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El Liberal - Opinión

El malestar del PP con Cayetana a cuenta de Cataluña

Cayetana Álvarez de Toledo

Cayetana Álvarez de Toledo en un acto electoral con alguno de los protagonistas de la Resistencia al nacionalismo en Cataluña pidió perdón en nombre del PP por su ‘anticatalanismo’ porque habían aceptado «nacionalismo como animal de compañía», al entregarle todo el poder.

Según leo en ABC, medio siempre bien relacionado con el PP, “Las declaración de Cayetana Álvarez de Toledo no estaban avaladas por la dirección nacional, según fuentes del partido. Cuando conocieron sus palabras, primero hubo sorpresa y luego se pasó a la indignación y al enfado con la portavoz. «Son unas declaraciones claramente excesivas», «Sobraba lo que ha dicho, no ayuda», señalan en la dirección nacional. Los populares creen que esas declaraciones son injustas con la historia del PP, con sus dirigentes y con una etapa en la que el partido conseguía muchos mejores resultados que ahora. Además, producen enfrentamiento y división interna, que es lo último que quiere Pablo Casado, a una semana de las elecciones “.

Coincido con Cayetana. Como he repetido hasta la saciedad, la situación por la que atraviesa Cataluña nace en 1980, Tarradellas dixit, y ha contado con la colaboración tanto del PP como del Psoe. Centrándonos en el PP su subordinación al nacionalismo tiene episodios estelares. El pacto del Majéstic, Aznar hablando catalán en la intimidad, la defenestración de Alejo Vidal-Quadras y  de Josep Piqué, los dos mejores líderes del PP, cada uno en su estilo. Y todo para complacer al nacionalismo. Lo último la permisividad de Rajoy con el 14N, con los vergonzosos episodios del del 6 y 7 de septiembre en el Parlament, y su falta de previsión primero e innecesaria actuación posterior de la Policia Nacional en los colegios electorales el 1-O. Para completar los despropósitos la aplicación de un 155 superficial, ahí la responsabilidad es compartida con otras fuerzas políticas, que no toco el entramado nacionalista que controla Cataluña. Una vez que toman una decisión se limitan a amagar desperdiciando una oportunidad única que hubiera evitado la situación actual. Lo más grave con todo es que todavía no han entendido , algo que sí sabe Cayetana, que el problema es de fondo, y que sólo se puede afrontar a medio y largo plazo con la comprensión clara que Cataluña no es el nacionalismo, que el estado debe volver a estar presente en la vida cotidiana de los catalanes y que revertir el lavado de cerebro de 40 años de ingeniería social y agitación y propaganda sólo se consigue con un trabajo intenso y extenso en el tiempo.

Los resultados del PP en Cataluña no son atribuibles a la última en llegar. De hecho es significativo que se haya tenido que recurrir a ella porque el PP de Cataluña está destrozado. Como lo está Ciudadanos  por las obsesión de Rivera, por ser el líder de la derecha y la fuga de Inés Arrimadas después de ser la candidata más votada para presidir la Generalitat. Ante este panorama soy de la opinión de que los catalanes no nacionalistas, los catalanes que no comulgan con el secesionismo, necesitan fortalecer sus liderazgos locales para combatir al nacionalismo con alguna opción de vencer-lo. Y contar con el apoyo del gobierno de España de turno. Ambas cosas verdes, muy verdes. Cayetana no va a revertir los resultados electorales. Pero al menos sabe de lo que habla, tiene convicciones y valentía para expresarlas.  Sería muy útil en un Gobierno español, aunque la Cataluña no secesionista continúa necesitando un partido, de ámbito exclusivamente catalán, de amplias fronteras, para combatir a las fuerzas independentistas. Un nuevo partido, o una coalición electoral, no meramente resistencialista sino también con vocación de gobernar. Los catalanes no secesionistas ya se han hecho oír. Se ha roto la espiral del silencio. Ahora es necesario tejer alternativas políticas amplias que tengan opciones reales de gobernar Cataluña. El PSC es necesario pero no combatirá en serio la hegemonía nacionalista.Todos conocemos la idiosincracia de sus líderes a pesar de la conversión independentistas de la corriente más nacionalista. Sólo si otros tiran del carro acabarán sumándose por la presión de sus bases.

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