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El Liberal - Política

Periodistas independentistas reculan y reniegan ahora de 'Tsunami Democràtic'

Las imágenes de la violencia extrema por tercera noche consecutiva

Más de 400 docentes universitarios y periodistas han mostrado su preocupación por la deriva política en Cataluña desde la aparición de las protestas convocadas por 'Tsunami Democràtic'. Algunos de los firmantes han llegado a asegurar que "votaron a la CUP" y que han criticado a quienes tomaban decisiones contrarias al movimiento separatista muestran ahora estupor.

"Deploramos profundamente las acciones violentas que se han visto estos últimos días en Cataluña. Es preciso detener cuanto antes la espiral de violencia", han pedido. Además, han asegurado que el juicio del 1-O responde a una "estrategia de judicializar un conflicto de clara naturaleza política", la misma premisa difundida por los soberanistas, al tiempo que piden una "ronda de negociaciones" entre los Gobiernos de la Generalitat y del Estado para "estudiar y pactar medidas que ayuden a encarrilar una salida política al problema", aunque sería un acuerdo de mínimos. En ningún momento se apela a la aplicación de la Constitución ni de las leyes, ni se realiza autocrítica alguna.

Exigen diálogo

Tras la sentencia "se ha visto alterado considerablemente el funcionamiento normal de la sociedad civil, con especial incidencia en la comunidad educativa", han puntualizado, al tiempo que afirman que la Generalitat "ha solicitado reiteradamente establecer una negociación con el gobierno español a fin de abordar el conflicto". "Hasta ahora tal petición no ha sido atendida", han considerado, obviando el chantaje del Ejecutivo de Quim Torra y de los CDR, que continuarán con las protestas y la violencia hasta obtener un diálogo o la independencia.

Entre los firmante se encuentran reconocidos periodistas, ideológicamente afines al separatismo, como el conocido independentista Josep Ramoneda, articulista en el 'Ara'. "Del nacionalismo puede salir el fascismo, pero también el estado republicano francés", afirmaba hace solo tres años. "(...) Una cosa es que el fascismo se apoye en un discurso de carácter nacional, y otra que esto sea un determinismo. En la nación francesa ha sido el marco de la cultura republicana francesa. Y esto también es nacionalismo", comentaba. El mismo periodista ha llegado a decir que "votó a la CUP".

El manifiesto reparte responsabilidades a partes iguales

Toni Aira es otro de los 20 periodistas que firman este manifiesto, en el que se mete en el mismo saco a "todos los actores implicados en el conflicto, de un lado y del otro, hagan un esfuerzo para desescalar la tensión social". El periodista del diario Ara llegaba a decir en una tertulia que "muchos de los que dicen rupturistas a los independentistas son los verdaderos rupturistas".

"Cada vez que abre la boca genera independentistas", le espetaba a Graciano Palomo, a quien colocaba en "la caverna mediática", provocando una fuerte discusión. Entre 2017 y 2018 estuvo al frente de la comunicación del PDeCat, en plena explosión interna del partido. También ha formado parte del Comité Estratégico de la campaña de JxCat de cara al 21-D de 2017, con Carles Puigdemont como candidato.

Otro de los periodistas que firman este manifiesto es el colaborador de La Vanguardia Francesc-Marc Álvaro. "El soberanismo ha obtenido un mandato democrático claro para abrir la puerta a la independencia", escribía en 2015 tras las elecciones del 27-S. Cuatro años más tarde matizaba el escrito: "Puede abrirla, pero no traspasarla" ya que "los independentistas necesitaban más músculo para poder saltar al otro lado". Para señalar después: "El independentismo no ha de ser insurrecto". Sobre el 1-O ha considerado que "el movimiento independentista es la víctima de la represión de un Estado que se presenta como democrático".

"Me tragué la mentira"

"Mentiría si no reconociese que en las jornadas del torbellino me tragué la mentira". Así realizaba autocrítica Jordi Amat sobre el 1-O. "Hoy puede afirmarse que la acción primordial desarrollada por la Generalitat durante al menos una legislatura (por no decir dos) fue un engaño". "Un engaño dirigido no a la parte de la población que no había sido convocada a participar en el referéndum de autodeterminación (como si el futuro de su país no fuera con los partidos que los representan) sino precisamente a la ciudadanía que había elegido ese Govern", escribía en el primer aniversario de la celebración del referéndum ilegal.

"El catalanismo, cambiemos de metáfora -había comparado al procés con una rata acorralada por un hombre armado con un garrote-, es una piedra en el zapato de España. Sea el nacionalismo de PujolBarrera y descendientes; sea el catalanismo inclusivo y leal del PSC PSUC (ahora Comuns). Sea cual sea la propuesta catalana, siempre suscita en España respuestas excluyentes y nostalgias uniformistas, hijas del liberalismo del XIX y del autoritarismo militar". Son palabras de Antoni Puigverd, otro de los ahora arrepentidos de haber alimentado al nacionalismo más radical.

"Catalunya: Si se hubiese hecho hace dos años un referéndum pactado, a la manera de Escocia, cuánto malestar, odio, dolor, represión y humillación nos hubiéramos ahorrado", apelaba el también firmante del manifiesto Manuel Rivas Barrós.

También se encuentran exaltos cargos de la Generalitat, como el exconsejero de Economía con Artur Mas, Andreu Mas Colell, o la filósofa Montserrat Coll Calaf, directora general de Asuntos Religiosos, dependiente de la Consejería de Economía, entre otros numerosos profesores, técnicos y bibliotecarios, entre otras profesiones.

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