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España

Rivera encara el nuevo escenario con opciones de ser propuesto por Felipe VI

Felipe VI posa junto al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en Zarzuela.

Primero sonó en la segunda ronda de consultas del rey, y después volvió a emerger cuando la investidura del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se presumía ya fallida por el voto en contra de Podemos. Sin embargo, no ha sido hasta la intervención-estreno del presidente del Ciudadanos (C's) en el Congreso de los Diputados la pasada semana, cuando la Operación Rivera ha empezado a cobrar fuerza como salida a la situación de bloqueo que vive el país.

La exposición que Albert Rivera hizo desde la tribuna de oradores, empleando un tono moderado y respetuoso, con llamamientos enfáticos al entendimiento de los partidos constitucionalistas y con apelaciones a la necesidad de recuperar el espíritu de la Transición en tiempos de gran incertidumbre, le sirvió para desquitarse de esa imagen de candidato nervioso, sin el temple necesario, que exhibió en la campaña electoral. El líder naranja sí explotó el pasado miércoles con un discurso sensato que le hizo ganar la mayoría de encuestas sobre el debate de investidura y que le ha confirmado como candidato con altas opciones de ser propuesto por Felipe VI.

El líder naranja pronunció un discurso sensato que le hizo ganar la mayoría de encuestas sobre el debate de investidura

Todo apunta a que de la reunión que mantendrán este lunes el rey y el presidente del Congreso, Patxi López, tras el fracaso de Sánchez, no saldrá una agenda muy cargada de consultas con los representantes de las distintas fuerzas parlamentarias. Además, se habla de que el monarca no moverá ficha sobre un candidato hasta que éste disponga de apoyos suficientes. Entretanto, se baraja que Felipe VI abra ahora un tiempo de reflexión para que los partidos traten de recomponer puentes y alcanzar consensos con más firmas que las de PSOE y C's, protagonistas del pacto de El Abrazo.

De continuar el bloqueo, y como cartucho final que evitara la convocatoria de elecciones (sería el 3 de mayo para el 26 de junio), la alternativa de Rivera entraría en acción con el propósito de poner de acuerdo a PP y PSOE, los dos partidos más votados el 20-D. El dirigente naranja sostuvo en la segunda consulta regia que no veía "lógico" ni "normal" ser designado para la investidura porque su formación había sido cuarta fuerza en las urnas. Sin embargo, nunca lo ha descartado. A ello se suma, además, la capacidad negociadora evidenciada por su partido en la alianza con los socialistas.

De momento, y tras los movimientos de este fin de semana, parece que los próximos días no traerán ningún deshielo entre los principales actores. Por el lado de una eventual suma de izquierdas (con el aval del PNV y la abstención de los independentistas), Podemos ha rechazado dialogar con PSOE y C's de forma conjunta, como acordaron estos dos partidos el sábado. Y por el lado de la gran coalición, la relación entre Rajoy y Sánchez no muestra síntoma alguno de mejoría.

Si ningún candidato reúne apoyos suficientes en las próximas semanas, antes de disolver las Cortes, el rey podría proponer a Rivera como último emplazamiento a los partidos constitucionalistas para que actúen con responsabilidad. En este caso, hay quienes verían en tal elección una venganza en plato frío por parte de Felipe VI al rechazo que recibió del presidente del Gobierno en funciones. "Rajoy ha puesto en jaque el papel institucional del rey", señaló Rivera en su discurso del pasado viernes, afeando al líder popular que declinara en enero asumir el reto de la investidura.

Contactos discretos en Zarzuela desde 2013

El seguimiento que la Casa del Rey viene realizando de la figura de Albert Rivera no comenzó recientemente, ni se reduce a los dos encuentros oficiales con Felipe VI en las últimas semanas (por ciento, los que duraron más respecto a las citas con otros líderes políticos). Cuando el pasado 21 de enero el dirigente naranja estrechó la mano del monarca en la consulta regia inicial tras el 20-D, no era la primera vez que lo hacía en el Complejo de la Zarzuela, a diferencia, por ejemplo, del líder de Podemos, Pablo Iglesias, que intentó entrevistarse con el monarca antes de las generales (le fue denegado por haber un proceso electoral a las puertas).

En concreto, Rivera ya fue invitado por el entonces Príncipe de Asturias a mantener una charla el 22 de abril de 2013. En aquella ocasión tuvieron oportunidad de departir, entre otras cuestiones de la actualidad política, sobre el desafío separatista que encabezaba el expresidente de la Generalitat catalana Artur Mas. Por entonces, el presidente de C's todavía no había anunciado el salto de la formación naranja, presente en el Parlamento catalán, a la política nacional, algo que se produciría medio año después, a través de la plataforma Movimiento Ciudadano.

Así mismo, meses antes de aquella cita discreta con el todavía Príncipe de Asturias, Rivera también había sido requerido a la Zarzuela para verse con el entonces jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno. Precisamente, Spottorno arropó al presidente de C's poco después, en diciembre de 2013 y ya con el Movimiento Ciudadano en marcha, en un desayuno informativo celebrado en el hotel Ritz de Madrid. Presentado por el exministro del Interior Antonio Asunción -fallecido este sábado- y con invitados como Juan Carlos Girauta, hoy portavoz parlamentario de C's, o la exdiputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo, Rivera llamó a combatir el secesionismo y reclamó "volver a poner de moda la unión", como en la Transición. El dirigente centrista presumió en campaña de ser el único candidato a la Presidencia del Gobierno nacido en Cataluña. Hoy está más cerca de La Moncloa que entonces.

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