Quantcast

El Liberal

Totalitarismo disfrazado de democracia

Parlament de Cataluña

El pasado miércoles se constituyó la Asamblea de Cargos Electos de Cataluña, como siempre con un rimbombante nombre que suene a democrático y sobre todo a oficial, para así poder seguir con el engaño. Sin embargo, si analizamos brevemente en qué consiste la Asamblea y lo ocurrido en el Palacio de Congresos, nos daremos cuenta de que estamos ante uno de los mayores ataques que se han producido en la Europa democrática contra el parlamentarismo, y ante un claro ejemplo de totalitarismo.

La idea de una asamblea de cargos electos surgió en el 2017, ante la posibilidad de suspensión del parlamento catalán por la vía del 155, de esta manera se sustituía el parlamento por la Asamblea para continuar con el proceso independentista. Se disolvió el parlamento por la aplicación del 155 pero la asamblea de electos no se constituyó. Posteriormente, y desde Waterloo, se recuperó la idea que ha culminado con su constitución este miércoles en el Palacio de Congresos y, como no podía ser de otra manera, previo pago de 10 euros.

Tenemos un parlamento paralizado por el Gobierno, que es incapaz de llevar a cabo su función legislativa, y que cuando interesa se cierra.

Del contenido de la reunión y de las declaraciones de los promotores, sabemos que la Asamblea nace como “institución republicana” complementaria de la Generalitat y el Parlamento, en definitiva “una institucionalidad coral liberada de las servidumbres y los límites que impone el Estado”. O sea que, para los asistentes, las instituciones democráticas, como el parlamento, están limitadas por el Estado -grave confusión entre Estado y ley- y, por lo tanto, necesitan un organismo que supere dichas limitaciones. Puigdemont lo ha definido con claridad meridiana al decir en su discurso que la asamblea es “una entidad liberada de servidumbres y censuras”. Para él, la ley, el reglamento del parlamento catalán y, sobre todo, la existencia de pluralidad política mediante la oposición parlamentaria, son servidumbres, es decir que necesita un organismo donde no haya oposición, donde solo puedan estar los suyos, y a ese organismo le pretende dar funciones cuasi parlamentarias con la excusa de que sus componentes son cargos electos. Nada más y nada menos, pretenden que dicha asamblea sea fuente del proceso constituyente de la república. Así, pues, de ser así, sería una república solo de ellos ya que nadie más habría participado en la redacción de su Constitución, todo muy democrático.

Todo ello podría tener solo categoría de anécdota si no fuera porqué está amparado por quien gobierna actualmente, la presencia en el acto, no solo de 2000 cargos electos sino también del Gobierno de la Generalitat con su presidente a la cabeza, lo convierte en un ejemplo del más profundo totalitarismo llevado a las instituciones. Tenemos un parlamento paralizado por el Gobierno, que es incapaz de llevar a cabo su función legislativa, y que cuando interesa se cierra. Un parlamento en el que molesta la oposición, y en el que se vulneran los derechos de la minoría, como expresó el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en la sentencia del caso Forcadell, en el que se impide incluso la libertad de expresión de los parlamentarios. Y, como respuesta a todo ello, lo que el independentismo hace es crear una especie de pseudoparlamento en el que desaparece la oposición y por lo tanto la pluralidad, en definitiva, la democracia. La constitución de la Asamblea de Electos atenta a los principios básicos de la democracia y especialmente al artículo 25  del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que tanto les gusta mencionar, el que garantiza la pluralidad política y el derecho a la participación política en grado de igualdad.

Así pues, lo ocurrido este miércoles en Barcelona no tiene precedentes en el parlamentarismo moderno, es un ejemplo del más puro totalitarismo, nunca en la Europa democrática quien gobierna ha creado un órgano complementario del gobierno y el parlamento, no solo al margen de la ley sino sin ley o reglamento que lo regule, en el que solo participan los suyos, excluyendo a la oposición.

La Asamblea de Cargos Electos es otra gran mentira del “procés” ni es democrática ni es plural. Por cierto, fue el propio Puigdemont quien, en rueda de prensa, manifestó que se había dirigido a todos los cargos electos de Cataluña por carta para anunciar la creación de la asamblea, yo soy cargo electo y no he recibido carta alguna, ninguno de los cargos electos que conozco la ha recibido, siguen con sus mentiras como único medio para alargar su agónico “procés”.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.