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España

El Gobierno Rajoy, obligado a retirar la candidatura de Madrid a la organización de los JJOO de 2020

Ana Botella, durante la visita que hizo a la villa olímpica.

El pasado día 24 de mayo se conoció que Madrid había superado el corte del Comité Olímpico Internacional (“COI”), pasando a convertirse oficialmente en Ciudad Candidata a organizar los Juegos Olímpicos (y Paralímpicos) de verano del año 2020 (“los Juegos”), tras los intentos fallidos de 2012 y 2016.

La maquinaria de comunicación del Ayuntamiento madrileño llevaba tiempo haciendo su trabajo a pleno rendimiento, y la mayoría de los periódicos, radios y televisiones venían inundando a la agobiada ciudadanía con mensajes y argumentos de apoyo a nuestra candidatura similares a los escuchados cuando se produjo el anuncio. Así, se nos dijo que los Juegos no son un gasto sino una inversión; que Madrid apuesta por las Olimpiadas como un factor de regeneración económica; que las infraestructuras ya están terminadas (en un porcentaje cercano al 80%); que la situación de crisis actual es un revulsivo para pedir los Juegos; que la Unión Europea, llegado el momento, nos ayudará; que la pasión latina hará que los Juegos madrileños se celebren tanto dentro como fuera de los estadios, y que en estos momentos los españoles necesitan un proyecto ilusionante que nos una como pueblo, entre otras muchas cosas.

Este artículo, primero de una serie de siete dedicados al tema, aboga directamente por la retirada de Madrid de la carrera olímpica, principalmente, aunque no sólo, a causa de una crisis económica que amenaza por llevarse todo por delante. Idealmente, debería ser la propia ciudad, dando ejemplo, quien retirase su candidatura. Pero si no lo hiciese, bastaría, como en el caso italiano, con que el Gobierno de la nación se desvinculara del proyecto, una obligación que a estas alturas resulta ya perentoria. En un momento en que España se encuentra al borde del rescate y las cuentas públicas resultan imposibles de cuadrar a pesar de los sucesivos ajustes y recortes, no nos podemos permitir dedicar ni un solo euro a iniciativas prescindibles. Además, como se irá viendo, existen otras razones que aconsejan un replanteamiento general del proyecto.

No se trata de criticar a las personas que lideran el proyecto en este momento, muchas de las cuales son excelentes profesionales que actúan de buena fe movidos por su amor al deporte. Han heredado además muchas decisiones erróneas tomadas con anterioridad. Pero sorprende el empecinamiento en el proyecto olímpico en el peor momento económico en décadas. Aunque no sea éste el objetivo de este trabajo, si hubiera que desentrañar las motivaciones de los promotores de esta iniciativa habría que concluir que en nuestros gestores públicos existe una inercia tendente a hacer las cosas de una determinada manera que no se ha quebrado todavía a pesar de la gravedad de la crisis económica que padecemos.

Falta de conciencia de la clase política

Es como si nuestra clase política pensase que todo es un mal sueño del que van a despertar en cualquier momento para descubrir que las cosas siguen siendo tal cual siempre fueron, lo cual les exime de tener que modificar o sacrificar nada en el proceso. Sin sacrificar, se sobreentiende, ninguno de sus pet projects, como se dice en inglés, es decir, aquellos proyectos que más ilusión les hacen, por encima o al margen de la realidad de las cosas. El problema es que son los ciudadanos en su conjunto los que acaban soportando y pagando esos caprichos, sean o no necesarios.

El objetivo de este trabajo persigue generar un debate a través de la crítica de la candidatura olímpica de Madrid y de los distintos argumentos esgrimidos en su favor. Si alguna de las afirmaciones o análisis que siguen fueran incorrectos, nada sería más de agradecer que recibir las correcciones y puntualizaciones pertinentes. Nunca se puede elogiar lo suficiente las ventajas de un debate abierto y transparente.

A lo largo de las sucesivas entregas se examinarán los principales argumentos esgrimidos por los responsables de la candidatura olímpica madrileña, a saber:

1.  Los Juegos son un factor de regeneración económica.

2.  Los Juegos son un proyecto de Estado.

3.  Las infraestructuras están acabadas en un 80%.

4.  La insistencia juega a favor de la candidatura de Madrid: cada vez estamos más cerca de conseguirlo.

5.  Madrid se merece los Juegos.

En un tono constructivo, se terminará con unas propuestas finales relacionadas con la retirada de la candidatura de Madrid 2020 y con la política deportiva española en general.

Juan Antonio Escudero fue gerente del Instituto Madrileño del Deporte (Comunidad de Madrid) durante siete años. 

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