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España

Rubalcaba asume la agenda que le marca UGT para recomponer su estrategia de oposición

La huelga que UGT le montó a José Luis Rodríguez Zapatero a finales de 2010 en protesta por su reforma laboral, con Alfredo Pérez Rubalcaba todavía en su Gobierno como responsable de Interior, dejó muchas heridas que, poco a poco, el actual líder socialista está tratando de cicatrizar. De la frialdad en la relación con Cándido Méndez, aspirante a ser reelegido como secretario general del sindicato en el congreso previsto para abril, el PSOE ha pasado a un lento acercamiento que beneficia, según se opina en Ferraz, a las dos partes.

Desahucios, preferentes, ayudas a los parados, privatización de la sanidad, reforma educativa...UGT ha trasladado al PSOE el guion con el que sindicato y partido pueden caminar juntos

Los socialistas, con enormes dificultades para remontar en las encuestas, y los sindicatos, sumidos en un profundo descrédito, han decidido recorrer juntos el camino de la confrontación con el Gobierno, sin descartar una nueva huelga general, sería la tercera contra Mariano Rajoy, para la próxima primavera. Las reuniones entre el equipo de Rubalcaba y la ejecutiva que dirige Méndez se han hecho habituales, aunque la mayoría de las veces se celebran de forma discreta. No fue el caso de la última cita que Rubalcaba y sus colaboradores mantuvieron con dirigentes de las dos principales centrales en vísperas del último comité federal del PSOE, pues le convenía acudir a esta reunión con la foto que salió en la mayoría de los periódicos debido al interés del líder socialista en demostrar que ha reencauzado su vínculo con los sindicatos.

Antes de esta reunión, a modo de cocina, las cúpulas del PSOE y UGT seleccionaron juntas los principales frentes a través de los cuales pueden contribuir a desgastar más al Gobierno y a recuperar a antiguos votantes socialistas. Como aperitivo, el pasado noviembre las dos organizaciones promovieron una ofensiva conjunta para agitar el problema de los desahucios, lo que obligó al equipo de Mariano Rajoy en La Moncloa a ponerse las pilas y a llevar medidas legislativas al Congreso.

Rubalcaba cree que acercándose cada vez más a los sindicatos puede desactivar las críticas internas de quienes le cuestionan como líder del partido

En las últimas reuniones se analizaron también los importantes caladeros que ha creado la falta de soluciones al problema de las participaciones preferentes comercializadas por los bancos, la conveniencia de reclamar con insistencia la prórroga de las ayudas de 400 euros a los parados sin prestaciones, la rentabilidad de colocarse al lado de los médicos y las enfermeras frente a los cambios que algunas comunidades están liderando en la sanidad, la oportunidad de airear las desventajas de la reforma educativa promovida por el ministro Wert, el rechazo a cualquier nueva reforma de las pensiones que no cuente con un amplio pacto político y sindical y la denuncia de las injusticias generadas por las nuevas tasas judiciales.

En la dirección del PSOE se admite que buena parte de las iniciativas seleccionadas por UGT en estas reuniones han sido ya muy productivas y que la colaboración estrecha con el sindicato va a tener largo recorrido a la vista de las reformas pendientes que tiene pensado llevar el Gobierno al Congreso de aquí al verano.

En Ferraz no se duda de que si los sindicatos convocan una nueva huelga general para la primavera, Rubalcaba la respaldará sin matices

Entre los diputados socialistas se ve compatible la asunción por su partido de muchos de los postulados que defiende UGT con la negativa de Rubalcaba a protagonizar el viraje a la izquierda que le piden dirigentes como el madrileño Tomás Gómez o la catalana Carmen Chacón. De hecho, este acercamiento a los sindicatos puede servirle al líder del PSOE a debilitar a aquellos que cuestionan internamente su liderazgo. Por eso apoyó la segunda huelga general contra Rajoy del pasado noviembre, movido también por la necesidad de orientar a la militancia de base, desanimada por las enormes dificultades que ha encontrado hasta ahora el PSOE para pilotar la agenda política. Quien marca la agenda marca la política, suele sostener Rubalcaba entre los suyos para evitar que el debate interno se centre en las primarias y en el cuestionamiento de su autoridad. Con este criterio, se admite en la dirección socialista, el respaldo a la tercera huelga contra Rajoy, la que se prevé para la primavera, está asegurado.

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