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El Liberal

Punto final al largo serial de la variante de Vallirana

Aspecto aéreo de la nueva variante de Vallirana.

Final a un largo serial del género de las infraestructuras. Vecinos de Vallirana (Barcelona) empezaron a reclamar una nueva variante en 1988. Tras 31 años de espera, el municipio contará desde las 12 horas de este martes con una nueva variante construida para extraer del término municipal los más de 19.000 vehículos que circulan día por la vieja N-340.

El municipio del Baix Llobregat estrena al fin la variante de la N-340 tras tres décadas de espera y una inversión de 167 millones de euros que permitirá terminar con las retenciones habituales que dieron pie a la creación de una plataforma vecinal llamada Prou cues N-340 y nacida para acabar con las colas de vehículos en el casco urbano.

Una vez iniciadas, varias razones paralizaron durante 17 años las obras. Esas interrupciones constantes terminaron en 2014, cuando el Estado logró reactivar los trabajos de construcción de la variante. Los problemas presupuestarios habían sido el principal escollo.

Sin inauguración, de momento

Cinco años después, la variante entra en funcionamiento tras una inversión de 167 millones de euros. Pero ningún responsable político va a inaugurarla este martes, ya que el acto de estreno no puede celebrarse durante una campaña electoral. El anuncio de Fomento también ha coincidido con la campaña electoral del 10-N.

Tras dos décadas de tramitaciones, trabajos de construcción y largas reivindicaciones vecinales, la nueva variante de la N-340 en Vallirana, de unos 2,4 kilómetros de longitud, ofrecerá un trazado alternativo más rápido y cómodo para el tráfico de largo y medio recorrido, según fuentes del Ministerio de Fomento.

Larga protesta vecinal

La vía alternativa a la carretera nacional que cruza Vallirana permitirá acabar con el impacto del paso diario de miles de vehículos por el interior del municipio del Baix Llobregat. Esa es la esencia de la larga protesta vecinal: durante décadas, el tráfico rodado tenía que circular por la travesía, donde existe una limitación de velocidad de 50 kilómetros por hora, numerosas intersecciones -algunas con semáforos- y pasos de peatones.

El proyecto de construcción de la variante fue aprobado en junio de 2003. Las obras fueron licitadas en septiembre del mismo año y adjudicadas a principios de 2004. Según esos plazos, los trabajos deberían haber concluido en 2007. Sin embargo, numerosos inconvenientes -técnicos y presupuestarios, sobre todo- frenaron las obras, paralizadas definitivamente en 2011 y retomadas en 2015.

Túnel de nueva generación

La nueva variante mejorará la calidad de vida de los vecinos y la movilidad y seguridad de los usuarios de ese tramo de autovía B-24, uno de los accesos a Barcelona.

El nuevo túnel incorpora medidas de seguridad tecnológicas: dispersores de humo en caso de incendio; avanzados sensores para captar animales y peatones; lectores de placas de camiones de mercancías peligrosas que informan de qué sustancias entran en el túnel; detectores de temperatura en todo el trazado; alarmas que se activan si un vehículo va en sentido contrario o demasiado despacio; medidores con alarma de la calidad del aire, y cámaras térmicas que permiten identificar a personas durante la densa humareda de un fuego.

 

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