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El Liberal - Economía

Con este gobierno nunca conseguiremos el déficit cero

El Gobierno propone un agujero de 22.400 millones de euros para este año

El pasado martes 11 de febrero el Gobierno tomó un Acuerdo aprobando los Objetivos de Estabilidad Presupuestaria para el cuatrienio 2020-2023. Es un documento en el que se recogen las estimaciones sobre crecimiento del PIB, paro, deuda pública y déficit.
Estos objetivos deberán recibir el OK de Bruselas y seguidamente, serán la pauta para aprobar los Presupuestos Generales del Estado 2020 (también habrá que contar con el OK de ERC).

Crecimiento del PIB 2020: 1,6%

No merece la pena juzgar las estimación del Gobierno sobre crecimiento real del PIB. En el PIB pasará lo que tenga que pasar, diga lo que diga el Gobierno (y los analistas). Esta previsión es un brindis al sol que sólo sirve para transmitir la impresión (falsa) de que tenemos controladas las cosas. Lo que el Gobierna prevea sirve para poco. No sabemos todavía la cifra definitiva de crecimiento real del PIB en 2019; todo apunta a que será el 2%. Si esto así, es llamativo que el Gobierno prevea para 2020 un crecimiento del 1,6%. Esto significa que se asume la desaceleración de la economía. Tratan de consolarnos diciendo que seguimos creciendo por encima de la media de la  UE. Pero hay que decir que en los años duros de la crisis (2009-2013) España cayó mucho más que la media de la UE. Afortunadamente, en los años 2014 al 2018 crecimos más, al 1,4%, 3,8%, 3%, 2,9 y 2,4%. Ahora hay una evidente disminución del ritmo de crecimiento pues en 2019 parece que será un 2%, y en 2020 se prevé un 1,6%.No es una buena noticia. Pero, en todo caso, en 2020 pasará lo que tenga que pasar. A lo mejor crecemos más del 1,6%.  También puede que sea menos. Nadie sabe cómo repercutirá el coronavirus, qué pasará en China, cómo irán las elecciones en EEUU o qué decisiones tomará el Sr. Trump.

Tasa de paro 2020: 13,6%

Tampoco merece la pena juzgar las estimaciones del Gobierno sobre la tasa de paro. Parece que el 2019 termina con el 14,1%. Para 2020 se prevé un 13,6%. No mejora casi nada. A finales de enero de 2020 el paro registrado arroja la cifra de 3,25 millones. Es una pasada, pero conviene recordar que en 2012 era 4,85 millones. En todo caso, es una cifra tan fuerte, y tan desmedida respecto al resto de países de la UE, que mucha gente no se la cree. Y si es así, cuesta entender lo que se quiere decir cuando se patrocina la entrada masiva de inmigrantes para sostener las pensiones. ¿No piensan en dar empleo a los 3,25 millones deparados que tenemos? ¿Va a ser  esa cifra una constante inamovible en la economía española?

Deuda publica 2020: 94,6%

Tampoco juzgaremos las previsiones sobre deuda pública pues el Gobierno ofrece sólo porcentajes sobre PIB  (se estima el 94,6% para 2020). Y esos porcentajes son decrecientes por la sencilla razón de que se estima un buen crecimiento del PIB. Si el denominador aumenta más que el numerador, el porcentaje baja. Esta manera de contar las cosas  enmascara la realidad. Lo cierto es que nuestro volumen de deuda pública está creciendo constantemente. Y ello por la sencilla razón de que siempre tenemos déficit. La deuda a final del 2018 era 1,17 billones de euros, a final de 2019 estará en los 1,20 billones y a final de 2020 estará en 1,23.  

Deficit 2020: 1,8%

Aquí queríamos llegar. Al déficit. El déficit de 2018 fue el 2,5% del PIB. El dato definitivo de 2019 no se conoce todavía pero muchos apuntan que estará muy cerca del mismo 2,5%. Así, 2019 habrá sido un año completamente perdido en la lucha contra el déficit.

Aquí sí que merece la pena juzgar la previsión del Gobierno porque cuando el Gobierno dice que el déficit que prevé para el 2020 es el 1,8% sobre el PIB (23.000 millones de euros) nos está diciendo que ha decidido gastar 23.000 millones más que lo que ingrese. Y eso no es un brindis al sol. Es una promesa que va a cumplir porque está en su mano cumplirla y está decidido a hacerlo. Es una imperiosidad electoral.
Y esto es lo más grave de todo.

¿Que va a pasar con la deuda?

España es un país que debe 1,2 billones de euros. Esto es prácticamente el 100% del PIB. No es posible reducir el volumen absoluto de esta deuda pues para ello habría que liquidar el presupuesto con superávit. En nuestra historia reciente eso sólo se consiguió en los dorados años 2005 a 2007. El mejor fue el 2006 con un 2,1% de superávit. Esto es irrepetible. Ahora, en 2020, con un crecimiento económico muy inferior y con  unos compromisos de gasto en pensiones estratosféricos, nuestro único objetivo posible es sostener la deuda.  Esto exige que la deuda no aumente ni un euro más por encima de su volumen actual de 1,2 billones. Esto implica conseguir déficit cero desde ya. Y esta es una condición imprescindible para que no suban los tipos de interés. En efecto, si nuestros prestamistas comprueban que no cerramos el grifo del gasto, serán cada vez más renuentes a prestarnos y exigirán mayores intereses.

