Quantcast

España

De Alicante a Siria: el viaje del yihadista que iba a atentar en España como en Bataclan

Imágenes en Siria de Abdeljalil Ait El Kaid, alias Abu Chaima

“Me dirijo a la tierra de los leones/ Madre no sufras por mi ausencia/ que voy a tierra de la yihad”. Estos versos fueron parte de la carta de despedida con la que Abdeljalil Ait El Kaid anunciaba en su perfil de Facebook su partida al califato de Estado Islámico. Era el 6 de septiembre de 2014 cuando este joven de entonces 29 años se desplazó desde Alicante hasta Barcelona para tomar el vuelo PC468 con destino a Estambul.  

“Sólo voy a derrotar a los judíos/ Padre, te pido perdón/ estoy enamorado de la yihad”. Así comienza este viaje, que acabó con su arresto en Polonia sólo diez meses después, en junio de 2015. Las autoridades locales -con información de la Guardia Civil- frustraron el encargo que había recibido de sus responsables en Raqqa, la capital del califato. Tenía la misión de volver a España para perpetrar un atentado como el de la sala de Bataclan en París en la que murieron 137 personas en noviembre de ese mismo año.

“Esposa, si caigo muerto, sé paciente. Soy mártir/ por mi muerte debes alegrarte”. En realidad, la historia de El Kaid comenzó antes. Como tantas otras, arranca en la soledad de una habitación ante su ordenador marca Hewlet Packard. Navegando por la red encontró respuestas en los cantos de sirena que prometían un paraíso islamista en la tierra, victorias épicas y ejércitos invencibles. Ahora se encuentra recluido en una cárcel española a la espera de ser juzgado en la Audiencia Nacional la primera quincena de junio.

El detenido más peligroso

Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado han detenido a cientos de terroristas yihadistas en los últimos años, pero aún hoy cuando se pregunta a los expertos de la lucha antiterrorista no dudan en señalar a El Kaid como el arrestado que presentaba mayor riesgo potencial para la seguridad. Así lo entiende también la Fiscalía de la Audiencia Nacional y en concreto la fiscal Dolores Delgado, encargada de reunir las pruebas necesarias contra este terrorista.

Una imagen del terrorista antes de incorporarse a Estado Islámico

Cuando El Kait llegó a Estambul ya había culminado su proceso de radicalización y había adoptado el alias de Abu Chaima Lhawari Almaghribi. Esa era su kunya, término con el que se denomina el nombre de guerra que adopta un yihadista y que en su caso, además, indicaba su origen marroquí. Es original de la ciudad de Bouar El Brij. A las 7.30 del día siguiente cogió otro avión con destino a la ciudad turca de Antalya, donde le recibieron miembros de Daesh. Desde allí le trasladaron directamente a la localidad siria de Deir Ez Zor. Ahí recibió su primer entrenamiento para ser un mártir.

Abu Chaima estaba feliz y plasmaba esos sentimientos con más escritos, algunos de ellos dirigidos a su familia con la que nunca perdió el contacto: “He abandonado todo en plena juventud/ Es mi orden de Dios”. También se dejaba fotografiar con ropas de combate y armas como el AK-47 que usa Estado Islámico, imágenes en posición de disparo a las que ha tenido acceso Vozpópuli. Aprendió a disparar y a usar explosivos. A comienzos de 2015 entró en combate y resultó herido. También realizó labores de captación en Internet como la que hicieron previamente con él. La hacía en Facebook junto a un grupo llamado Musulmanes del Mundo, una suerte de Torre de Babel a las órdenes del líder de Daesh, Abu Bakr Al Baghadadi.         

Abu Chaima, fotografiado en Siria con un AK-47

De futura esposa a testigo protegido 

Un día, una joven desde España le dio a me gusta a una de las fotos de esa comunidad y automáticamente cinco integrantes se lanzaron a establecer contacto con ella. Pero con el que mantuvo más relación fue con Abu Chaima. Hablaban también por WhatsApp y por Skype de temas religiosos, de política, más adelante de acciones bélicas, del odio a los chiíes, cristianos, judíos, yazidíes...  y después de la necesidad de mujeres en el califato. Según le dijo él, había tres maneras de hacer la hegira (viajar a Siria): para casarse con un combatiente, para luchar o para entrenarse y regresar a España a atentar.

Lo que no sabía Abu Chaima es que su interlocutora terminaría siendo testigo protegida y colaboradora de la Guardia Civil. De ese modo, los investigadores detectaron en febrero de 2015 una conversación en la que el terrorista le proponía regresar a España y esperar a recibir órdenes como habían hecho otros compañeros. Cuando la confianza era total, le confesó que en España ya tenían las armas y mujeres dispuestas a atentar, sólo faltaban los hombres. Quería que ella y una tercera persona organizasen la logística del ataque. “Si vas a ser mi mujer tienes que obedecer lo que te digo. Yo cuando estuve en España (sic) conozco mucha gente que vende todo tipo de armas”, le decía.

El lugar elegido era Barcelona, según le confesó a la joven en uno de sus contactos. Por eso encargó a su futura esposa que alquilase un piso y un coche para la acción. Paralelamente a estas conversaciones, en mayo de 2015 la Comisaría General de Información de los Mossos d’Esquadra recibió el aviso de que Estado Islámico planeaba hacer algún atentado en la ciudad condal. Para ello se estaba preparando en Siria un grupo de operativos que partirían a España a cometer una cadena de ataques simultáneos, el modus operandi que se vería después en Bataclan.

La reunión donde se decidió todo 

Estos datos, según las pesquisas, partían de una reunión que tuvo lugar el 29 de ese mes en algún punto de la frontera turco-siria entre el responsable último del atentado y los encargados de ejecutarlo. La información añadía que algún colaborador de la célula ya había fijado como objetivos el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, el Casino de Barcelona y el transporte público en la Plaza Cataluña. El plan era llevarlo a cabo ese verano de 2015.

Un sonriente Abu Chaima, pescando en el río Éufrates

Sólo la detención en Polonia frustró ese plan. Abu Chaima emprendió el viaje de retorno acompañado del también terrorista Reda Hame, ambos seleccionados para atentar en Europa. El primero debía llegar a España y el segundo a Francia siguiendo rutas diferentes por razones de seguridad. Su jefe era Abdelhamid Abaaoud, alias Abu Omar Soussi, a quien las autoridades francesas atribuyen la función de ideólogo y líder de la célula que atentó en Bataclan. Nacido en el barrio belga de Molenbeek, murió cinco días después de aquel atentado en un tiroteo con la policía gala en París. También se le considera el líder de otra célula desarticulada en enero de 2015 en Verviers (Bélgica) provista de armas con planes de atentar.  

Abaaoud había recibido a su vez la orden de crear un estructura de retornados en Europa con capacidad de matar por parte del portavoz de Estado Islámico, Abu Muhammad Al Adnani, fallecido en agosto de 2015. Los objetivos eran siempre lugares de grandes aglomeraciones de como salas de fiestas, partidos de fútbol o conciertos. Precisamente, las declaraciones ante la policía polaca y la Guardia Civil de Abu Chaima permitieron conocer la presencia en Francia de Reda Hame, que acabó siendo arrestado el 11 de agosto. Al menos esa vez, las fuerzas de seguridad europeas lograron frenar la tragedia. Tres meses después, Estado Islámico culminaría su plan en París.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.