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España

Renfe sigue los pasos de Aena y prepara un ERE para ser “competitiva”

Sindicalistas protestan contra la liberalización de Renfe y los posibles despidos el pasado 17 de septiembre, en la Estación de Atocha (Madrid).

Desde que se anunciara su liberalización y partición en cuatro partes a finales de julio, los diversos actores que convergen en torno a Renfe poco a poco se mueven. Las empresas interesadas andan al acecho, pendientes de que Fomento concrete el margen que tendrá el capital privado en la futura sociedad. Los casi 15.000 trabajadores, representados por siete sindicatos, andan revueltos y más unidos que nunca (CCOO, UGT, Semaf, USO, CGT, etcétera, tienen una larga historia de divisiones y enfrentamientos) ante los planes de la dirección. Y la dirección, sobrerrepresentada en el organigrama, no da pasos en falso ni deja entrever pista alguna.

Solo a veces, la cúpula directiva presidida por Julio Gómez-Pomar desvela algo de interés, como ocurrió en Sevilla la semana pasada. A la capital hispalense acudió el presidente de Renfe para hablar durante unas jornadas técnicas que portaban el tedioso título de Retos estratégicos en el sector de transportes y logísticas en Andalucía, organizadas por PwC y Andalucía Económica. Y algo se le escapó. Según ha sabido Vozpópuli, allí, en petit comité, Gómez-Pomar reconoció un “exceso de personas en Renfe, y con una edad media elevada”, lo que debe derivar, en opinión del alto cargo, en “un proceso voluntario de regulación de empleo”.

Se trata del primer reconocimiento por parte de la dirección de que la plantilla debe menguar para que, siempre según Gómez-Pomar, “Renfe vuelva a ser competitiva”. Hasta entonces, el presidente solo había sugerido a los sindicatos que el operador ferroviario padecía un “dimensionamiento” y necesitaba una “racionalización”, diagnóstico que, junto con el miedo a la liberalización, ya le ha costado a la empresa alguna que otra huelga en 2012.

Maquinistas en entredicho

Los planes de la dirección coinciden sorprendentemente con los de la también estatal Aena, que prevé un ERE voluntario que afectará a entre 1.500 y 2.000 trabajadores, siempre y cuando tengan 55 o más años. Como Renfe, Aena se prepara para la entrada de capital privado y, de acuerdo con la visión de Fomento, necesita sanearse antes de abrirse a los mercados. El operador aeroportuario carga con una deuda de 14.000 millones de euros, mientras que la deuda acumulada de Renfe, que registró pérdidas en 2011 por valor de 300 millones, supera los 5.000 millones de euros.

Además, Gómez-Pomar pronunció unas palabras que irritarían a cualquier maquinista. El mandatario de Renfe habló de la “baja productividad” de este colectivo, que reúne a 5.200 trabajadores, un 35% del cuerpo de ferroviarios. "De promedio, un maquinista hace 14.000 kilómetros. O hay muchos maquinistas o se hacen demasiado pocos kilómetros".

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