El déficit cero es una necesidad imperiosa para poder sostener la deuda y para que los tipos de interés no suban. Sólo así podremos seguir refinanciando 4.000/5.000 millones a la semana a los bajísimos tipos actuales. Tenemos suerte de estar dentro del euro, junto con Francia e Italia (que también tienen dificultades para conseguir cuentas equilibradas), y bajo el paraguas del Banco Central Europeo (BCE) que hace todo lo posible para mantener muy bajos los tipos de interés. Con la peseta no podríamos mantener esto. Con el euro nuestra única esperanza posible (también la de Francia e Italia) es seguir debiendo 1,2 billones y pagar en torno a 28.000 millones de intereses al año. Y seguir así muchos años. A medida que vaya creciendo el PIB, el porcentaje de deuda irá disminuyendo e irá mejorando nuestro aspecto.

De este modo, la condición de supervivencia del Estado del Bienestar en España es que los tipos de interés no suban. Si los tipos de interés suben, habrá que reducir las pensiones.

¿Qué hay que hacer para que los tipos de interés no suban?

El BCE nos seguirá ayudando, como a toda la zona euro. No queda otra. Pero el BCE no es omnipotente. Junto al BCE está el mercado de prestamistas de todo el mundo. Recordemos que la mitad de nuestra deuda pública está en manos de inversores extranjeros. Son los que compran nuestras letras, bonos y obligaciones y que hoy por hoy se conforman con una retribución bajísima por su capital. OJO! La retribución de la deuda en dólares o en libras es superior a la deuda en euros.

No podemos confiar todo en las manos del BCE. España tiene que poner de su parte todo lo posible para que los tipos de interés no suban. Y este es un trabajo del Gobierno que en el manejo de las cuentas públicas tiene que transmitir la máxima confianza a nuestros prestamistas. Y para eso tiene que demostrar la máxima seriedad en la lucha contra el déficit. En alcanzar lo antes posible el déficit cero. Que la economía vaya mejor o peor depende poco del Gobierno. En cambio, que las cuentas públicas arrojen déficit cero es su responsabilidad exclusiva.

Portugal es un ejemplo significativo. En 2020 va a cerrar sus cuentas con déficit cero. Y por eso su prima de riesgo es inferior a la de España, por primera vez en mucho tiempo. Está muy claro que el mercado premia la seriedad del Gobierno del Sr. Costa. Este es el ejemplo a seguir.

¿Como lleva España la lucha para conseguir el déficit cero?

Los políticos españoles, del PP y del PSOE, no están acongojados por el volumen de deuda. Tienen estómagos fuertes. Piensan que los tipos de interés seguirán así y que no hay que preocuparse. Lo suyo es contentar a sus votantes y gastar lo que haga falta. Como mucho piensan a uno o dos años vista. Luego será lo que Dios quiera. El que venga detrás que arree. Pequeños ejemplos: a un alcalde del PP como el de Madrid le parece que enterrar la Gran Vía es una opción a considerar. Un alcalde del PSOE como el de Vigo va a enterrar de hecho la Porta do Sol.  Nadie piensa en gastar menos. Y el que menos piensa en eso es el Gobierno PSOE+UP. Lo que este Gobierno lleva en su ADN es subir impuestos, gastar más para contentar a sus votantes y torear con el déficit. Y ahora, para acabar de arreglar las cuentas, sacan el tema de la Renta Mínima Vital. Casi nada.
Toreando a bruselas (y a nosotros)

Lo del toreo con el déficit es vergonzoso. Veamos.

  1. En julio de 2017 Rajoy prometió a Bruselas que el déficit sería:
    En 2018 el 2,2%; en 2019 el 1,3%; en 2020 el 0,5%.
    El déficit real del 2018 fue el 2,5% (0,3% más que lo prometido) y no estuvo mal porque pudimos salir del Protocolo de Déficit Excesivo.
  2. En julio de 2018, nada más ganar la moción de censura, Sánchez revisó las cuentas de Rajoy (él tenía que gastar más) y prometió:
    En 2019 el 1,8% (0,5% más que Rajoy); en 2020 el 1,1% (0,6% más).
  3. En abril de 2019 Sánchez decidió alegrar con más gastos su Presupuesto (que ERC abortó luego) y se revisó a sí mismo:

En 2019 el 2% (0,2% más); en 2020 el 1,1% (igual); en 2021 el 0,4%; en 2022 el 0%.

Albricias!! Por fin, España prometía el 0%, aunque fuese para el 2022. Pero sólo era una buena intención. No creo que se lo tomaran en serio (ni en España ni en Bruselas).

4. En octubre de 2019, Sánchez, que ya estaba enfrascado en los viernes sociales, viendo que 2020 estaba al caer, decidió revisarse nuevamente a sí mismo:
En 2019 el 2% (igual); en 2020 el 1,7% (0,6% más).

El déficit real del 2019 no se conoce todavía pero todo apunta a que estará muy cerca del 2,5%. De confirmarse este dato, sería una gran desviación respecto al 2% prometido. 
Fijémonos en la escalada de promesas para el 2019: 1,3% / 1,8% / 2% / y en la realidad del 2,5% (que ojalá sea inferior). Es una permanente huída hacia adelante.

5. En el Acuerdo de febrero de 2020 que estamos comentando en este artículo, las previsiones de déficit son:
2020 1,8% / 2021 1,5% / 2022 1,2% / 2023 0,9%
La escalada de promesas para el 2020 es: 0,5% / 1,1% / 1,7% / 1,8%. Más de lo mismo.
Y ya ni siquiera se atreven a prometer el déficit cero. Abandonemos toda esperanza.

Conclusiones

Las estimaciones del Gobierno sobre el déficit son una tomadura de pelo. Todo lo que se promete se incumple sistemáticamente.

El Gobierno no transmite ninguna seriedad en la lucha contra el déficit. Ni siquiera contempla ya el déficit cero en sus estimaciones. En su ADN sólo está gastar.

Esa política puede poner en riesgo el actual escenario de bajos tipos de interés. Y los bajos tipos de interés son una condición indispensable para mantener el Estado del Bienestar.

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