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El Liberal - Opinión

A la caza del voto de Ciudadanos en Cataluña

Lorena Roldán.

La crisis de Ciudadanos y la radicalización independentista esta provocando movimientos políticos de mucho calado de cara a afrontar las próximas elecciones autonómicas. La fecha de esas elecciones es todavía incierta. Una primera opción es que se convoquen inmediatamente si, como parece, ERC facilita la investidura de Pedro Sánchez. JXCAT y la CUP acusarían a los republicanos de ‘traidores’ y tratarían de rentabilizarlo electoralmente. La segunda opción sería esperar a la inhabilitación de Torra. En cualquier caso, las prisas por resituarse y estar preparado para cualquier eventualidad son evidentes en todos los aspirantes a nutrirse de votantes del partido liberal el 21D de 2017.

Ciudadanos ha sufrido una debacle electoral sin precedentes y afronta un proceso de renovación complicado. Ello es especialmente cierto en Cataluña, donde ha pasado de ganar las elecciones del 21D de 2017 a quedar en octava posición en las generales del 10N, por detrás de PP, CUP y VOX: En estas circunstancias no es extraño que sus competidores traten de aprovechar la situación y echar sus redes a los votantes y cargos públicos del partido liberal.  Cinco opciones quieren rascar votos de ese espacio: PSC, PP, VOX, el nuevo partido de izquierda que agruparía a exsocialistas, exUPYD y Manuel Valls, y el catalanismo no soberanista de La LLiga y Lliures.

El PSC ya esta moviendo ficha y a la vez que flirtea con ERC de cara a la investidura de Sánchez, lanza mensajes hacia ese electorado con su propuesta de mitigar la inmersión lingüística

El caladero de votos será más o menos abundante en función de como resuelva su crisis Ciudadanos. En cualquier caso, existirá. El 21D, el partido naranja recibió un voto de resistencia al independentismo que no repetirá. El PSC ya esta moviendo ficha y a la vez que flirtea con ERC de cara a la investidura de Sánchez, lanza mensajes hacia ese electorado con su propuesta de mitigar la inmersión lingüística en las zonas donde el catalán es claramente dominante, sus críticas a TV3 o el deshielo de sus relaciones con Ciudadanos con la reunión celebrada entre Miquel Iceta y la candidata de Ciudadanos Lorena Beltrán. Estos mismos votantes son objeto de deseo del todavía no nato partido de centro izquierda liderado por Manuel Valls y otros exdirigentes históricos del PSOE y del propio Ciudadanos como Francesc de Carreras. Pero la competencia viene también de la derecha, de un PP que parece haber superado sus horas más bajas y de un VOX al alza.

A todos ellos hay que sumar el partido que nazca de la confluencia entre la LLiga Democrática, Lliures y otros colectivos catalanistas, pero inequívocamente constitucionalistas. Aunque esta nueva formación se orienta hacia exvotantes convergentes que han seguido votando a JXCAT pero que no comulgan con su radicalización y mucho menos con la violencia y el desorden. El 21D Ciudadanos recibió voto de esa sensibilidad, por ejemplo, obtuvo excelentes resultados en los barrios altos de Barcelona, que muy difícilmente va a volver a hacerlo por pocas alternativas que se le ofrezcan.

El gran peligro es la atomización del voto, algo que castiga duramente la ley electoral

Veremos en que proporciones estas fuerzas se reparten la herencia, en caso de que Ciudadanos resuelva mal su renovación, o simplemente se han de conformar con algún legado más o menos copioso si Ciudadanos renace de sus cenizas. El gran peligro es la atomización del voto, algo que castiga duramente la ley electoral. La parte ilusionante es que pueda recuperar votantes para soluciones no independentistas. También en el lado independentista  hay movimientos y nervios. Pero de eso hablaremos otro día.

En cualquier caso, se presentan unos meses frenéticos que habrá que seguir atentamente.

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