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El Liberal - Opinión

Boicot a empresas y productos catalanes

Museo de Codorníu

El boicot a la compra de productos y servicios de empresas radicadas en Cataluña es una de las consecuencias del larguísimo pulso separatista al Estado de derecho y a la unidad de España. Una hipotética independencia de Cataluña doblaría el boicot actual.

El boicot comercial se produce especialmente en productos de consumo de masas, con marcas reputadas, como las de alimentación. El impacto del boicot puede limitarse si no es reconocible el origen del vendedor, o si se trata de un producto intermedio consumido por empresas y no por consumidores finales. Productos acreditados como catalanes, el cava, los embutidos, algunas marcas multi-producto, así como servicios como el turismo son los más directamente afectados por el boicot de los consumidores. Dos vías para reducir el impacto del boicot son blanquear las etiquetas de los productos con una dirección no catalana y emitir facturas desde lugares diferentes a Cataluña.

El 23 % de los españoles (sin Cataluña) declaran haber dejado de comprar productos catalanes. Otro 21% se plantea hacerlo

En estas circunstancias, las empresas catalanas tienen un doble reto: mantener las ventas a los clientes habituales, tarea difícil; y obtener nuevos clientes y nuevas ventas, tarea muy difícil.

El mercado español es clave para las empresas catalanas, naturalmente. De los 23 mercados donde las empresas catalanas venden más de 1.000 millones de euros anuales, más de la mitad, 13, son comunidades autónomas españolas. Las empresas catalanas venden más a Cantabria, una región con medio millón de habitantes, que a EE. UU., que es la primera economía mundial y están poblados por más de 300 millones de habitantes. De la misma forma, Cataluña vende más a la región de Murcia que a China, segunda economía mundial. Y más a La Rioja que a Japón, tercera economía del mundo.

Las empresas catalanas venden más a Cantabria, una región con medio millón de habitantes, que a EE. UU

Hay dos modos de evaluar la magnitud del boicot a productos catalanes. Uno son las encuestas a consumidores. Otro son los datos del comercio bilateral. En cuanto a las encuestas contamos con una del Reputation Institute sobre el boicot de productos catalanes y la deslocalización. Realizada en noviembre 2017, retenemos estas conclusiones:

  • El 23 % de los españoles (sin Cataluña) declaran haber dejado de comprar productos catalanes. Otro 21% se plantea hacerlo.
  • En caso de una hipotética independencia, el 49% de los españoles (sin Cataluña) dejarían de comprar productos catalanes, con una pérdida potencial de casi la mitad del mercado nacional, esto es 30.000 millones de euros.
  • El 25% de los españoles (sin Cataluña) no compraría productos de una Cataluña independiente, aunque fueran de mejor calidad que otros.
  • El 65% de los entrevistados en el resto de España considera que las empresas con sede en Cataluña deberían mover su domicilio a otra región en el supuesto de una hipotética independencia.
  • Los millennials (18-34 años) son los más críticos con las empresas catalanas.
  • El cambio de sede social y fiscal es apoyado ampliamente por el conjunto de España (77,5 % del total).
  • Las compañías que han mudado su sede social mantienen su reputación. Las empresas que han mantenido su sede en Cataluña ven disminuida la confianza y la intención de compra en el resto de España.
  • En Cataluña existe división de opiniones en torno a esta cuestión. Las compañías que han cambiado su sede social fuera de la región son castigadas en términos reputacionales por la mitad de los encuestados.
  • A nivel nacional, la percepción de Cataluña como región para el desarrollo de negocios es una víctima más del desafío independentista.

La venta de productos catalanes al resto de España ha caído en torno a 10 puntos

Finalmente, para apreciar la magnitud del impacto del boicot a productos catalanes consultaremos los datos de venta de bienes de Cataluña al resto de España. En la última década las ventas (y las compras) de Cataluña al resto de España se redujeron, incluso en algunos años en términos absolutos. Así el promedio anual de las ventas de Cataluña al resto de España fue de 42.533 M € en el período 1995-2007; de 43.804 en el período 2008-2012 (crisis económica); de 38.177 en el período 2013-2015 (fase inicial aguda del procés); y 36.776, 38.438 y 39.320, respectivamente en los años 2016, 2017 y 2018 (de recuperación económica, y de golpe secesionista).

Conclusiones

  • El boicot a productos catalanes es practicado por el 23 % de los españoles.
  • La venta de productos catalanes al resto de España ha caído en torno a 10 puntos.

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