Quantcast

El Liberal - Política

Coronabonos: no son imprescindibles

El coronavirus ha puesto contra las cuerdas el sistema sanitario.

Entre las medidas propuestas en estos días para atajar la catástrofe económica del coronavirus se está planteando que la Unión Europea emita coronabonos. ¿Qué significa esto? La pandemia obliga a los Estados de la UE a un fuerte incremento del gasto público. Obliga a todos, aunque a Italia y a España más que a otros (de momento). Hay más gastos en sanidad. Y más gastos en las prestaciones de desempleo de los ERTEs y autónomos. Y en ayudas directas a familias vulnerables, que habrá que implementar.  Y, sobre todo, hay menos ingresos por la caída de cotizaciones empresariales a la SS por los ERTEs y los autónomos. Y menos ingresos por la caída de la recaudación fiscal provocada por el debilitamiento de toda la economía.

UNA ESTIMACION

Para explicar esto, vamos a suponer que en España, en 2020, todo esto implica pasar de un déficit previsto del 2% a un déficit real del 10% sobre PIB. El aumento de la deuda pública provocado por el coronavirus sería de un 8% sobre PIB, unos 100.000 millones de euros. Lo mismo pasa en Italia, Francia, Alemania... No es disparatado estimar para la UE un billón de euros como aumento de la deuda pública provocado por la pandemia. Ojalá no sea más.

CORONABONOS O EUROBONOS

Pues bien, la idea de los coronabonos es que ese billón de euros de deuda comunitaria adicional no sea captado por cada país individualmente emitiendo bonos en el mercado, como más deuda nacional, a los tipos de interés de cada país. La idea es que ese billón de euros sea captado por la UE, siendo la UE la emisora de los bonos en el mercado y pagando el tipo de interés correspondiente a la solvencia de la UE. Ese tipo sería algo superior al tipo del bono alemán pero, en todo caso, estaría en torno a cero. La UE repartiría los fondos obtenidos entre cada país según su  "contribución" al billón de euros. La UE sería la responsable frente al mercado en orden al pago de los intereses y la devolución del capital, pero recuperaría de cada país la parte que le toca a cada uno. Esto son los coronabonos o eurobonos para la pandemia. Es la mutualización de la deuda para un caso extraordinario.

El déficit excesivo acarrea la intervención, es decir, la entrada de los hombres de negro en el manejo de las cuentas públicas.

Se nos dice que, a efectos del Pacto de Estabilidad impuesto por la UE, ni el déficit derivado de la pandemia ni la deuda incorporada a los coronabonos computaría dentro de los límites establecidos. Esto tiene su importancia porque el déficit excesivo acarrea la intervención, es decir, la entrada de los hombres de negro en el manejo de las cuentas públicas. Pero esta ventaja no es relevante pues, aunque no haya coronabonos, es seguro que el mayor déficit y la mayor deuda no computarán.

LA HISTORIA SE REPITE

La idea de los eurobonos ya fue manejada en medio de la crisis financiera de 2008-2013. Los países del sur la defendieron con ardor pero Alemania se cerró en banda. Por una cuestión de principio, pero también de interés económico. Alemania entendía que cada país debía tener la deuda, y pagar el tipo de interés, al que su mala cabeza le había llevado. El caso de Grecia era ejemplar.

Para Alemania, mutualizar la deuda equivalía a socializar el despilfarro y hacer que pagasen justos por pecadores. Ni por encima del cadáver de Angela Merkel.

La única manera de que los países del sur aprendiesen la lección e hicieran los deberes es que cumplieran la penitencia de pagar los intereses que les corresponden. Y toda ayuda extraordinaria de la UE exigía condicionalidad, es decir, aceptar a los hombres de negro. Además, Alemania estaba convencida, y con razón, de que el tipo de interés de la deuda mutualizada sería más caro que el tipo de interés de la deuda nacional alemana. En su opinión, mutualizar la deuda equivalía a socializar el despilfarro y hacer que pagasen justos por pecadores. Ni por encima del cadáver de Angela Merkel.

REUNION DEL CONSEJO EUROPEO DEL JUEVES 26

Ahora ha pasado algo parecido. Ante la crisis económica de la pandemia, Francia, Italia y España han vuelto a defender la idea de los eurobonos para mutualizar la deuda derivada de la pandemia. Y, con argumentos análogos a los de 2008-2013, los países de norte (Alemania, Holanda, Austria...) se han negado. Y parece que no habrá coronabonos. Eso es lo que resultó de la reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE (Consejo Europeo) del jueves 26.

