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El Liberal - Política

La izquierda catalana recibe con reservas el acuerdo entre PSOE y ERC para la investidura

El coordinador nacional de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Pere Aragonés, y el portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián.

La izquierda catalana ha recibido con reservas y matices, el acuerdo alcanzado entre PSOE y ERC para la investidura del socialista Pedro Sánchez. En general, aplauden el diálogo y la negociación que deberán mantener a partir de ahora ambas formaciones en lo relacionado con Cataluña. Sin embargo, desconfían del resultado que pueda obtenerse.

El fundador de Federalistes d'Esquerres y ex vicepresidente de Sociedad Civil Catalana (SCC), Joaquim Coll, considera, en un artículo publicado en El Periódico bajo el título Hacer de la necesidad virtud, que el PSOE de Sánchez no tenía más alternativa, tras el rechazo de Ciudadanos a abstenerse para facilitar la investidura. Coll culpa tanto a Albert Rivera como a Inés Arrimadas del "fracaso". Al primero por negarse a dialogar con Sánchez cuando pudo. A la segunda por no haber hecho como Manuel Valls en el Ayuntamiento de Barcelona, dando a Sánchez la abstención de los 10 diputados de Ciudadanos para que el socialista pudiera ser presidente sin necesidad de pactos con los secesionistas. "El escenario", asegura Coll, "hubiera dado un vuelco. Pero en Cs siguen sin querer hacer política y acabarán desapareciendo dentro del bloque de la derecha".

Joaquim Coll señala también al PNV como "ganador absoluto" de los acuerdos que permitirán a Sánchez volver a ser presidente. Y lamenta que el PSOE haya transigido "con la retórica soberanista" en estos pactos. En opinión de Coll, por otro lado, no está claro que la mesa de negociación entre PSOE y ERC vaya a servir para algo, dado que ninguno de los dos podrá hablar en nombre de un gobierno. Sin embargo, cree también que el PSC no podrá olvidar en dicha mesa a los catalanes constitucionalistas, exigiendo a los independentistas "la neutralidad de las instituciones de la Generalitat, de los medios públicos de comunicación, el respeto a los partidos y entidades constitucionalistas [...], la no exclusión del castellano en las escuelas y el fin a las políticas clientelares y de adoctrinamiento".

Negociar con delincuentes

Javier Marín, coordinador de Rojos Cataluña, ha mostrado su rechazo al acuerdo entre PSOE y ERC en un artículo titulado Ante el próximo pacto de Gobierno, o no.... Considera que es "una incoherencia gravísima" y lamenta que el Gobierno de Sánchez tenga que "depender de una abstención negociada con delincuentes condenados por sentencia firme". Marín recuerda que los separatistas tienen claro que, en cuanto puedan, volverán a intentar declarar la independencia de Cataluña. Y por ello advierte que "lo que tocaba [...] era acabarlos de derrotar políticamente, ejemplificar, poniendo en valor la condena judicial para evitar que ese quebrantamiento constitucional se vuelva a producir nunca".

Marín cree que el PSOE está "dando oxígeno" al independentismo, al reconocer como "actores políticos principales" a personas que quieren "romper" España. Por ello asegura que el PSOE pagará en las urnas este pacto con ERC: "Cuando llegue ese mañana y vuelvan a intentar fracturarnos, cosa que por otra parte nunca conseguirán, el PSOE se derrumbará en las urnas".

Menos apocalíptico y más esperanzado se muestra el ex secretario general de CCOO en Cataluña y ex diputado Joan Coscubiela, quien, en su cuenta de Twitter, ha indicado que el pacto entre PSOE y ERC es "un buen acuerdo" desde el momento en el que no agrada a quienes tienen una "idea cerrada" sobre España y Cataluña. Coscubiela ha indicado que "la obligación de negociar" no supone "la obligatoriedad de acordar". Finalmente, ha lamentado la actitud del presidente Quim Torra y del ex presidente Carles Puigdemont de entorpecer las negociaciones entre socialistas y republicanos. "En lugar de ponerle las cosas difíciles al futuro Gobierno español, igual se las ponen más fáciles".

Más pragmático se ha mostrado, también en Twitter, el diplomático Juan Claudio de Ramón. En su opinión, el acuerdo entre socialistas y republicanos puede ser "criticable o defendible" pero beneficia a ambas formaciones y no tiene como objetivo "lograr la reconciliación de un pueblo dividido". 

 

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