julio, dos meses después de la cita electoral, por una convención orientada a refundar Convergencia para, entre otros objetivos, pasar página a la rémora de Jordi Pujol. ¿Podría llegarse a reconsiderar en esta convención el liderazgo de Mas? La respuesta es positiva en algunos sectores nacionalistas.

Empresarios catalanes apoyan que CiU cambie de líder si finalmente Rajoy adelanta las elecciones generales

Fuentes de Convergencia informan que se analizarán con lupa los resultados del 24-M en el mapa municipal, dando por hecho que será imposible conservar las 460 alcaldías de 2011, entre ellas las 30 de las 42 capitales de comarca, al conseguirse una mayoría aplastante sobre el poder territorial que hasta entonces detentaban los socialistas catalanes. La de Barcelona es la más importante y desde ella Xavier Trias ha advertido a Mas que no quiere mezclar su gestión municipal con el soberanismo, pues de lo contrario daría ventaja a Ada Colau, cabeza de una coalición en la que participa también Podemos e Iniciativa, de creciente aceptación en la ciudad.

Trias ha sido, precisamente, uno de los alcaldes que más hincapié ha puesto en separar el proceso independentista de la gestión local. Hace cuatro años, acabó con más de tres décadas de hegemonía socialista en Barcelona y ahora no quiere que su trabajo en el Ayuntamiento se vaya por el sumidero y acaben rentabilizándolo Colau o Esquerra Republicana.

La fecha de las elecciones generales, condición básica

Pero para que la sucesión de Artur Mas quedara abierta en canal, abundan fuentes nacionalistas, no solo sería necesario contemplar una debacle de CiU el 24-M sino también un aplazamiento de la convocatoria electoral fijada verbalmente por el presidente de la Generalitat para el 27 de septiembre. Después de cuestionar esta fecha y de condicionarla a la lealtad de Oriol Junqueras a la estabilidad parlamentaria, Mas ha filtrado que reconsideraría también sus planes en caso de que Mariano Rajoy decidiera convocar las elecciones generales para esa misma fecha.

Dentro de CiU, hay quien achaca estos titubeos de Mas a las fuertes presiones que está recibiendo de una parte del empresariado catalán para que busque los argumentos que quiera con tal de agotar la legislatura. Es lo que también le está pidiendo desde Unió Josep Antoni Durán i Lleida, convencido de que si Mas insiste en dar un carácter plebiscitario a las urnas tendrá que hacerlo sin su compañía y con el desgaste de haber roto una coalición que pervive desde hace más de 35 años.

Con un nuevo líder y otro Gobierno en Madrid, sería más fácil negociar el pacto fiscal 

La impresión más generalizada dentro de Convergencia y también de Unió, el socio democristiano, es que Mas cree haber pasado ya a la historia habiendo convocado su referéndum soberanista y que su repliegue no supondría trauma alguno e, incluso, facilitaría el desbloqueo del proceso soberanista a través de un acuerdo con el Estado que se parecería bastante al del pacto fiscal jaleado por el propio presidente de la Generalitat nada más llegar Mariano Rajoy a La Moncloa. Esta es también la solución final que atisbaba recientemente un importante banquero con intereses en Cataluña. “Al final, habrá que sentarse a hablar y negociar un pacto fiscal más o menos similar al Concierto vasco. No se llegará a la independencia si el Gobierno acaba reconociendo que los catalanes pagan más que el resto de los ciudadanos por muchos servicios. Si pudiera haber alguna posibilidad de que Cataluña llegara a segregarse de España, los mercados ya lo habrían descontado y no lo han hecho”, advertía esta importante voz del mundo económico.

Que Mas pegue la espantada es un escenario que no podemos descartar”, resumen fuentes de CiU. “Primero veremos el clima que se respira en nuestras filas después del día 24 y, más tarde, si se desdibuja el guion que habíamos marcado para el 27 de septiembre. Es evidente que si las legislativas se anticipan y sale un Gobierno en minoría, sería saludable para todos ir a una negociación cambiando de interlocutores”, concluyen.

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