Habrá otra reunión del Consejo Europeo el 9 de abril. Aunque los coronabonos no prosperen, tienen que hacer algo contundente. Veremos.

NO ES PARA TOMARSELO A LA TREMENDA

Algunos analistas están presentando la negativa a los coronabonos como un fracaso rotundo de la UE y una terrible muestra de falta de solidaridad de los países del norte con los del sur. Dicen que la pandemia es una emergencia catastrófica de la que nadie tiene la culpa y que si ha atacado más a España e Italia (y Francia) es por pura mala suerte. No hay aquí mala cabeza de nadie, a diferencia de lo que pudiera decirse en la crisis de 2008-2013. Lo que hay es una catástrofe colectiva y sería justo asumirla colectivamente.

Nos les falta razón pero, en todo caso, nosotros creemos que hay que quitarle hierro al asunto.

LOS CORONABONOS NOS VENDRIAN BIEN...

Es cierto que los coronabonos nos vendrían bien a países como España e Italia. También a Francia. No aumentaría nuestra deuda pública nacional con el mayor importe derivado de la pandemia y no habría que pagar intereses por los coronabonos. Además, el mundo comprobaría que la UE funciona de verdad como una unión sólida ante una emergencia francamente global. La UE sería por primera vez un actor en la escena mundial junto con EEUU y China. Los mercados valorarían mucho esta actitud.

... PERO PODEMOS VIVIR SIN ELLOS...

Dicho esto, lo cierto es que podemos vivir sin coronabonos. Que la deuda pública española suba de 1,2 a 1,3 billones (ojalá no sea más) es manejable. El problema es haber llegado a 1,2 billones, pero con eso ya contábamos. Lo que nos importa es que los tipos de interés sigan siendo muy bajos para poder sostener esa deuda indefinidamente en el tiempo. Y es obvio que para eso tenemos que ser mucho más serios en el manejo de nuestras cuentas públicas.

El BCE hará lo que haga falta para que no se disparen los tipos de interés de los países del sur.

De momento, y aunque podríamos ser más serios, estamos consiguiendo que los tipos de interés permitan ese sostenimiento. Y ello es posible gracias a los programas de compra de deuda pública (y privada) que implementa el Banco Central Europeo.

... PORQUE LO QUE IMPORTA ES EL APOYO DEL BCE

Antes de la pandemia, el BCE estaba comprando 20.000 millones mensuales de deuda. Al principio de la pandemia, aprobó 120.000 millones más hasta el 31 de diciembre. Y poco después aprobó 750.000 millones. Esto sí que es importante. El BCE hará lo que haga falta para que no se disparen los tipos de interés de los países del sur. Y estas compras no serán proporcionales al PIB de cada país sino en función de lo que de verdad cada uno necesite (esto va por Italia).

De este modo, el bono de deuda pública a 10 años, que se utiliza como referencia para medir la prima de riesgo frente al bono alemán, pagaba ayer viernes un interés anual de:

* Alemania: -0,48% (Alemania es un deudor que cobra por pedir prestado; es increíble).

* Francia: -0,06% (cobra un poco; prima de riesgo = 42).

* España: 0,52% (es un interés muy bueno para nosotros; prima de riesgo = 100)

* Italia: 1,31% (aquí hay que tener cuidado; prima de riesgo = 179)

Para nosotros la verdadera lucha está en mantener estos tipos y bajarlos aún más para llegar al nivel de Francia. Esto es lo que nos está permitiendo sostener la deuda pública anterior a la pandemia, que es:  2,1 billones en Alemania; 2,4 billones en Francia; otros 2,4 billones en Italia; 1,2 billones en España. Ojalá sigamos manteniendo esos mismos tipos con la deuda posterior a la pandemia.

Para España sostener la deuda cuesta unos intereses en torno a 30.000 millones anuales. Hay muchas emisiones antiguas a tipos más altos que los actuales pero, a medida que se van renovando, el coste total va bajando. Podemos aguantar muchos años así.

Lo que de verdad nos importa, más que los coronabonos, es que el BCE siga con sus programas de compra de deuda y manteniendo bajos nuestros tipos de interés. Y, por supuesto, es vital mucha más seriedad en el manejo de nuestras cuentas públicas.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.