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El Liberal - Política

Un radicalizado Junqueras llama “franquista” al Estado y amenaza con volver a la unilateralidad

Una foto de archivo de Oriol Junqueras posando junto a la bandera estelada independentista

Pese a que muchas voces coincidían en vaticinar que la prisión apaciguaría los ánimos de los independentistas catalanes encarcelados tras los tristes sucesos de octubre de 2017, la realidad está demostrando que estos buenos augurios no valen para Oriol Junqueras. Lejos de mostraste sosegado y templado, el líder de ERC, inhabilitado y condenado en firme por el Tribunal Supremo a 13 años entre rejas, ha mostrado su lado más soez y amenazante en una entrevista que ha concedido al diario El País en la prisión de Lledoners y en la que ha advertido a todos que “lo volveremos a hacer”. En definitiva, que la privación de libertad no le ha servido para aprender la lección.

Junqueras se ha despachado a gusto en su conversación con los periodistas y no se ha andado con chiquitas al asegurar que “el aparato del Estado tiene tics franquistas” y es “un digno heredero de la dictadura”.  Sin tapujos, se ha venido arriba, empleando un tono lenguaraz y soez en sus respuestas: “Y una mierda. Y una puta mierda. Dijimos la verdad: que el procés tenía que acabar en la independencia. Eso se impidió con palizas, cárcel, destituyendo Gobiernos y cerrando Parlamentos”.   

La imagen beatífica que se ha intentado proyectar del condenado por sedición se ha hecho añicos cuando ha soltado a sus interlocutores que “España no es un país normal” y que su gobernabilidad “le importa un comino”, lo mismo que dijo la diputada de su partido, Montserrat Bassa, durante el debate de investidura de Pedro Sánchez.

"Somos inocentes. El Supremo no tiene razón en nada"

El excandidato republicano a eurodiputado ha vuelto a la manoseada palabrería victimista del separatismo cuando ha reducido todo lo acaecido desde el infame pleno del Parlament de Catalunya del 6 y 7 de septiembre de 2017, pasando por el 1-0 a la declaración de independencia del 27-0 a “poner urnas”. Porque, según él, no se cometió delito alguno (aunque está condenado en firme por el TS): “Somos inocentes. La vía unilateral la impuso el Estado”, ha asegurado. Y hasta se ha atrevido a poner en duda la legitimidad de la justicia española: “El Supremo no tiene razón en nada”.

Lejos de pacificarse, Junqueras ha dado muestras de que no perdona y de que se la tiene guardada a más de uno, empezando por los miembros del PSCSerá un placer cruzarme con los socialistas catalanes cuando salga (de la cárcel) y ver si aguantan nuestras miradas”. También ha tenido palabras para PSOE y Podemos al aseverar que tienen: “dosis de inhumanidad alucinantes”, pese a que la abstención de su partido ha permitido que ambos formen gobierno.

Sin pelos en la lengua, rozando el revanchismo, se ha quitado la máscara buenista y ha sacado pecho: “El objetivo era y es la independencia, Nos hemos ganado el derecho a repetirlo (el golpe a la democracia de 2017)”. Y ha dejado, negro sobre blanco, sus verdaderas intenciones: “Yo no renuncio a nada”. “Lo volveremos a hacer. El 27-0 nos ganamos el derecho a volver a hacerlo”.

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